Usted está aquí: sábado 1 de abril de 2006 Espectáculos Una mirada a la paranoia capitalina

Una mirada a la paranoia capitalina

Juan Pablo Villaseñor aborda el caos urbano y la soledad en su nuevo filme

JORGE CABALLERO

Ampliar la imagen El cineasta Juan Pablo Villaseñor y las actrices Natalia Esperón y Margarita Sanz, en un receso del rodaje de Espérame en otro mundo. "Creo que todas las personas padecemos patologías; todos hacemos cosas de las que no somos conscientes", señala al realizador al hablar de los motivos de su nueva película Foto: Yazmín Ortega Cortés

Ampliar la imagen Margarita Sanz, Natalia Esperón y Juan Pablo Villaseñor en una de las locaciones de la cinta en la colonia Roma Foto: Yazmín Ortega Cortés

Espérame en otro mundo, el nuevo filme de Juan Pablo Villaseñor -Y yo que la quiero tanto, Por si no te vuelvo a ver y Los niños de Morelia-, entró ya a su última semana de rodaje. La historia gira en torno de Marcela, una maestra de baile de salón que ve cómo se destruye su familia en un contexto urbano de soledad, desesperanza y búsqueda de asideros.

El guión es del propio Villaseñor, y lleva en los papeles estelares a Margarita Sanz, Natalia Esperón, Fernando Becerril, Hernán Mendoza y Carmen Huete. La fotografía es de Martín Boege -Noticias Lejanas-, la música original es de Jimena Giménez Cacho, el sonido está a cargo de Antonio Diego y en la producción figuran Grazia Rade, de Arte 7, y Sergio Sanjinés, con el apoyo de Imcine. Miguel Lavandeira se encarga de la edición.

En el relato de Villaseñor, Gloria, una mujer madura de clase media, va perdiendo la memoria y poco a poco queda atada al único recuerdo feliz de su vida. Durante una pausa que hace en una locación del rodaje -un departamento de la calle de Oaxaca, en la colonia Roma-, el director comenta: "me gusta contar historias, y las que encuentro en la vida real me parecen más sorprendentes e increíbles que las que pueda inventar. Por eso, si bien la trama de Espérame en otro mundo es ficticia, me apoyé en documentos médicos para darle consistencia a los personajes".

"Todos, a un paso de perder el equilibrio"

"Creo que todas las personas padecemos patologías; todos hacemos cosas de las que no somos conscientes, extrañas a los ojos de los demás, pero que suelen resultar normales para nosotros. Todos estamos a un paso de perder el equilibrio. Todos, alguna vez, nos hemos sentido atraídos por el abismo.

"El cerebro es una gran computadora que tiene conexiones finísimas, y si alguna sufre la más mínima lesión, se desorganiza todo. En Espérame en otro mundo están presentes muchos de los trastornos paranoides que padecemos los habitantes del Distrito Federal, pero también se habla de la memoria, de la eutanasia y de una posible explicación científica a la rencarnación".

En medio del ajetreo, entre toma y toma, Villaseñor se da tiempo de decir que para él "las historias no tienen un origen sino muchos. A veces se piensa que se parte de algo concreto para escribir. A mí no me pasa eso; de repente agarras algo que está en el aire, algo que tu memoria visual, auditiva y emotiva transforman en relato. Me gusta mucho la literatura. Antes tenía una obsesión de leer todo: los clásicos, los contemporáneos, las novedades. Ahora me interesan más los textos de divulgación científica. En la neurología, por ejemplo, he encontrado cosas mucho más alucinantes que las que podría hallar en cualquier libro de ciencia ficción".

Juan Pablo Villaseñor confiesa: "Con esta cinta busco narrar algo con lo que la gente se pueda identificar. Casi todos tenemos en nuestra familia, o entre nuestros amigos, a habitantes de otros mundos, gente que vive otra realidad, que padece alguna alteración nerviosa, algún tipo de esquizofrenia, una percepción del mundo que no es la común. Lo lamentable es que no tenemos los códigos ni el lenguaje necesario para entenderlos o comunicarnos con ellos".

En la locación de la Roma se filma una escena donde Margarita Sanz y Natalia Esperón bailan la canción Bule bule; en un corte, Sanz se da una pausa, y en el camerino nos confiesa: "Está resultando ser una caracterización muy difícil, porque fue necesario restructurar el personaje de Gloria, ya que es una persona que tiene escapes sicóticos y había que definir qué clase de enfermedad la aquejaba, así que lo aterrizamos. Yo estuve cerca de una persona que padecía brotes sicóticos y conocía el proceso para afinar el personaje".

La percepción de Margarita Sanz de la cinta: "Es una generación adulta que aplasta a una más joven, porque la víctima de una madre que tiene brotes sicóticos y de un padre frustrado, amargado y que bebe, amenaza el futuro de su hija de 27 años. Espérame... expone a una familia aparentemente normal, y poco a poco se descubre que no es así, que los padres son personas muy enfermas, porque esta sociedad está enferma. Todo esto se manifiesta e irrumpe en el desarrollo de la juventud de su hija".

Lo que le llamó la atención de este personaje fue que: "el desafío actoral es muy grande. Hay que mover mecanismos interiores de emoción, debes tener un alto nivel de sinceridad emotiva".

Autismo social

En otro momento, el actor Fernando Becerril, quien realiza una escena con Esperón, se hace un espacio para platicar con La Jornada. Habla de su personaje: "Nacho es un trabajador de clase media baja y muy noble, quie enferma por no saber escuchar a la persona que ama. Cuando su cotidianidad se rompe por la enfermedad de su esposa se da cuenta de que sacrificó su vida, entonces llega a un autismo social: falta de comunicación, incomprensión, y acaba perdido".

Becerril confiesa que su personaje "emprende un viaje de desconocimiento, porque no es un ser que reflexiona, es un hombre de Metro-trabajo-dormir, un rutinario, y cuando pierde todo lo que lo sostenía y cae en un total desconocimiento que no es capaz de analizar".

El actor también mencionó: "Nacho es el ejemplo del desecho que hace la sociedad cuando se acaba la vida útil de una persona. La importancia de hablar de esto en la película es mostrar que la forma como está constituida la sociedad te destruye".

En el rodaje, Natalia Esperón, quien fue la que tuvo llamado toda la tarde, también charló con este medio. "La historia es muy intensa, es mi primer trabajo en cine. Me siento muy bien, mi personaje es una maestra de baile de salón que se ha frustrado muchísimo porque quería ser bailarina clásica y ya se le pasó la edad. Es hija única, por lo que carga el peso de sus padres y deja de vivir su vida".

Esperón agregó que para su personaje se basó "en los casos que he tenido cerca, porque ver la locura de un ser querido que no se acuerda de ti en semanas es una muerte en vida. Mi personaje se da cuenta de que no ha tenido ni un sólo instante de felicidad, por eso recurre a la hipnosis, para rescatar los momentos felices de su vida".

En la carpeta de prensa de la película hay una jacaranda en la portada. Se le pregunta a Villaseñor cuál es el significado, a lo que responde: "Soy provinciano y nunca antes había visto una jacaranda hasta que llegué a esta ciudad. En esta época está floreando, por eso hicimos la película en esta temporada. Me di cuenta de que son árboles por los cuales pasan todas las estaciones del año. Este árbol es una especie de metáfora de lo que es la película: recuperar los momentos gratos de la manera en que se pueda".

 
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