Usted está aquí: jueves 16 de marzo de 2006 Gastronomía Impulsan la vitivinicultura como clave para el desarrollo de BC

Por las condiciones climáticas pueden producirse vinos de gran calidad, aseguran

Impulsan la vitivinicultura como clave para el desarrollo de BC

Autoridades y empresarios tratan de que la gente desarrolle interés por mantener sus tierras para cultivar la vid

Firman acuerdo con un instituto francés para crear una escuela de enología

ANTONIO HERAS CORRESPONSAL

Ensenada, BC, 15 de marzo. La vitivinicultura adquirió en Baja California un giro que permitirá, mediante el desarrollo regional, consolidar a México como un productor de vinos de calidad.

Este giro se sustenta en la educación y en la vocación del Valle de Guadalupe, única zona mediterránea en nuestro país y que cuenta con los beneficios del clima frío de un área costera del océano Pacífico.

El director del Instituto de Estudios Superiores de la Vid y el Vino de Montpellier, Alain Carbonneau, afirma que Baja California va por el camino correcto, porque produce buen vino y la vitivinicultura está directamente relacionada con la región.

Las declaraciones del especialista francés tienen como referencia los esfuerzos académicos -gubernamentales y privados- que confluyen en integrar a la comunidad en la producción de vinos locales -artesanales e industriales- y en la enología.

No es cosa menor porque la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) recién instauró la especialidad en vitivinicultura y enología, en calidad de posgrado, en coordinación precisamente con el Instituto de Estudios Superiores de la Vid y el Vino de Montpellier.

La intención de esta oferta educativa es generar un polo de desarrollo de la industria del vino, al proveer alternativas profesionales a los egresados de educación superior, así como incrementar los conocimientos en los procesos de cultivo de la vid y formar profesionales capacitados con sentido de ética y responsabilidad hacia el medio ambiente.

Tampoco es nuevo el interés por desarrollar y reconocer la vocación de uno de los valles de Ensenada, toda vez que existen referencias históricas para vincular a la vid y al olivo en la vida productiva de la región.

Una de ellas fue la exención de impuestos estatales para los productores de vino durante la administración del gobernador Braulio Maldonado, medida que adoptó al afirmar que habría cultura mientras hubiera vid y olivos.

Otras son las acciones actuales de enólogos, productores de vino y autoridades educativas que confluyen en el ejido El Porvenir, corazón de este valle que se ubica a escasos 10 kilómetros al noreste del puerto de Ensenada.

Talleres de vino para adolescentes

La primera experiencia educativa formal se dio cuando se integró a los programas académicos de nivel medio superior -por medio de un plantel del sistema estatal del Colegio de Bachilleres- un par de talleres formativos para jóvenes entre los 15 y 17 años de edad que habitan en el ejido El Porvenir, del Valle de Guadalupe.

Así, un centenar de estudiantes revaloran la actividad primaria, su identidad regional y la vocación del valle, establece Camilo P. Magoni, enólogo de la casa L. A. Cetto, una empresa que mantiene una producción de vinos con características propias.

Explica que este valle es una zona privilegiada para la elaboración de vinos, por encontrarse en condiciones climatológicas que permiten la maduración de la uva.

Reconoce que es una opción para que los residentes del ejido El Porvenir continúen sus estudios sin perder su origen ni la tierra que transformaron sus padres.

"En la región nos hace falta una generación de jóvenes que entiendan el lenguaje y la tecnología", afirma, al tiempo que establece la necesidad de que se dé un cambio generacional que esté consciente del conocimiento técnico y de la evolución tecnológica en beneficio de la calidad de la uva, además de contar con un alto sentido de pertenencia.

"Me pregunto si es correcto que vendan sus terrenos -reflexiona-; si venden hay dinero, pero sin patrimonio, pero si logramos que los hijos de los ejidatarios se especialicen en los aspectos técnicos para trabajar la mitad o un tercio de su superficie, tendrán un trabajo estable, rentable, remunerado, con seguridad social y les dará estabilidad como personas y los arraigará en lugar de vender."

Escuela para artesanos del vino

La otra apuesta que se hace es la que realizan en la misma comunidad un grupo de impulsores de la vitivinicultura a partir de una escuela de enología, cuya población principal es la que conforman los productores artesanales de vino que existen en esa región de Ensenada, comenta a La Jornada el enólogo Hugo D'Acosta, propietario de la empresa vitivinícola Casa de Piedra, que tiene una producción de 50 mil cajas al año. Asegura que se trata de cursos, "una escuela de oficios" para elaborar vinos y aceite de oliva en forma artesanal.

De manera formal la escuela se abrió en 2004, y "nos encontramos en la tercer campaña en donde participan agricultores de la zona, personas que quieren aprender a hacer vinos o como cultura general, como una forma de rescatar los oficios existentes", afirma.

Hugo D'Acosta considera que se registra un impacto positivo en el poblado, porque se incorpora a los agricultores a este movimiento del vino que puede desencadenar una actividad productiva, recreativa o de protección y difusión del Valle de Guadalupe.

Tras enfatizar la necesidad de que haya una oferta de producto y productores, el enólogo mexicano sostiene que existen alrededor de 80 productores artesanales en la región, pero en los cursos participan en promedio un centenar de personas interesadas para impulsar la producción regional.

 
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