Samuel Ruiz y Raúl Vera realizan marcha y ayuno por mineros
San Juan de Sabinas, Coah., 10 de abril. La injusticia y explotación en contra de los mineros mexicanos en ocasiones son peores manifestaciones de marginación que el trato inhumano hacia los indígenas del sureste del país, advirtió el obispo emérito de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz García.
El prelado chiapaneco encabezó junto con el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, un ayuno y la llamada Caravana por la Vida, en la que más de 500 personas religiosas, laicas, defensoras de los derechos humanos y representantes de organismos no gubernamentales, se solidarizaron con las familias de los 65 mineros muertos.
"Por lo que yo conozco, hay situaciones (de abuso) similares y algunas peores a lo que sucede con los indígenas", aseguró Ruiz García en este municipio, donde el 19 de febrero pasado explotó y se derrumbó la mina de carbón Pasta de Conchos.
Consideró que el accidente dentro del citado yacimiento y las manifestaciones de repudio a la explotación y condiciones inseguras de trabajo en las minas se deberían convertir en decisiones permanentes "para dignificar" el desempeño de quienes "no tienen otra alternativa de trabajo".
Aferrarse a lo imposible
A su vez, el obispo Raúl Vera dijo que la caravana de más de 120 automóviles y 15 autobuses, que partió por la mañana de Monclova y concluyó por la tarde a las afueras del yacimiento carbonero concesionado a Industrial Minera México, es una muestra de solidaridad hacia los deudos de los 65 trabajadores fallecidos, pero también una forma de presión hacia las autoridades federales y a las empresas para mejorar la calidad de vida de los trabajadores mexicanos.
Tras arribar a las afueras de la mina, los obispos Ruiz y Vera se entrevistaron con esposas, madres y hermanos de las víctimas, con quienes compartieron la exigencia a las autoridades y empresarios de que cuanto antes se inicien los trabajos para recuperar los restos de sus familiares.
Si bien la mina Pasta de Conchos está ubicada en Piedras Negras, el obispo de esa ciudad, Alonso Garza Treviño, no participó en la caravana, debido a que difiere de Ruiz García y Vera López, quienes exhortan a las familias de los mineros muertos a exigir el rescate de los restos de los trabajadores.
Garza Treviño, quien fue acusado recientemente por damnificados de las inundaciones ocurridas en Piedras Negras en 2004 de haberles robado 70 mil dólares donados por la diócesis de San Antonio, Texas, consideró que los deudos "no deben aferrarse a algo que es imposible".