Trabajadores no sindicalizados se internan en el yacimiento de Pasta de Conchos
AHMSA: los pocitos mineros, trampas mortales que están fuera de todo control
Ampliar la imagen Familiares de los 65 mineros que murieron en el yacimiento de Pasta de Conchos reclamaron ayer al superintendente Fermín González por las contradicciones del informe sobre el rescate de los cuerpos Foto: María Meléndrez Parada
Sabinas, Coah. 14 de marzo. A lo largo de 2005, de acuerdo con un informe de la Organización Internacional del Trabajo, en China murieron 6 mil obreros del carbón "debido a las condiciones de inseguridad laboral que imperan en esa industria, que desgraciadamente son las mismas que vemos en nuestro país. El mayor problema, aquí y allá, son los pocitos", explica Francisco Orduña, vocero de Altos Hornos de México (AHMSA).
"Los pocitos son trampas mortales que están fuera de todo control. Si el gobierno cierra uno para tratar de proteger unas cuantas vidas, a los 15 días vuelve a aparecer 300 metros más allá, porque detrás de los pocitos lo que está es la miseria", agregó el especialista, al hablar en entrevista a nombre de la empresa que posee las minas más avanzadas del norte de Coahuila en materia de seguridad.
Ahora que la Cámara de Diputados aprobó reformas al artículo 27 de la Constitución y a la Ley Minera, gracias a las cuales las empresas carboneras podrán comercializar el gas metano que extraen de los yacimientos que tienen concesionados por el gobierno federal, "las utilidades de ese nuevo negocio deberían ser reinvertidas para aumentar la seguridad de los trabajadores", dijo al aceptar como válida la sugerencia de este enviado, antes de reconocer, sin embargo, que la gran mayoría de los inversionistas de la región "tienen minas tan pequeñas que difícilmente ganarán lo necesario para mejorarlas".
Lo que sí se podría hacer, abundó, es "construir sistemas de extracción de gas comunes a varias minas pequeñas, como se acostumbra en Estados Unidos, donde las normas de seguridad son las más estrictas del mundo. Algunas empresas, por ejemplo, empiezan a sacar el gas siete años antes de comenzar la explotación; después, durante la vida productiva de la mina, sacan el gas con un barreno horizontal y cuando termina el proceso lo meten de nuevo para poder aprovechar las reservas residuales del yacimiento".
Un barreno, ilustró, "es prácticamente un gasoducto, que en condiciones normales absorbe el metano asociado al carbón y mantiene limpio el aire que mediante abanicos circula dentro de las minas más avanzadas. Lo malo es que esas medidas no se pueden aplicar en los pocitos, que es donde se registra el mayor número de accidentes".
Orduña reveló que tras la explosión y los derrumbes del 19 de febrero en la mina Pasta de Conchos, el metano acumulado en las ruinas de esos túneles alcanza actualmente una concentración de 40 a 60 por ciento. "Los rescatistas, que son mineros especializados en esas tareas, entraron con tanques de oxígeno, como si fueran buzos, y con máquinas para taladrar los muros caídos y abrirse paso a través de los diagonales hasta llegar al 13", dijo en alusión a la polémica abierta ayer (lunes) por las declaraciones de familiares de las víctimas, para quienes el rescate fue una "farsa".
Lo que pasa, agregó Orduña, es que "esos mineros no cuentan con equipo para moverse dentro del gas y sólo llegaron al diagonal 3, donde hay un derrumbe de mil toneladas". En opinión del vocero de Altos Hornos, empresa que apoyó con técnicos y asesores a los propietarios de Pasta de Conchos, éstos "no tuvieron capacidad para manejar la crisis, no estaban preparados para enfrentar el problema y todo -lógicamente- les salió muy mal".
Orduña recordó, asimismo, las desavenencias entre el secretario del Trabajo, Francisco Javier Salazar, y el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira. Este "exigió desde el principio que a los familiares se les dijera la verdad de la situación, pero cuando el secretario fue a la conferencia de prensa para dar el anuncio se echó para atrás y allí comenzaron los desacuerdos".
En Pasta de Conchos, mientras tanto, hoy bajaron a las ruinas del socavón trabajadores no sindicalizados adscritos a la empresa contratista General de Hulla, que aportó a 36 de los mineros sepultados por el accidente del 19 de febrero. Los sindicalistas, ante esto, desaprobaron la "actitud irresponsable de los patrones al meter a esos compadres".
"Nosotros -subrayaron- sabemos que la mina está como una galleta de polvorón; en cualquier momento, de un garnuchazo se puede caer otra pared y matar más gente. No entendemos a qué se debe tanta necedad de la empresa."
Los agremiados confirmaron que el próximo domingo 19, en su local de la vecina ciudad de Nueva Rosita, celebrarán una asamblea de la sección 13 del sindicato nacional minero para analizar la situación en su conjunto, mientras la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos anuncia un paro general para el lunes 20, en Monterrey, en solidaridad con el líder charro Napoleón Gómez Urrutia.