Usted está aquí: sábado 18 de marzo de 2006 Sociedad y Justicia Peligra la vida si la sangre de la tierra se considera una mercancía: indígenas

Demandan que se evalúe el cumplimiento de los compromisos del encuentro

Peligra la vida si la sangre de la tierra se considera una mercancía: indígenas

Xóchitl Gálvez expuso el terrible panorama en el que sobreviven las etnias de México

ANGELICA ENCISO, MATILDE PEREZ U. Y JOSE GALAN

El agua no es mercancía sino vida, y no se vende, por eso no debe estar considerada en la Organización Mundial del Comercio, el Tratado de Libre Comercio para América del Norte, el Acuerdo de Libre Comercio para las Américas, ni en ningún otro pacto comercial, exigieron los representantes de los pueblos indígenas de Latinoamérica.

En el contexto del cuarto Foro Mundial del Agua demandaron que en la declaración final de este encuentro se establezca una agenda específica para los pueblos indígenas y se dé seguimiento a los acuerdos, no queremos que se repitan las historias de incumplimiento. "Sabemos que algunos jefes de Estado no han acogido satisfactoriamente que el líquido para los pueblos indígenas es como la sangre de la tierra, es sagrada, y por eso la respetamos, y por ello demandamos que en la agenda de acuerdos de este foro se establezcan acciones que nos incluyan", asentaron.

En el panel Los pueblos indígenas y el agua, el aymara Roberto Pacosillo Hilari, presidente del Comité de Defensa de la Cuenca Andina y la Biodiversidad, advirtió que al considerar al líquido una mercancía y no parte de la tierra, la vida está en riesgo. "Los indígenas no permitiremos que las trasnacionales, como la francesa Suez y Nestlé, se apropien del agua. Tenemos derecho a alzar la voz, a protestar; seguiremos peleando por ese recurso, porque es un bien para todos, no sólo para los que tienen dinero".

Defender la sangre de la tierra

Acompañado por tres de sus compatriotas, Pacosillo Hilari dijo que pareciera que entre las Metas del Milenio está la privatización del agua. "Les decimos que para los indígenas no hay fronteras y que aquí estamos para defender la sangre de nuestra madre tierra y que no permitiremos que las trasnacionales sacien su apetito insaciable con ella".

En Bolivia, abundó, la guerra por el recurso inició en Cochabamba y ahora continúa, porque las trasnacionales se quieren seguir apropiando de los ríos; el Titicata está en sus manos porque los gobiernos anteriores "vendieron a precio de gallina muerta nuestros bosques y agua. Hay mucha injusticia".

Lamentó que muchos ministros invitados al foro estuvieran ausentes y que se "dedicaran a hacer turismo, al igual que otros delegados y no estuvieran discutiendo para definir políticas, mientras que sigue creciendo el riesgo de que en pocos años pueda haber una guerra mundial por el agua".

Tom Goldtooth, experto del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas, recordó que en el mundo hay 350 millones de indígenas, de los cuales 90 por ciento no tienen acceso al agua porque no hay políticas claras de los estados para resolver esa situación, y además porque no comprenden la visión que tienen en torno al recurso. Hay que cambiar la forma de ver al líquido, considerar que es necesaria para las futuras generaciones; hay que dejar de contaminarla, sostener una mejor relación con ella y protegerla.

La comisionada para los pueblos indígenas, Xóchitl Gálvez, también se refirió a la visión sagrada que tienen los pueblos de México en torno al agua y a la necesidad de reconocer esas "representaciones cosmogónicas y espirituales, y sus posibles aportaciones para una visión más equilibrada para su uso y conservación. Puede ser un factor de complementariedad y cooperación que alimente estrategias efectivas para un desarrollo sustentable".

En México, apuntó, cuatro de cada 10 viviendas indígenas no tienen agua entubada, una de cada cinco no tiene energía eléctrica y siete de cada 10 no tienen drenaje; en la meseta purépecha se tiene un patrón de consumo de sólo 12 litros por habitante al día, inclusive por debajo de países como Sudán e India".

Aseguró que el gobierno actual ha realizado esfuerzos para aminorar los graves rezagos de los pueblos originales en el acceso a agua potable y saneamiento, y la meta es reducir en 15 por ciento ese rezago en las localidades indígenas con una población entre 10 mil y 50 mil habitantes, con una inversión cercana a los mil 600 millones de pesos.

Sin embargo, dijo, para terminar con ese rezago en las comunidades indígenas tendrán que transcurrir 20 años. "La única conclusión a la que llego, después de estar en el gobierno, es que las soluciones hay que construirlas desde las comunidades, es un proceso lento, pero las autoridades deben reconocer el derecho de los pueblos indígenas a participar en la planeación de su desarrollo".

En entrevista, el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, José Luis Luege Tamargo, afirmó que México tiene un plan de acción en materia de agua; "tenemos metas específicas, acciones que vamos realizando y las incrementaremos con las que aquí se establezcan".

Este gobierno, afirmó, ha invertido mucho en materia de agua potable y en saneamiento, aunque queda mucho más por hacer. "Nosotros tenemos alrededor de 10 millones de mexicanos sin líquido y 7 millones se incorporaron en cinco años. Lamentablemente el crecimiento poblacional va en el mismo orden de porcentaje, de manera tal que ese 10 por ciento corresponde a comunidades muy dispersas en las que tenemos que llegar con otro tipo de mecanismos de potabilización y saneamiento, para no tener que llegar con tuberías".

 
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