Usted está aquí: martes 11 de abril de 2006 Economía Mano de obra necesaria y explotada

Mano de obra necesaria y explotada

Los trabajadores indocumentados encontraron aliados entre los empresarios que los contratan para ocupar los empleos menos atractivos

Economist Intelligence Unit /The Economist

Ampliar la imagen Un mecánico de Zacatecas trabaja en un taller de Los Angeles, California. Muchos trabajadores indocumentados contribuyen a la seguridad social mediante impuestos de nómina, incluso aunque no sean elegibles para recibir los beneficios Foto: Ernesto Moreno

Los trabajadores indocumentados -con frecuencia invisibles, a veces explotados- instalan muros de cualquier material, cortan carne y lechuga, tienden camas en los hoteles y limpian mesas en los restaurantes. Son unos 12 millones, y ante el debate sobre la reforma migratoria que se ventila en el Congreso estadunidense, encontraron aliados entre los empresarios que dependen de ellos para ocupar algunos de los empleos menos atrayentes y de salario más bajo en la economía.

Muchos empleadores apoyaban la enmienda redactada por los senadores John McCain, republicano por Arizona, y Edward M. Kennedy, demócrata por Massachussets, que había sido aprobada por el Comité Judicial del Senado y permitiría que los inmigrantes indocumentados obtuvieran la residencia permanente después de trabajar seis años.

''En muchas industrias son la pieza clave de la subeconomía'', manifiesta Mari Gallagher, consultora especializada en inmigración y temas de fuerza laboral. En 2005, los inmigrantes no autorizados representaban 30% de los extranjeros en el país, según informes del Pew Hispanic Center, y la mayoría provenía de México. Según ese centro, aproximadamente uno de cada tres albañiles es inmigrante ilegal, como 36% de los trabajadores que colocan recubrimientos aislantes. Representan 14% de los trabajadores de la construcción y 12% de los empleados de la industria de preparación de alimentos.

''De 11 a 12 millones de inmigrantes trabajan con documentos falsos y pueden ser explotados por algunos empleadores, lo cual perjudica a los buenos patrones'', dice Randy Johnson, uno de los vicepresidentes de la Cámara de Comercio de EU. ''Es mejor ser honestos, darles una categoría legal. Tenemos patrones que no pueden encontrar trabajadores estadunidenses para ciertos empleos, como colocar techos en Texas, o jardinería y construcción'', afirma.

La Asociación de Hoteles y Hospedaje de EU señala que muchos establecimientos, en especial de turismo de lujo, no pueden llenar muchas vacantes, a pesar de intensivas búsquedas locales. Para llenar el vacío es necesario recurrir a los inmigrantes, aseveró Shawn McBurney, vicepresidente de asuntos gubernamentales, y añadió que los patrones exigen que se exhiban los documentos adecuados. Si parecen genuinos, deben aceptarlos como valederos, explicó. ''De otra manera podrían ser multados por violaciones a los derechos civiles."

La industria hotelera generalmente paga más del salario mínimo a trabajadores sin experiencia, más prestaciones, y algunas empresas del ramo pagan hasta 8 o 9 dólares por hora para empezar, dice la asociación hotelera.

Hay quienes sostienen que los inmigrantes desangran los fondos fiscales al sobrecargar los sistemas de salud y escolares, a la vez que provocan la baja de los salarios y quitan empleos a ciudadanos estadunidenses. Otros afirman que ocupan los empleos que los ciudadanos no desean y que prestan servicios vitales. Muchos trabajadores indocumentados también contribuyen a la seguridad social mediante impuestos de nómina, incluso aunque no sean elegibles para recibir los beneficios.

De acuerdo con el Centro Metropolitano de Información de Chicago, que rastrea las tendencias de compras domésticas y la actividad bancaria entre los inmigrantes de la región, allí habitan unos 340 mil indocumentados. Es difícil precisar dónde trabajan, en parte porque los indocumentados tratan de mantenerse fuera del alcance del radar y porque comúnmente los patrones dicen que sólo contratan trabajadores legales. Aun así, en muchas industrias, incluso hospitales, el flujo de inmigrantes es crítico para encontrar personal.

En Chicago, los inmigrantes integran de 40 a 50% del personal de los hoteles, y probablemente un mayor porcentaje en restaurantes, asevera Lars Negstad, director de investigación de Unite Here Local 1, sindicato que representa a los trabajadores de hoteles y restaurantes. ''Siempre necesitamos personas para hacer tareas domésticas, y muchos nacionales no quieren hacerlo'', sostiene Chris Mander, vicepresidente regional de operaciones de los Hoteles Intercontinental en Medio Oeste y Canadá. La empresa valora a los empleados que hablan varios idiomas, dice. ''Muchos de nuestros clientes hablan español, así que es importante. Y tenemos empleados de Europa que se entrenan aquí y ayudan a dar la bienvenida a huéspedes de otros países. Esas son contrataciones más temporales."

En los restaurantes de Chicago, muchos trabajadores son inmigrantes de México y Centroamérica, observa Michael Kornick, chef y propietario de restaurantes. ''En términos de personas que buscan empleo en restaurantes, no veo que las cosas vayan a cambiar en una ciudad como Chicago; usted puede, incluso, ir a los bares sushi y el idioma principal atrás del mostrador es, muchas veces, el español'', expresa. ''Pienso que cualquier medida política debe tomar en cuenta que muchas industrias, como la hospitalaria y la de servicios de alimentación, tienen empleados muy antiguos que probablemente son originarios de otro país''.

FUENTE: EIU

Traducción de textos: Jorge Anaya

 
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