Preocupa la inseguridad y tramitología en México
Sin resolver, las limitantes a la inversión y el comercio con Japón
A un año de la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación Económica (AAE) México-Japón, los empresarios de ambos países no han podido resolver las principales limitantes para intensificar el comercio y la inversión.
Los empresarios japoneses mantienen su preocupación por la inseguridad en México, los secuestros y robo de contenedores, aseguró el presidente de la Cámara Japonesa de Comercio, Satoshi Takahata, al abundar que la piratería y la amplia cantidad de trámites también son un freno para la inversión en México.
Por el lado mexicano, los principales inhibidores para exportar a Japón son los altos costos de transporte, las restricciones fitosanitarias y una reducida promoción de los productos mexicanos en aquel mercado, aseguró el vicepresidente de Comercio Exterior del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Alfredo Moisés.
En un balance sobre el primer año de cooperación del acuerdo, el embajador de Japón en México, Yubun Narita, señaló que se trata de un tratado entre Estados que llegará hasta donde consideren que no tienen más que ofrecer, por lo que el cambio de gobierno en México no les representa un factor de riesgo.
Reunidos en la Secretaría de Economía para evaluar los resultados de los primeros 12 meses de este acuerdo comercial, el subsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales, Angel Villalobos, señaló que los resultados son satisfactorios en intercambio comercial e inversión.
Detalló que la inversión japonesa en México durante 2005 llegó a mil 122 millones de dólares, cifra que podría repetirse al cierre de 2006, pues se anunció que en el primer trimestre de ese año llegará capital japonés por 915 millones de dólares.
Durante su intervención, el embajador Yubun Narita señaló que uno de los mayores beneficios del acuerdo es que no consiste en un simple tratado comercial para la reducción de aranceles, sino que contiene todo un marco jurídico que ofrece confianza a los empresarios de ambos países y los reconoce como socios.
Destacó que el proceso electoral y el cambio de gobierno no representan riesgos para los empresarios nipones ni son motivos de preocupación, ya que el acuerdo es un compromiso de Estado que se mantendrá mientras sea productivo para ambos países. Asimismo, confió en que el nuevo presidente de México tenga buena disposición hacia los inversionistas.
Sin embargo, detrás de las cifras satisfactorias persisten problemas para empresarios mexicanos y japoneses que se plantearon desde los largos meses de negociación, y que un año después no se han podido resolver.