Debilitado, Chirac retrasa legislación que prohíbe fumar en público
Aprueban diputados franceses la ley que remplaza al fallido CPE
París, 12 de abril. Los diputados de la Asamblea Nacional adoptaron hoy la ley destinada a remplazar el Contrato de Primer Empleo (CPE), que desencadenó una crisis social y política que duró más de 10 semanas; fue aprobada con 151 votos en favor, de la derecha y el centro, en tanto que 93 socialistas y comunistas votaron en contra.
La nueva ley, introducida por la mayoría en el poder determinada a superar la crisis lo antes posible, debe ser ahora adoptada por el Senado, donde se prevé que será aprobada sin problemas.
Como adelantó el lunes el presidente Jacques Chirac, la ley revoca el controvertido CPE y, en su lugar, refuerza los dispositivos para favorecer la contratación de jóvenes. Esto se considera un revés para el primer ministro Dominique De Villepin, principal impulsor del fallido proyecto.
En particular, busca ayudar a jóvenes sin calificaciones o procedentes de los suburbios desfavorecidos, donde estallaron disturbios a finales del año pasado.
La nueva norma prevé subsidiar a las empresas que contraten indefinidamente a jóvenes de entre 16 y 25 años, pobres o con escasa formación
Esta medida supondrá al Estado un desembolso de 150 millones de euros (unos 180 millones de dólares) en 2006, y 300 millones de euros (unos 360 millones de dólares) en 2007.
Las protestas disminuyeron hoy notablemente en todo el país. Sólo en 21 de las 62 universidades que todavía no han comenzado las vacaciones de semana santa se produjeron bloqueos o huelgas.
"Los jóvenes deben poder regresar a clases y prepararse para los exámenes", señaló Chirac.
En lo que se interpretó como primer indicio de que su gobierno ha sido debilitado por dos meses de huelgas y protestas, Chirac anunció que retrasará la controvertida legislación para prohibir fumar en lugares públicos.
Según un sondeo del instituto IFOP para la revista París Match, sólo 29 por ciento de los franceses tiene buena opinión del presidente Chirac y De Villepin.
Para el primer ministro, estas cifras suponen una caída récord; para Chirac, son los peores resultados desde el fracaso del referendo sobre la Constitución europea, en mayo de 2005.
El sondeo revela que 54 por ciento de los franceses preferiría un cambio de gobierno, 3 por ciento más que el mes anterior. Sin embargo, 64 por ciento opina que la izquierda no gobernaría mejor que los neogaullistas.