Basta de abusos, advierten 500 mil defensores de indocumentados
Cientos de miles tomaron las calles de Los Angeles
Marchas en otros cuatro estados; anuncian más movilizaciones para abril
Ampliar la imagen Más de 500 mil defensores de indocumentados marcharon ayer en Los Angeles en protesta por el endurecimiento de las leyes migratorias Foto: Reuters
Washington, 25 de marzo. Las imágenes de cientos de miles de migrantes y sus aliados en las calles de Los Angeles recorrieron hoy el país. Entre los que protestaron figuran aquellos que han participado en una creciente ola de manifestaciones tanto en esta capital como en Chicago, Milwaukee, Atlanta, Denver y Phoenix, con el mensaje de un "ya basta" a las medidas antimigrantes, las humillaciones, abusos y atropellos.
Esto podría marcar el nacimiento de un nuevo movimiento social nacional en Estados Unidos, retomando las históricas banderas de las luchas laboral, de derechos civiles y de la dignidad con justicia. Como ha sucedido tantas veces en la historia de este país, este movimiento está encabezado por migrantes.
La policía de Los Angeles calculó la participación de más de medio millón de personas, en lo que muy bien podría ser la movilización de migrantes más grande en la historia estadunidense, y la mayor marcha de protesta en Los Angeles.
Pero hoy también marcharon unos 50 mil en Denver, Colorado; 4 mil en Sacramento, California, y unos 3 mil en Charlotte, Carolina del Norte, en lo que los medios locales consideraron "una de las manifestaciones más grandes en la historia reciente" de esa pequeña ciudad. Otros 2 mil protestaron ayer en Kansas City, así como cientos en Cleveland.
Decisión de dejar las sombras
En las últimas semanas los migrantes han hecho algo sin precedente a escala nacional: cientos de miles decidieron salir de las sombras, de detrás de sus defensores y abogados, de detrás de los que hablan en su nombre, y se presentaron en los centros urbanos, a pleno sol, para afirmar que están presentes, y con ello han conformado un nuevo actor político en este país.
En sólo un par de semanas se han manifestado en más de 15 ciudades -y en algunas han constituido las mayores protestas realizadas en tiempos recientes.
De cierta manera, todo esto es un rescate de la lucha laboral y de derechos civiles de este país. Cuando más de 100 mil (tal vez fueron más de 200 mil) migrantes y sus aliados tomaron las calles del centro de Chicago, el pasado 10 de marzo, varios políticos y activistas señalaron que era la movilización más grande de la historia de esa ciudad desde fines del siglo 19, cuando se desató ahí la lucha por la jornada de ocho horas -lucha que cada 1º de mayo se celebra alrededor del mundo en memoria de los mártires de Chicago.
Pero esa movilización histórica no sólo fue laboral; en esencia, también fue un movimiento de migrantes.
El viernes pasado, en Atlanta, organizadores de una acción para protestar contra medidas antimigrantes informaron que 80 mil latinos no se presentaron a sus trabajos -lo cual sería una de las protestas más grandes de los tiempos recientes en Estados Unidos.
Estas últimas semanas han visto a 30 mil indocumentados ante el Capitolio, en esta capital; a 30 mil en Milwaukee, el jueves pasado, y a 20 mil tomando algunas de la calles centrales de Phoenix. Cientos de miles protestaron en ciudades como San Francisco, Trenton, Tucson, así como en pueblos de Oregon, Nueva Jersey y Tennessee, entre otros.
Para el 10 de abril preparan nuevas movilizaciones por la defensa de sus derechos y para condenar medidas racistas y xenofóbicas. Esto se hará con marchas coordinadas en 10 ciudades, incluyendo Los Angeles, Nueva York, Chicago y esta capital.
Aunque las protestas no son novedosas en sí, dado que sindicatos, organizaciones latinas y de defensa de indocumentados han realizado innumerables acciones durante décadas, sí hay algo diferente. Organizadores tanto de la megamarcha en Chicago, hace un par de semanas, como de la movilización de hoy en Los Angeles, señalan que la participación de grupos de la comunidad, de clubes de oriundos y sus federaciones, así como el papel de los medios latinos locales (la radio, sobre todo), son la clave de por qué las dimensiones de esa movilización fueron mucho mayores de lo pronosticado.
Radio y tv se unen a la lucha
En Los Angeles, el papel de la radio y de la Iglesia ha generado el nuevo nivel de presencia de la comunidad migrante, hoy evidente en el centro de esa ciudad. Los locutores de las diversas estaciones latinas respondieron a la invitación de uno de los suyos: el famoso Piolín de la radio, de La Nueva KSCA, para armar un frente común y convocar a toda la comunidad latina a esta movilización. Unos 10 locutores participaron en esta iniciativa sin precedente.
Por su parte, el padre Luis, de la llamada iglesia de La Placita (tal vez la más antigua en la ciudad), jugó un papel central en la convocatoria, con el pleno apoyo de uno de los jerarcas más poderosos de la Iglesia católica en este país: el cardenal Roger Mahoney, de Los Angeles.
A principios de este mes, Mahoney lanzó un llamado a todos los católicos a dedicarse a promover una reforma migratoria humanitaria, y advirtió a los políticos que si aprueban leyes que criminalicen a los indocumentados y a quienes los ayudan, él ordenará a sus curas y a los trabajadores católicos laicos que violen esa ley.
También están los jóvenes que el pasado viernes se movilizaron en Los Angeles -recordando a algunos que participaron de una acción parecida en los 60, y que fue una de las chispas del movimiento chicano. Cientos de estudiantes latinoamericanos abandonaron las aulas y tomaron la calle. Fueron de una preparatoria a otra para invitar a sus compañeros a que se sumaran. Al final del día, unos 2 mil 700 alumnos de 20 preparatorias marchaban por las calles en protesta contra las fuerzas antinmigrantes.
Pero lo más notable ahora fue la participación de un enorme abanico de organizaciones comunitarias, encabezadas por mexicanos -el grupo de migrantes más grande del país. Asistieron a la movilización desde ligas de futbol hasta federaciones de clubes de Michoacán, Zacatecas, Durango, Jalisco, Guanajuato y varios estados más, así como asociaciones de comerciantes y estudiantes.
Oscar Chacón, director de Enlaces América, quien participó en la organización de la marcha de Chicago, comentó a La Jornada: "Creo que empezamos a ver el nacimiento del nuevo movimiento pro derechos civiles de Estados Unidos".
Artemio Arreola, sindicalista y uno de los líderes de la Federación de Clubes Michoacanos, había advertido que apenas empieza este movimiento, y que están "organizando otras partes del país para tratar de crear un efecto dominó". Señaló que todo esto marca el "despertar" de los migrantes en este país.
Chacón subrayó que lo novedoso, de 2004 a la fecha, es que "hemos visto nacer expresiones naturales de múltiples voces migrantes alrededor del país, y existe un gran potencial de que esto se extienda mucho más", lo cual implicaría "una reconfiguracion del movimiento de la comunidad indocumentada". Con la noticia de hoy en Los Angeles, todo indica que esto está sucediendo mucho más rápidamente de lo esperado, y que está sorprendiendo a todos.
Así, se perciben los ecos de los mártires de Chicago y de los 146 trabajadores - en su mayoría mujeres y aún no se sabe cuántos menores de edad- de la maquiladora de costura Triangle Waist Company, que murieron en resistencia y cuyo 95 aniversario se marca hoy.
Esta es la fecha en que se conmemora ese hecho, que provocó la demanda de mayor protección y respeto a los derechos laborales de irlandeses, italianos, alemanes, judíos, chinos, africanos, caribeños, centroamericanos, sudamericanos, rusos y más que a lo largo de la historia estadunidense han encabezado movimientos por la dignidad y la justicia mientras creaban la riqueza de este país. Todos están hoy, de nuevo, presentes.