El turno es del IFE
Elena Poniatowska es una gran escritora, es una defensora notable de los derechos humanos, es una activista que renueva sus causas sin jamás abandonarlas. En el caso de este "duelo de espots" no está ni podría estar a discusión la credibilidad de Elena Poniatowska.
El tema único es la frase: "(Andrés Manuel López Obrador) es un peligro para México", que traspasa todo límite polémico, sitúa al adversario como la figura no a vencer sino a destruir, e incita al linchamiento sin más. Por escaso que sea el conocimiento idiomático de los autores del espot y de Felipe Calderón, que de seguro lo autorizó, debe saber que "peligro para México" no es una expresión más de la demasiadas y muy tontas que (de todos lados) se han dicho en esta campaña; "peligro para México" es el llamado a la destrucción del enemigo, es la cancelación tajante y burda de las reglas civilizadas de la contienda. ¿Qué supone Felipe Calderón: que los votantes próximos de Andrés Manuel López Obrador lo harán a sabiendas de lo que su espot o Tabla de la Ley declara, corresponsabilizándose del "peligro de México", o que se trata de millones de idiotas, títeres a la espera de las órdenes que destruirán al pobre país?
Calderón Hinojosa quiere salir del paso con hipocresías sobre el respeto que le tiene a Elena Poniatowska. Hace bien en decirlo porque la escritora es en verdad respetable, pero lo que de él espero es una retractación más amplia, si en verdad quiere seguir en una contienda pacífica y democrática. Al margen de la opinión que a cada ciudadano le merezcan los candidatos, en el desarrollo de la campaña -y eso al Instituto Federal Electoral le toca ratificarlo de inmediato- no hay "peligros para México", sino posiciones muy distintas que, luego, deben llegar al acuerdo nacional que es el principio de la gobernabilidad. Insistir en "aislar" a López Obrador, en levantar el "desafuero del exabrupto" que sin recato califica al candidato de la coalición Por el Bien de Todos como un riesgo extirpable de inmediato, es una manera como otras de expresar la confusión, el uso de la amenaza y la estrategia del miedo como plataforma ideológica. A eso se reduce por ahora la insistencia en "el bien común".
No, ni López Obrador, ni Felipe Calderón Hinojosa, ni Roberto Madrazo Pintado son, desde la perspectiva de las elecciones, un ''peligro para México'', porque después del 2 de julio ellos y sus partidos continuarán trabajando por sus definiciones de democracia, las que tengan.
Sus programas son o pueden ser rechazables, sus intransigencias molestan o perturban, pero si creyéramos que alguno de ellos es en rigor un "peligro para México" se empañaría a fondo la votación y el proyecto democrático. El espot del PAN es muy lamentable, pero, sin duda, no es ''peligro para México''. Le toca al Instituto Federal Electoral exigir, de acuerdo a la ley, un nivel de dignidad en las campañas, y es asunto de los ciudadanos oponerse a los proyectitos de ''guerra civil''.