Mantenían desde el pasado 28 de febrero una huelga, que se calificó de ilegal

Despidió Industrial Minera México a 420 trabajadores sindicalizados en Zacatecas

Laboraban en el yacimiento San Martín; la empresa, dispuesta a reconsiderar la decisión

Sombrerete, Zacatecas, 10 de abril. Un grupo de 420 trabajadores sindicalizados de la mina San Martín, propiedad de la empresa Industrial Minera México, fueron despedidos por mantener desde el pasado 28 de febrero una huelga que fue declarada ilegal. ''Hemos empezado a mandar oficios a los mineros que están en huelga'', expreso Rigoberto del Real Bahena, gerente de la empresa.

Vicente Mena, presidente del comité de huelga sección 201 del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, Unidad San Martín, informó que ha sido nulo el contacto con la parte patronal para dirimir las inconformidades, las cuales, aseguran, tienen que ver con los sistemas de seguridad al interior de la mina, así como con el material de trabajo que utilizan para laborar.

Del Real Bahena puntualizó que la empresa está en la disposición de renegociar con los mineros despedidos para que recuperen su trabajo; "esperamos que se acerquen para dialogar, pues el conflicto se ha politizado'', señaló.

Por su parte, el delegado de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social, Arturo Ramírez Bucio, manifestó que hay interés de los mineros agremiados al sindicato por trabajar, y responsabilizó a los líderes por la huelga. Exhortó a los trabajadores que se encuentran en estas condiciones a dialogar con la parte patronal.

Mientras tanto, los mineros sindicalizados continúan con el plantón afuera de la empresa esperando solución a sus demandas. El despido tiene su origen en la revisión del contrato colectivo de trabajo que se realiza de manera periódica cada dos años, truncada por el accidente suscitado en la mina Pasta de Conchos, donde fallecieron 65 trabajadores, y en días subsecuentes por el desconocimiento por la comisión de vigilancia del sindicato del líder Napoleón Gómez Urrutia.

De la corresponsalía