Trabajó con Benny Moré y Bebo Valdés; recientemente participó en un homenaje a Serrat
Murió Pío Leyva, El montunero de Cuba, de un paro respiratorio en La Habana
La Habana, 23 de marzo. "Tengo unos dolores que no me dejan vivir", cantaba Pío Leyva. "Cuando me acuesto a dormir me duele la rabadilla, la quijada, la rodilla, me da punzada un pulmón y para más salación, padezco de pesadillas."
Pío mentiroso fue el número que le puso imagen a Wilfredo Pío Leyva, un cantante carismático, bajito de estatura, que cultivó un bigote tan grande como su simpatía y que murió esta madrugada, víctima de un paro respiratorio, a los 89 años de edad.
Sonero de toda la vida, desde que empezó a tocar el bongó en su natal Morón, en el centro de Cuba, Pío fue parte del conglomerado Buena Vista Social Club.
En A toda Cuba le gusta, el primer álbum del grupo, Pío fue una de las voces en Alto Songo, un típico son, oriental y campirano. El disco incluyó además Pío mentiroso, donde su autor y protagonista se despacha con soltura: "Yo he visto un chivo cantar/ y un guanajo (guajolote) maromero/ un cangrejo pelotero/ y he visto un gato nadar/ he visto un perro bailar/ el ritmo del guagancó/ una vaca que nació/ con colmillo de elefante/ pero no he visto un cantante/ más mentiroso que yo".
En el documental de Wim Wenders sobre Buena Vista, Pío camina feliz por las calles de Nueva York, al lado de su amigo Manuel Licea Puntillita. En La Habana, los dos juegan dominó, en un descanso de las grabaciones. En un concierto, El montunero de Cuba comparte con Ibrahim Ferrer y Eliades Ochoa los estribillos de El cuarto de Tula.
Pío Leyva compuso Francisco Guayabal, número emblemáticos de Benny Moré. Grabó más de 25 discos, trabajó con El bárbaro del ritmo y con el pianista Bebo Valdés; recientemente se unió a antologías dedicadas a Agustín Lara y Serrat.