Marcha de aficionados para exigir al técnico nacional que lleve a Cuauhtémoc al Mundial
Somos capaces de no ver el futbol mexicano, advierten americanistas
Los manifestantes caminaron más de tres horas rumbo a la FMF
"Cuau, perdónalo, no sabe lo que hace", "Temo si, Chiquis no", "La Volpe, pinche chachalaca", algunas de las consignas
La pasión de los americanistas parece que le bajó ayer la guardia a la razón. No sólo porque pretenden que el técnico nacional reconsidere y se lleve a Cuauhtémoc Blanco al Mundial de Alemania, sino porque fueron tres horas y media las que caminaron bajo un sol castigante, para apoyar a quien algunos consideran su "Santo Patrono Aguila", y advertir a las televisoras que pueden también salir afectadas, pues "somos capaces de no ver el futbol de México".
En un principio, el auxilio moral que pretenden dar al delantero del América parecía raquítico. Aproximadamente 30 aficionados salieron de la explanada del estadio Azteca rumbo a la sede de la Federación Mexicana de Futbol (FMF). Era más numeroso el grupo de prensa y seguridad que se unió a la caravana.
Uno de los organizadores de la marcha lo justificó asegurando que después del partido contra Pumas "hubo mucha gente amenazada, que si venía acá la iban a detener y todo eso. Inclusive venía un grupo de gente y fue parada por la Policía Judicial". Además, partieron del coloso de Santa Ursula a las 11:30 horas; 30 minutos antes de lo programado.
Eran pocos, pero muy optimistas. Un señor dijo que estaba recolectando firmas para correr a Ricardo La Volpe. Pensaba que con 10 mil eran más que suficientes y presumía que ya llevaba 10.
Otros optaron por una salida al conflicto: "La Volpe, dice Cuauhtémoc que si tienes más hijas". Así rezaba la manta de dos aficionados que, como otros, se fueron uniendo en el trayecto al grupo.
En el camino, sobre avenida Pacífico, uno de los cientos de automovilistas que se vieron afectados increpó a los manifestantes. Llevaba puesta una camiseta del equipo universitario, pero no hubo nada que lamentar; los policías intervinieron, lo subieron a su coche y todo siguió en paz.
Llevaban casi una hora caminando, y aunque a algunos de los niños ya se les había buscado acomodo en alguna de las camionetas, el ánimo estaba firme.
"!Vamos Cuauhtémoc, que La Volpe te tiene que llevar!", "!Temo sí, Chiquis no!", "!En dónde está, en dónde está, ese argentino que nos vino a secuestrar!", eran consignas que escuchaban las sorprendidas personas que salían de sus casas, negocios u oficinas.
También veían carteles con mensajes muy actuales: "Cuau perdónalo, no sabe lo que hace" y "Sin Cuau ni a la esquina llegan. La Volpe, pinche chachalaca".
El que pronto pidió esquina fue una de las mascotas de las Aguilas. El joven que llevaba el disfraz, primero logró un pequeño aventón en una micro y después se subió al triciclo de un señor que vende tamales.
Cuando el grupo que venía del Azteca llegó a las oficinas de la FMF ya eran más de 100, y en la institución los esperaban aproximadamente otros tantos aficionados.
Después de que corearon el apellido de Cuauhtémoc insultaron al Chiquis (Rafael García, yerno de La Volpe) y hasta a un comentarista de la televisión, cinco de sus representantes ingresaron a la institución (donde fueron recibidos por Enrique Bonilla, director deportivo). Uno de ellos, al presentarse, señaló: "Soy Jorge Morales, aficionado del América y ídolo de Cuauhtémoc Blanco".
Los representantes aseguraron que no pertenecían a ninguna de las porras del América y básicamente insistieron en que Blanco puede hacer la diferencia en el Mundial "y que La Volpe lo debe considerar".
Así buscaban convencerlo: "La Volpe dice: tenemos al emperador, faltan los príncipes. Nosotros tenemos al Santo Patrono y faltan los ángeles".