Usted está aquí: miércoles 5 de abril de 2006 Mundo Acusado de corrupción, Tom DeLay deja su curul y se retira de la política

El republicano abandona la carrera por la relección ante una inminente derrota

Acusado de corrupción, Tom DeLay deja su curul y se retira de la política

Con poco más de 20 años en el Congreso de EU el político fue un estratega feroz

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen El congresista republicano Tom DeLay, ayer durante una entrevista para la televisión en la que habló del fin de su carrera política Foto: Ap

Nueva York, 4 de abril. En una historia que podría llamarse El martirio del Martillo, el representante Tom DeLay, hasta hace poco uno de los políticos más poderosos en Washington y principal estratega de la conquista republicana del Congreso, anunció hoy que abandonará su curul, marcando el fin de la carrera política de una figura tan intimidante que tenía de apodo El Martillo.

El fin de DeLay empezó en septiembre pasado cuando un gran jurado en Texas lo acusó formalmente de lavado de dinero y violaciones de leyes de financiamiento de campañas electorales. Con ello fue obligado a renunciar como líder de la mayoría republicana de la Cámara de Representantes, aunque en ese tiempo insistió en que lograría ganar el caso legal en su contra y juró regresar a ese puesto.

Sin embargo, una amplia investigación federal por corrupción política que se inició en torno al cabildero Jack Abramoff (de quien DeLay comentó en algún momento; "es uno de mis amigos más cercanos y queridos") quien lo implicó en lo que aún podría ser uno de los escándalos políticos más grandes de la historia de Washington. La investigación federal llevó a que el ex jefe de prensa de DeLay, Michael Scanlon, se declarara culpable, y poco después el propio Abramoff también aceptó su culpabilidad en lo que fue una conspiración de corrupción política. Hace cuatro días, el ex asesor y subjefe de equipo de DeLay, Tony Rudy, aceptó su culpabilidad en la conspiración de corrupción, y esto parece haber sellado el destino político de su ex jefe.

DeLay, quien según algunos líderes cristianos conservadores fue electo por Dios al Congreso -lo cual hizo que Dana Milbank del Washington Post preguntara recientemente si los electores de su distrito en Texas habían sido informados de eso- ha sido sancionado en tres ocasiones por el Comité de Etica de la Cámara, pero siempre ha insistido en que es inocente de todo. De hecho, ayer le preguntaron si había cometido algo ilegal o inmoral durante su trabajo como servidor público, y respondió que "no".

En un mensaje videograbado difundido esta mañana, DeLay anunció que suspendería su campaña de relección y declaró: "soy realista, he estado aquí mucho tiempo. Puedo evaluar situaciones políticas". Al parecer, según sus asociados, tomó la decisión no por la investigación criminal en su contra que continuará un fiscal en Texas, sino por temor a que pudiera perder ante un demócrata en las elecciones legislativas de noviembre.

Que el "arquitecto" principal de la mayoría republicana en Washington llegara a confesar que se retira de la política porque parecía cada vez más posible que no podría ganar su relección, marca una derrota con graves implicaciones para su partido. Hay temores de que los demócratas podrían reconquistar la mayoría en la cámara este año, aunque hace sólo unos meses los republicanos parecían invencibles en su control de las tres ramas del gobierno. Pero DeLay se convirtió rápidamente de conquistador en un herido grave para su ejército político, uno que cada vez menos de sus colegas deseaba que permaneciera en sus filas.

DeLay había informado ayer al presidente George W. Bush su decisión poco antes de hacerla pública. Estrategas republicanos creen que hay una mejor oportunidad para que su curul se mantenga en manos republicanas con su ausencia. Los demócratas estaban un poco decepcionados, ya que deseaban que DeLay continuara su campaña, pues se preparaban para usarlo como símbolo nacional de su mensaje de que los republicanos habían llegado a niveles de corrupción sin precedente, con él como el ejemplo principal.

DeLay, que era exterminador de insectos, ha estado en el Congreso desde 1985. Impuso una disciplina feroz (con lo cual se ganó su apodo) a su partido al asumir puestos de liderazgo, fue uno de los estrategas para bloquear la agenda legislativa del presidente Bill Clinton durante los 90 y principal ingeniero del juicio político a Clinton. Después, con el triunfo de Bush, fue el encargado de promover la nueva agenda conservadora y establecer una máquina política en Washington para consolidar el control republicano. Pero a partir de 2002, sus agresivas estrategias y sus maniobras políticas realizadas bajo un manto de impunidad por el poder que había acumulado empezaron a generar problemas, y con eso, dio inicio el fin de su poder.

 
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