Usted está aquí: miércoles 22 de marzo de 2006 Política Cubre Fox de elogios la memoria de Benito Juárez

Al llegar a Los Pinos sustituyó su retrato por el de Madero

Cubre Fox de elogios la memoria de Benito Juárez

Maestros disidentes lanzaron consignas en el acto oficial en Guelatao

ROSA ELVIRA VARGAS ENVIADA

Ampliar la imagen El presidente Vicente Fox y el pintor Francisco Toledo, al inaugurar el Centro de Arte de San Agustín. Atestiguan Sari Bermúdez y Ulises Ruiz Foto: Ezequiel Leyva

San Pablo Guelatao, Oax., 21 de marzo. Un centenar de maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) buscó irrumpir en el acto solemne por el bicentenario del natalicio de Benito Juárez, en la plaza pública de esta población. La ceremonia no se detuvo y tanto el presidente Vicente Fox como el gobernador Ulises Ruiz usaron la ocasión para fustigar, sin mencionarlo, al candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

Así, mientras el jefe del Ejecutivo federal llamó a dejar a un lado ''la soberbia y el mesianismo'', el gobernador dijo que Juárez ''reivindicaba la supremacía de la ley por encima de fueros y apartada de privilegios''. Levantaba la voz ''de toda una ciudadanía ofendida por el infractor que sólo defiende la ley en el discurso, pero que en los hechos la desprecia y la enfila como espada contra sus adversarios'', añadió Ruiz.

Sueños cumplidos

Fox cubrió de adjetivos laudatorios la imagen de Juárez, e incluso dio por cumplidos los sueños del Benemérito al asegurar que hoy ''México es plenamente democrático y libre''. Entonces sumó frases para describir sus ideales. Así, quien en uno de sus primeros actos al llegar al poder ordenó descolgar de la residencia Lázaro Cárdenas de Los Pinos el retrato de Benito Juárez, hoy lo llamó ''uno de los hombres más grandes que ha conocido la historia'', ''estadista'', ''liberal defensor de las libertades democráticas'', ''símbolo de nuestra identidad y unidad nacional'', ''líder moral'', ''símbolo de patriotismo'', ''héroe y patriota'', ''mexicano universal'', ''prócer''.

El cuadro retirado de Los Pinos después reapareció en la Secretaría de Gobernación, y en el hueco que dejó en la Presidencia se colocó un retrato de Francisco I. Madero. Pero en la efeméride del bicentenario, Vicente Fox dijo que Juárez ''tomó su poder del pueblo y su autoridad de la ley'', estableció que ''ser juarista es comulgar con sus principios, es vivir y practicar sus ideales'', y dijo que honrarlo ''es comprometernos con la tolerancia y el respeto a las ideas''.

Los titulares de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y las autoridades de Oaxaca, encabezaron un acto donde la tensión era evidente, si bien los oradores se mantuvieron imperturbables. Con consignas, gritos y esporádicos jaloneos con elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP), los mentores -pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)- intentaron con poco éxito traspasar las vallas metálicas y depositar una ofrenda floral ante el monumento a Juárez.

En su rebeldía, sólo dieron tregua a la poesía que declamó la niña Rocío Luna Martínez, y a la entonación de los himnos a Juárez y Nacional. ''Si Juárez viviera, con nosotros estuviera'', coreaban para denunciar la que consideraron usurpación oficial a la memoria del prócer.

Aunque San Pablo Guelatao amaneció con sus calles del centro resguardadas por vallas metálicas, cuando apenas se iniciaba la ceremonia los maestros vencieron las protecciones y llegaron hasta una pequeña explanada anterior a la plancha del zócalo. Los elementos militares, bajo las órdenes del general Armando Tamayo, jefe del EMP, movían las rejas para cercarlos.

Ellos reclamaban su acceso a la ceremonia, porque ''somos representantes de 70 mil maestros oaxaqueños''. Además, desde la víspera en la capital del estado habían anunciado su intención de trasladarse a Guelatao.

Con los puños en alto y una bocina de poco volumen, las consignas no eran lo suficientemente estentóreas y no se recibían fielmente en el presídium, ubicado a 35 metros del sitio donde, además de las rejas metálicas, los soldados vestidos de civil hacían una cadena entrelazando sus brazos. Asimismo, un gigantesco árbol cubría buena parte de la visión.

''Fox, entiende, la patria no se vende'', ''Presos políticos, libertad'', ''No a la privatización del ISSSTE'', y muchas de aquellas proclamas del magisterio disidente conocidas desde hace décadas: ''Educación, primero, al hijo del obrero, educación después, al hijo del burgués''.

''Todo mundo se puede expresar, ¡hasta ellos!''

Cuando ya habían concluido sus actividades en esta entidad, el presidente Fox declaró: ''En este país hay libertad de expresión. Todo mundo se puede expresar libremente, ¡hasta ellos!''.

También se comentó que cuando el mandatario aterrizó en esta población dialogó con representantes de la sección 22, quienes le expusieron, entre otras demandas, un monto de mil 400 millones de pesos para homologación de plazas y le solicitaron ser recibidos para plantearle otros problemas. Se hicieron acuerdos verbales e incluso algunos dirigentes fueron invitados a la ceremonia.

Cuando concluyó el acto solemne, los invitados especiales caminaron de nuevo entre vallas metálicas, solos o en pequeños grupos, hasta las camionetas que los sacarían de la plaza. Pocos ubicaron al presidente de la Suprema Corte, Mariano Azuela, o al procurador Daniel Cabeza de Vaca. El titular de Gobernación, Carlos Abascal, caminó sin compañía y al pedir su opinión sobre lo ocurrido momentos antes, respondió: ''Siempre hay que escuchar a las personas. Algo tienen que decir y los gobernantes estamos para escuchar''.

Todavía los maestros alcanzaron a gritar lindezas al diputado Jorge Kahwagi, del Partido Verde, quien no deponía su sonrisa y se detenía a firmar autógrafos a jovencitas.

Fox se despidió de los escolares llevados para la ocasión. Dejó su firma en el libro de visitantes de Guelatao y este mensaje: ''Un gran día en la celebración de un gran hombre'', y caminó hacia la salida, deteniéndose con la gente que lo aclamaba, aunque atrás las consignas magisteriales seguían incesantes.

Una anciana, quien por largo rato renegó de Fox y de su esposa, Marta Sahagún, encaró al mandatario: ''¡No lo saludo porque yo tengo las manos limpias!'', le dijo. ''Pues qué bueno que las tengas limpias'', le respondió el mandatario tuteándola, y avanzó.

Atrás había quedado en el vacío el discurso de Carlos Roberto Martínez, alcalde de Guelatao por usos y costumbres: ''Nuestros pasos revelan cansancio de una democracia electoral sin identidad cuantitativa y de imposición mediática''. Un discurso al que pocos pusieron atención, no obstante su contenido: ''Hoy la globalización se nos cuela por todos los poros, contamina nuestra sangre, nos impone gustos nuevos como iniciativa impuesta, se adueña de todo nuestro cuerpo''.

Más tarde, en San Agustín Etla, Fox inauguró el Centro de las Artes, en la vieja fábrica San José de Vistahermosa. Ahí hizo un homenaje a los grandes artistas oaxaqueños Rufino Tamayo, Rodolfo Morales y Francisco Toledo, impulsor de este centro y ahí presente. Cuando Fox llegó a San Agustín, saludó a las alumnas de la escuela local, a quienes ofreció enviarles de inmediato Enciclomedia. ''Vengo de Guelatao; muy padre la ceremonia, seguro así lo van a leer en la prensa'', comentó.

 
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