Usted está aquí: sábado 18 de marzo de 2006 Sociedad y Justicia Niños colaboran para revertir la contaminación del recurso en cuatro países

Niños colaboran para revertir la contaminación del recurso en cuatro países

Ampliar la imagen Coloquio de niños en el contexto del cuarto Foro Mundial del Agua, ayer en el Centro Banamex Foto: José Carlo González

En la montaña, los ríos, las escuelas y las casas, en todas partes existen iniciativas para mejorar el acceso y calidad del agua. Son ideas y acciones de los niños que se han empeñado en contribuir para abatir enfermedades y derribar los obstáculos que limitan su desarrollo y ponen en riesgo sus vidas. Sin embargo, no han contado más que con la buena voluntad de los políticos y autoridades.

Los asistentes al Foro Mundial del Agua de los Niños escucharon ayer los proyectos que se desarrollan en Colombia, Nepal, Bangladesh y Francia, con apoyo de donativos de fundaciones y organismos internacionales, los cuales les han permitido empezar a revertir la contaminación de los recursos hídricos y la falta de servicios de saneamiento en sus comunidades.

El objetivo del foro es detectar las mejores experiencias locales, a fin de proponerlas a los ministros asistentes al cuarto Foro Mundial del Agua, para que se apliquen a escala mundial. En Francia, por ejemplo, los estudiantes del nivel básico del departamento de Val de Marne, al sur de París, diseñaron una carta magna para una nueva cultura del agua, en la que plantean que "cada ciudadano tiene el derecho de disponer de al menos 40 litros de agua potable y gratuita por día" y que "para ciertos usos utilicemos el agua donde la encontremos".

Victoire señaló que los ríos Sena y Val de Marne, que pasan por su comunidad, están contaminados. Antes los niños podían nadar y divertirse allí, pero ahora ni siquiera se pueden acercar por temor a las enfermedades, comentó.

La carta magna, que consta de 16 artículos y ha sido acogida por las autoridades departamentales para su difusión local, plantea que debe detenerse la expansión del asfalto y el cemento. "Por su causa la tierra no puede absorber el agua. Una cobertura vegetal apropiada es imprescindible. Solicitamos la creación de una red de alerta internacional y regional para prevenir los peligros relacionados con el agua."

Por impulsar la concientización social esta iniciativa fue merecedora de un reconocimiento por el Ministerio del Medio Ambiente del gobierno francés.

En Bangladesh, 6 mil niñas se organizaron para eliminar la defecación al aire libre, promover hábitos de higiene y disposición de la basura, entre otras medidas. Para ello formaron clubes que operan en 14 ciudades y desde los cuales interactúan con la sociedad para sensibilizar y movilizar a la sociedad en favor de la lucha por el agua limpia para todos.

Algo similar hacen los niños de Nepal, donde sólo 80 de cada 100 habitantes cuentan con acceso al agua potable y 33 por ciento de los hogares tienen letrinas. En esa nación asiática mueren 15 mil niños cada año a causa de las enfermedades diarreicas, explicó el menor Suresh Bazar.

En las escuelas, la situación es todavía peor, pues sólo 40 por ciento tiene agua potable y menos de una tercera parte (26 por ciento) cuenta con baños o letrinas. Algunos planteles "como al que asisto", en Pumdi Bhumdi, hasta hace unos cuantos años, sólo había dos baños para mil 200 alumnos. "Por eso las niñas no querían ir", indicó.

A partir de 2000, Suresh inició un programa en esa localidad para revertir esta situación y a la fecha, junto con otros niños, han logrado que en 700 escuelas se instalen letrinas.

Con donaciones de organismos internacionales y la colaboración del Club de Madres de Familia, los menores lograron constituir un fondo revolvente del que han obtenido los recursos para que la totalidad de los hogares de Pumdi Bhumdi tengan baños.

"Hoy -dijo con orgullo Suresh, de 11 años- cada vez más niños van a la escuela", pero todavía falta que el programa se aplique en todo el país y vaya más allá de las escuelas. Para eso se necesita el apoyo del gobierno que hasta ahora no han tenido más que para mejorar el sistema de abastecimiento de agua potable.

Julián Felipe, de Colombia, comentó sobre el Movimiento de San Bartolomé, comunidad en la montaña colombiana, donde los niños aprovechan los desechos orgánicos para la fabricación de abono para la tierra. De la venta de los inorgánicos obtienen recursos para adquirir bolsas para el depósito de la basura.

"Creemos", explicó, "que si reciclamos podemos preservar el agua y el ambiente", sobre todo en esa zona donde se carece de la infraestructura para el tratamiento del vital líquido. "Estamos en la montaña, desde ahí cuidamos el agua para que abajo -a las ciudades- les llegue limpia".

Los trabajos del Foro Infantil se reanudarán este domingo, debido a que hoy los jóvenes visitarán las pirámides de Teotihuacán.

Angeles Cruz Martínez

 
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