En tiempos de la globalización, continúa laborando como hace 80 años: a mano
Empresa suiza productora de plumas, lápices y colores apuesta por la calidad artesanal
Ginebra, 3 de abril. Caran d'Ache, manufacturera de plumas, lápices y colores, mantendrá su valor "artesanal" y su "sofisticación", porque son parte de la tradición de Suiza, expresó Silvio Laurenti, director de la empresa creada en 1924, quien niega sentirse intimidado por los imperantes términos de globalización, fusiones y outshores (alianzas externas).
La empresa, que representó a Suiza en la Exposición Universal de Barcelona en 1929, "es lenta para cambiar". Es la única "casa de alta escritura" en el país y se mantendrá como fábrica de familia, sin deudas, sin inversiones bancarias y sin accionistas, aseguró Laurenti.
Por la fábrica de Ginebra el tiempo no pasa. Artesanos y artesanas trabajan como hace 80 años: a mano. La tecnología de punta sirve solamente para apoyar en los puntos donde la mano del hombre no puede llegar.
Laurenti, recio como la empresa, aceptó pese a todo revelar un dato sobre el negocio: Caran d'Ache controla no más de 6 por ciento de la producción de plumas y lápices en el mundo, mientras que Mont Blanc tiene 60 por ciento.
Su cifra de negocios, el valor de sus ventas, queda en misterio y en un secreto mejor guardado que el sistema para rellenar de tinta sus plumas.
¿Planes para el futuro? Sí. Dirigirse al mercado extranjero. Con un equipo de mujeres en la mercadotecnia, está en camino de quitar a la marca su imagen de masculinidad y darle paridad de género. "Además, son las mujeres las que compran, los hombres quienes reciben", dijo a La Jornada durante una entrevista en las instalaciones de la empresa, reconocida en la fabricación de instrumentos de escritura y de arte.
Son otros los valores que estimulan, como la protección del medio ambiente, dice. La madera que utiliza para hacer lápices y colores -cedro rojo de California- es de control estricto.
De sus talleres en Ginebra salen al mundo entero los populares lápices de colores Prismacolor, o a partir de pedidos especiales la pluma fuente La Modernista, que por unos 350 mil francos reviste su estructura de rodio con 5 mil 72 diamantes y 96 rubíes; el primero de estos instrumentos fue un pedido del sultán de Brunei, en 1996, y en 2001, por su rareza, ingresó al Libro de Récords Guiness.