Actualmente rusos y estadunidenses efectúan ensayos de ingeniería genética con él
Clamor mundial para que se detenga la experimentación con el virus de la viruela
"Innecesarios e inaceptables", los riesgos por la existencia de muestras vivas
Ginebra, 3 de abril. Los experimentos de ingeniería genética con viruela y su empalme en genes para injertos en otros virus, sobre los que Estados Unidos y la Federación Rusa esperan la autorización de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han sido fuertemente criticados y se demanda la destrucción de los abastos de viruela y el alto a la investigación.
La preocupación sobre el destino final de la investigación, que separadamente realizan laboratorios estadunidenses y rusos, ha llevado a la demanda de que los abastos de viruela actualmente almacenados en previsión de alguna calamidad sean destruidos con urgencia.
Al mismo tiempo, se exige el alto a la experimentación con el virus, incluso con viruela genéticamente concebida.
De acuerdo con Third World Network y Sunshine Project, es "imperativa" la creación de un nuevo organismo que controle la investigación sobre la viruela y restrinja su experimentación únicamente a los casos considerados esenciales.
El Comité de Consulta sobre la Investigación del Virus Variola, el mismo que debería aprobar la demanda de Estados Unidos y de Rusia, ha fracasado en controlar dicha investigación.
El plan de terminar con este programa de experimentación y eliminar los abastos existentes de virus de viruela estuba previsto para 2001.
La distribución de ántrax en Estados Unidos a finales de ese año, caracterizado por los ataques terroristas, llevó a reconsiderar tal decisión, a pesar de que tanto la producción como la distribución eran "riesgos de seguridad de salud y bioseguridad innecesarios e inaceptables". El consenso es que "ya no es necesario almacenar virus de viruela vivos".
Por otro lado, la Comisión sobre Derechos de Propiedad Intelectual, Innovación y Salud Pública, creada en 2004 en la OMS, recomendó el acceso de los pobres en los países en desarrollo a nuevos medicamentos y productos para el diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades que más los afectan.
La comisión argumentó que el acceso a los medicamentos es posible a pesar de la pobreza y de la carencia tecnológica del sector médico en Africa y Asia.
La comisión formuló más de 50 recomendaciones para que los pobres en los países en desarrollo -más de la población de Africa y Asia- tengan acceso a medicamentos y productos para el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades.