Las políticas que dominan la cumbre socavan el derecho humano al recurso, señalan
Las protestas contra la privatización llegan a la sede misma del encuentro
Ampliar la imagen Decenas de activistas protestaron en el Centro Banamex Foto: Marco Peláez
Las protestas contra la privatización del agua llegaron hasta el interior de la sede misma de los trabajos del cuarto Foro Mundial del Agua. Más de medio centenar de representantes de organizaciones y movimientos sociales de varias regiones del mundo recorrieron lentamente, pero con firmeza, el vestíbulo y el pasillo principal del Centro Banamex. Llevaban una enorme manta blanca de unos ocho metros de largo que decía en inglés: "Derecho al agua, distinto al control corporativo".
Acreditados oficialmente ante el foro por sus respectivas organizaciones, que también tuvieron que pagar la cuota de 120 dólares diarios, los manifestantes llegaron de uno en uno al lobby de la sede del foro. Tras un breve mitin en la entrada y ante la mirada desconcertada de los elementos de seguridad y de muchos asistentes, subieron las largas escaleras eléctricas, que justo en ese momento dejaron de funcionar. Llegaron al pasillo principal, desde donde se puede ingresar a los salones y a la exposición oficial del evento.
Reunidos en el vestíbulo, cada uno de los manifestantes empezó a sonar una pequeña botella vacía de agua en cuyo interior habían colocado monedas, y gritaron las consignas contra el control corporativo del agua. "¡No a la privatización!", ¡El agua es un derecho, no una mercancía!", y "¡Agua pública para siempre!" fueron algunas de frases que gritaron.
Rodeados de las cámaras, se identificaron en diversos idiomas como participantes en las Jornadas en Defensa del Agua, foro independiente que se realiza de manera simultánea a este cuarto Foro Mundial. Dijeron ser representantes de comunidades rurales y urbanas, de pueblos indígenas, sindicatos, movimientos sociales, grupos de mujeres y otras organizaciones no gubernamentales, que llegaron hasta la sede del foro oficial para entregar un mensaje. "El agua es esencial para la vida. Por eso el acceso al agua potable, sana y limpia, es un derecho humano fundamental", decía el documento que fue leído en inglés y español, con varias intervenciones de representantes que hablaron en francés y portugués.
Apenas hubo incidentes menores cuando un elemento de seguridad despistado quiso bajar por la fuerza a uno de los manifestantes que sostenía, arriba de una silla, una de las puntas de la manta blanca con la leyenda. Sólo hubo jaloneos e intercambios de palabras y miradas nada amigables entre el manifestante de origen chileno y el vigilante mexicano. La oportuna intervención de un supervisor, con radio en mano, obligó al policía a alejarse unos metros. En tanto, los manifestantes alentaron aún más sus consignas.
"Estados Unidos quiere para otros países lo que no desea para sí"
Habían pasado ya 15 minutos. Uno de los representantes de las organizaciones estadunidenses señaló que en su país 85 por ciento de ese vital recurso es manejado de manera pública, y sólo 15 por ciento por la iniciativa privada. "Mi país quiere para otros lo que ni ellos mismos quieren hacer en Estados Unidos. Mi país quiere forzar la privatización en los países más pobres", señaló. Luego vendría una manifestante francesa y una canadiense, y también un brasileño y un mexicano. Todos contra la privatización del agua y con la exigencia de que ésta se vea como derecho fundamental del hombre, no como mercancía.
"El paradigma y las políticas que dominan el Foro Mundial del Agua, encabezados por el presidente de una compañía del agua, están socavando directamente este derecho. Esto ha sido demostrado muchas veces, por el impacto y los resultados de las políticas que entregan el control del agua del mundo a las corporaciones globales y permiten que intereses comerciales determinen quién tendrá acceso", señala otra parte del documento.
Luego, sorpresivamente, los manifestantes se dirigieron hacia las escaleras eléctricas, en medio de una nube de fotógrafos y reporteros. Las escaleras se paralizaron y la subida fue por propio pie. Arriba, donde empieza el pasillo central, otro mitin, las mismas consignas y más fuerte el ruido de las monedas en las botellas.
Calificaron de hipócritas las afirmaciones de las instituciones financieras internacionales y empresas multinacionales que pregonan un "supuesto" interés de llevar el agua para todos. Las organizaciones civiles hicieron un llamado a expertos independientes, periodistas y delegados a este foro a negarse a participar en un proceso ilegítimo que no puede cumplir sus promesas. Estas instituciones y multinacionales no deben tener injerencia en las políticas globales del agua, advirtieron.
"¿Pero cómo se metieron? ¡Todo está tan vigilado! ¡Cómo pasó esto!", se preguntaba una de las organizadoras, que pedía con insistencia a un grupo de elementos de seguridad, sin que le hicieran caso, que detuviera al grupo que avanzaba sobre el pasillo principal, precedido por otro nutrido grupo de fotógrafos. Los manifestantes caminaron lentamente unos 70 metros sobre el pasillo, se detuvieron tres veces, no dejaban de gritar consignas, tampoco de agitar sus botellas con monedas, pero todo pacífico. "Agua pública para siempre", fue la última frase de la manifestación.