El ventilador fue utilizado en un domicilio, con permiso de las autoridades
Acusan a doctora del Infantil de México de sacar y rentar equipo del nosocomio
Fue el pretexto para despedirme, acusa la especialista Verónica Flores Sánchez
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Continúa el descontento en el Hospital Infantil de México Federico Gomez. La imagen corresponde al laboratorio del nosocomio
Foto: José Carlo Gonzalez
Para Mariana no había más esperanzas. Estaba condenada a morir y sus papás aceptaron llevársela a su casa con el compromiso del Hospital Infantil de México Federico Gómez de que recibirían todo el apoyo en equipo y asistencia médica. La menor utilizó durante tres meses un ventilador, mismo que después sirvió de pretexto a las autoridades del nosocomio para acusar a la doctora Verónica Flores Sánchez de haberlo sacado para rentarlo a un hospital privado.
Documentos en mano, la entonces jefa de Terapia Respiratoria comprobó que la directora médica, Vesta Richardson, autorizó el préstamo del ventilador a Mariana, quien padecía fibrosis pulmonar. Era el periodo de Semana Santa de 2004.
Luego de ordenar a Flores Sánchez que capacitara a los padres de la menor en el manejo del equipo que se les prestaría y les diera toda clase de facilidades y asistencia médica, Vesta Richardson se fue de vacaciones.
El entonces subdirector de Asistencia Médica, Alejandro Serrano, y Flores Sánchez realizaron los trámites para la salida de Mariana y el equipo de ventilación, el 7 de abril de 2004.
A mediados de julio del mismo año, los papás de la niña devolvieron al Hospital Infantil de México el aparato prestado. La niña había muerto.
Pese a que de todo ello existe constancia documental, las autoridades del nosocomio acusaron a la doctora Flores Sánchez ante la contraloría interna de haber sacado el equipo y de rentarlo a un hospital privado.
Después le levantaron cuatro actas administrativas más y con ese pretexto la despidieron. Flores Sánchez es una de al menos 30 médicos especialistas que se han ido del Hospital Infantil de México, ya sea por despido o por ser forzados a pedir su renuncia o jubilación. Algunos otros se fueron voluntariamente cuando se dieron cuenta de que no podrían realizar sus proyectos profesionales.
Varios de ellos así lo han confirmado a este diario, luego de que el viernes pasado el director José Ignacio Santos Preciado aseguró que quienes se han ido del hospital lo han hecho de manera voluntaria. Decidieron, dijo, poner sus negocios propios o atender las ofertas económicas de la industria privada (La Jornada 7/04/06).
Los especialistas, quienes prefirieron mantenerse en el anonimato para evitar represalias, agregaron que ''aunque el presidente Vicente Fox diga que en México nadie calla a nadie, quien quiera voltear hacia el Hospital Infantil de México Federico Gómez podrá comprobar que eso es una gran mentira".
Por lo pronto, Santos Preciado ordenó reforzar la seguridad en el nosocomio con elementos de una empresa privada. En los lugares más visibles se colocó la carta que 300 trabajadores -de los casi 3 mil que conforman la plantilla del instituto- firmaron en apoyo al director.
Además, en las mismas paredes se colocó la carta de renuncia del doctor Miguel Cashat, quien hasta ahora ha sido el único de los especialistas que públicamente ha expresado que su salida fue voluntaria, debido a que aceptó la propuesta de trabajo de un laboratorio farmacéutico.