Si acaso lo supera Porfirio Díaz por su largo tiempo en el poder: Karl Bellinghausen
Juárez es el personaje que más ha inspirado a los compositores
La Filarmónica de la Ciudad ofrece dos conciertos para conmemorar el bicentenario del prócer
Arturo Márquez escribió la partitura más reciente dedicada al Benemérito de las Américas
Ampliar la imagen Arturo Márquez es el autor de Juárez a Maximiliano, obra cuyo estreno mundial estará hoy a cargo de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, en su sede de la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (Periférico sur 5141, colonia Isidro Fabela, Tlalpan) Foto: María Luisa Severiano
Ningún otro héroe ni gobernante en México ha sido motivo de inspiración musical tan prolija como Benito Juárez. Si acaso, sólo lo supera Porfirio Díaz, pero ello obedece al largo periodo que éste gobernó el país. Tras su derrocamiento y muerte, ningún compositor nacional retomó su figura, lo que hasta la fecha sí ha ocurrido en el caso del Benemérito de las Américas.
Habla el musicólogo Karl Bellinghausen, especialista en la música del siglo XIX mexicano, quien, al lado de su colega Aurelio Tello, se encargó de la investigación para elaborar el programa que la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) ofrecerá este fin de semana para conmemorar el bicentenario natal del héroe de la Reforma.
A realizarse en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, el programa recorre el paisaje sonoro que le tocó vivir al ex presidente nacido en Guelatao, Oaxaca, así como algunas de las obras que inspiró o le fueron dedicadas.
La primera pieza, Credo solemnis, de Lombardi, se remonta al año de su nacimiento, 1806, y la más reciente, Juárez a Maximiliano, fue terminada hace unos días por Arturo Márquez y, de hecho, la OFCM hará su estreno mundial hoy y mañana.
Seis piezas completan el cartel: Dios salve a la nación, escrita por María Garfias, en 1862; Himno a Juárez, de Miguel Meneses, en 1866; Dios salve a la patria, de Melesio Morales, de 1867; mismo años de la Marcha Zaragoza, de Aniceto Ortega; Himno a Juárez, de Valente Ordóñez, de 1906, y la Cantata a Juárez, de Salvador Contreras, de 1967.
Reivindicación nacional
Entrevistado, Karl Bellinghausen señala que de tal cúmulo de piezas, a excepción de Credo solemnis, todas tienen un vínculo político de reivindicación nacional, ''que de alguna manera en ello se pondera mucho la figura de Juárez, como quien salvó y dignificó a la nación''.
Entre las piezas, hay una que pudo haber sido el Himno Nacional, la Marcha Zaragoza, de Ortega, concebida para sustituir la obra de Jaime Nunó, que ''no acababa de cuajar y había sido adoptada como el Himno Nacional por Maximiliano.
''Cada vez que la Sociedad Filarmónica se presentaba, tocaba esta obra en lugar de la de Nunó. Es una obra irónica, que después se convirtió en una marcha utilizada por los soldados prusianos durante la guerra franco-prusiana para recordar a los militares franceses su derrota en Puebla."
A decir del musicólogo, Juárez es el personaje de la historia de México que más ha sido tomado en consideración por los compositores nacionales, con varios cientos de piezas. La obra con tinte juarista más antigua que ha detectado se remonta a 1857 y alude a las Leyes de Reforma.
''Díaz tiene un montonal, pero estuvo 30 años en el poder. Después de su caída, se acabó como personaje para los músicos. Maximiliano también tiene marchar fúnebres, inclusive una de Franz Liszt, pero está muy lejos de equipararse con lo escrito para o dedicado a Juárez."
De las obras que serán interpretadas por la OFCM, destacan por su calidad artística las de Lombardi, Melesio Morales y Salvador Contreras. En tanto que en el aspecto histórico y anecdótico, la de María Garfias, quien fue alumna de Cenobio Paniagua, y compuso tal partitura a los 14 años de edad.