Usted está aquí: viernes 31 de marzo de 2006 Política Impresionan a visitantes ruinas de Chichén Itzá

"Es una cultura muy fuerte", expresa Bush

Impresionan a visitantes ruinas de Chichén Itzá

El canadiense Stephen Harper sólo se ciñó al protocolo

ROSA ELVIRA VARGAS Y JOSE ANTONIO ROMAN ENVIADOS

Ampliar la imagen Stephen Harper, primer ministro de Canadá, y Vicente Fox y George W. Bush, presidentes de México y Estados Unidos, respectivamente, durante su visita a la zona arqueológica de Chichén Itzá, en el estado de Yucatán Foto: José Carlo González

Chichén Itzá, Yuc., 30 de marzo. George W. Bush fue directo en su respuesta. "Es una cultura muy fuerte", exclamó el presidente de Estados Unidos ante la majestuosidad de los vestigios mayas. "Sí, esas son nuestras raíces", respondió con firmeza Federica Sodi Miranda, directora del Centro Regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Yucatán.

Y es que para manifestar su asombro, tanto al jefe de la Casa Blanca como al primer ministro de Canadá, Stephen Harper, les fueron suficientes 40 minutos.

Ni hablar de subir a la pirámide de Kukulcán, porque esa era, de acuerdo con el programa oficial, una decisión libre de los mandatarios. Sin embargo, no faltó quien señalara a los canadienses como los primeros en solicitar a Harper que no acometeira la aventura de escalar el edificio, porque no tiene condición física, y la sugerencia alcanzó al anfitrión, Vicente Fox, por sus malestares en la espalda. Los autores de tal explicación eran estadunidenses.

Anfitrión ejemplar

Momentos antes del arribo de sus invitados, Fox supervisaba los preparativos, giraba instrucciones, ultimaba detalles escenográficos. Quería todo al centavo.

Preguntaba dónde se ubicarían los mandatarios para observar, durante siete minutos, a los bailarines de jarana del Ballet Folclórico Yucateco, y que quedaran perfectamente en el ángulo de los fotógrafos y las cámaras de televisión. Así fue en todo el recorrido.

En el mismo helicóptero viajaron desde Cancún Bush y Harper. Todo Chichén Itzá sólo para ellos y un amable Vicente Fox que se dedicó a ilustrar al premier canadiense, mientras el estadunidense seguía con la cabeza el ritmo de la música.

Novato en estas reuniones -es su segunda salida al extranjero; antes viajó a Afganistán para visitar a las tropas canadienses acantonadas en ese país-, Harper se presentó con un chaleco similar al que usan los fotógrafos. El político conservador, de 46 años, se ceñía al protocolo. Después se dijo desde Los Pinos que Harper comentó con Fox que en Cancún pasó su luna de miel.

En contraste, Bush no desaprovechaba la ocasión, el escenario ni el paisaje para la pose, el gesto relajado y sonriente. Hacía válidas las hipótesis de varios reporteros que cubren habitualmente sus actividades, de que su visita a México con tiempo y disposición tiene como propósito la búsqueda de raiting y rescatar imagen para la causa republicana, necesitada del voto de los latinos en las elecciones de noviembre.

Después los mandatarios pasaron al área del juego de pelota, caminaron por la plaza principal y llegaron al pie del templo de Kukulcán, la construcción más importante de Chichén Itzá.

Durante todo el recorrido los mandatarios estuvieron al alcance de cualquier lente fotográfica. Posaron de perfil, sonrientes, exactamente entre los escalones siete y ocho del castillo, como antes en el juego de pelota y, para terminar, en el área de las grandes mesas.

Era temprano y el sol aún no pegaba fuerte. Sólo acompañados por la antropóloga Federica Sodi (de quien Rubén Aguilar transmitió el dato de que es hermana de Thalía), los mandatarios se "empaparon" durante 40 minutos de las expresiones de una cultura que ha aportado conocimientos fundamentales a la humanidad.

La agenda preveía hora y media para la visita, pero no fue necesario ese tiempo, porque las tomas para fotografías y televisión, sobre todo tratándose de políticos tan entrenados como Fox y Bush, requieren menos y, en cambio, pueden ser usadas hasta la saciedad, como hizo la televisión estadunidense en sus principales cadenas noticiosas a lo largo del día.

Por la noche, Bush y Harper acudieron a la cena organizada por Fox.

El escenario que ofrece Cancún le ha servido a Fox para presumir la rapidez con que se reconstruyó el centro vacacional después del paso del huracán Wilma en octubre pasado.

Hasta ahora, todo le ha salido a pedir de boca. No obstante, el anfitrión precisó ante la prensa: "no es aquí donde se hace un acuerdo migratorio. Ya está el tema en el Congreso... allá se va a tomar la decisión; ya no es entre el presidente Bush y el presidente Fox".

Ahora habrá que esperar la conferencia de mañana: "déjennos tener la reunión y entonces ya les platicaremos. ¿Si no, qué noticias dejamos para mañana?", pidió.

 
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