Usted está aquí: martes 14 de marzo de 2006 Capital Recién empieza la sequía y ya sufren sus estragos horticultores de Mixquic

Son los principales abastecedores de hortalizas en la ciudad de México

Recién empieza la sequía y ya sufren sus estragos horticultores de Mixquic

Tierras agrietadas y pérdida de cultivos, el desolador panorama

¡Agua!, el clamor

ROCIO GONZALEZ ALVARADO

Ampliar la imagen Un horticultor de Mixquic, en la delegación Tláhuac, muestra la salida de un hidrante vacío, el cual está conectado a la toma de agua de sus tierras de cultivo Foto: Roberto García Ortiz

La temporada de estiaje en la ciudad de México apenas se inició, pero los ejidatarios de San Andrés Mixquic, en la delegación Tláhuac, principales abastecedores de hortalizas en la metrópoli, han comenzado a sufrir los estragos de la escasez de agua.

Agrietadas tierras que literalmente crujen cuando reciben el vital líquido y cultivos perdidos, porque ante la falta de riego el fruto florece antes de tiempo y no se desarrolla, es el desolador panorama que se vive en las mil 200 hectáreas dedicadas a la siembra de romero, brócoli, acelgas y todo tipo de legumbres, de la cual sobrevive 80 por ciento de los moradores de este poblado.

Una tubería de apenas cuatro pulgadas de grosor es la única fuente que abastece a los horticultores, quienes se ven obligados a escalonar el riego de sus cultivos por las noches, porque durante el día los hidrantes, distribuidos en las distintas parcelas, sólo conservan el nombre, pero ni una sola gota de agua en su interior.

Según estimaciones de los propios productores se requiere de por lo menos un suministro de 800 litros cúbicos de agua por segundo para abastecer a todo el ejido, pero sólo acceden a 10 por ciento de esa cantidad, es decir, 80 litros por segundo, lo que resulta insuficiente.

"Año con año va de mal peor, pero esta temporada la vemos más grave, apenas está comenzando el estiaje y ya no tenemos agua, tenemos que regar por la noche, porque de las 10 a las seis de la tarde no cae nada", dice Francisco Jiménez Robles, agricultor de toda la vida, quien confiesa que ya acudió a hacer su solicitud para irse a Canadá de jornalero, porque aquí "metemos mucho, pero sacamos poco".

En un recorrido por los sembradíos de San Andrés Mixquic se constató que el clamor es generalizado. "A veces no sabemos ni cómo le hacemos para sacar la producción en estas condiciones", se lamenta César Núñez, quien en un día de asueto aprovecha la ausencia de agricultores en el campo y pala en mano abre pequeños surcos por donde escurre estrepitosamente el agua, que en cuestión de segundos se consume.

"Mire usted, la verdad es que necesitamos ponernos de acuerdo para que un horticultor riegue sus parcelas un día y otro al día siguiente. Pero estamos contra el tiempo, si no hay agua, el riesgo es que salte el fruto antes de tiempo y no se desarrolle, lo que merma considerablemente la cosecha", comenta.

Proveedores del DF

Se calcula que San Andrés Mixquic abastece a la Central de Abastos con alrededor de 500 toneladas de hortalizas diarias, de donde son distribuidas a los distintos mercados de la ciudad de México y la mayoría de los estados de la República, pero en una buena temporada la producción alcanza hasta las 5 mil toneladas.

"Tan sólo en romero somos el principal proveedor del mercado nacional, pero ni así recibimos apoyo", comenta Silverio Jurado, quien agrega que los recursos que el gobierno federal destina al campo sólo corren como rumor, porque "al menos aquí nunca los vemos, al contrario, cuando vamos a pedir apoyo nos salen con que no alcanza el presupuesto, no sé en qué lo invierten, pero no nos llega nada. Nos daríamos por bien servidos que nos den agua", reclamó.

San Andrés Mixquic recibe el vital líquido para riego de la planta de tratamiento de aguas residuales del Cerro de la Estrella, ubicada en la delegación Iztapalapa, a 40 o 50 kilómetros de distancia, cuyo flujo se reduce drásticamente durante la temporada de estiaje.

Otra fuente de abastecimiento es una planta ubicada afuera del poblado que recoge los desechos residuales del ejido, pero su presencia es como un gran elefante blanco, pues su operación genera más costos de lo que produce: cinco o seis litros de agua por segundo.

Mientras, a unos cuantos metros, un río de aguas negras que proviene del valle de Chalco se desperdicia sin ningún tratamiento. Para los agricultores de Mixquic parte de la solución a su problemática se encuentra en ese arroyo, por lo que la demanda es que se logre la concesión de las mismas para darles tratamiento.

"Si realmente hubiera disposición y voluntad política de nuestras autoridades ahí tendríamos agua, con el suficiente caudal para nuestros cultivos, a solo un kilómetro de distancia", sostiene Silverio, quien asegura que cuando estuvo al frente del comisariado ejidal, hace tres años, impulsó esa iniciativa, pero sólo recibió promesas que aún no se han cumplido.

 
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