El investigador Carlos Antonio Aguirre analiza el movimiento social en un libro
El neozapatismo hilvana rebeldías para formar un movimiento opositor
Los neozapatistas se encuentran hilvanando rebeldías en su recorrido por el país, para que dejen de ser locales y construir un movimiento social nacional, crítico y de oposición, frente al nuevo gobierno, sea del partido que sea.
Esa es la gran lección que nos está dando la otra campaña, señala el historiador y economista Carlos Antonio Aguirre Rojas (DF, 1955), a propósito de la publicación de su libro América Latina en la encrucijada. Los movimientos sociales y la muerte de la política moderna (Editorial Contrahistorias).
En ese texto, Aguirre analiza la coyuntura política que vive México: "la situación electoral, la posibilidad del triunfo de Andrés Manuel López Obrador en 2006 y, fundamentalmente, todo el proceso de la otra campaña promovida por los neozapatistas, para reubicarlo en un contexto más amplio, pues lo que estamos viviendo en México tiene sus equivalentes en toda América Latina".
El académico del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explica que la fuerza de los movimientos populares es capaz de derrocar gobiernos e inclusive, de hacer llegar al poder a candidatos populares, pero éstos no siempre "dan el ancho".
Los neozapatistas lo saben, añade el especialista: "el liderazgo del EZLN es colectivo, Marcos no es el líder es sólo el vocero, él lo ha dicho muchas veces. Lo mismo sucede con los Sin Tierra brasileños, o los piqueteros argentinos, o con los propios indígenas bolivianos. Todos estos movimientos están en contra de los liderazgos unipersonales pues saben que no se debe concentrar toda la decisión del destino de un movimiento, y eventualmente de la revolución de un país, en una sola persona porque al final o son coptados o son eliminados. El dejar que todo dependa de un solo líder es arriesgar demasiado.
"En este sentido, el presidente boliviano Evo Morales se encuentra en una encrucijada interesante. En ese país el grado de politización y radicalización de las masas es extraordinario, por eso lograron imponer la victoria de Evo. Sin embargo, pensando en la experiencia de Lula en Brasil, debemos preguntarnos si Evo estará a la altura del triunfo de las masas populares bolivianas. No estoy cien por ciento seguro de que la respuesta sea sí."
En su libro América Latina en la encrucijada, Aguirre detalla los motivos por los que "hay que aprender de la experiencia latinoamericana para entender lo que hoy está pasando en México y lo que puede pasar en julio y en 2007.
"La otra campaña no le está apostando a que llegue a la Presidencia Juan o Pedro, o a que tal o cual líder se encumbre y sea presidente de México, sino a su capacidad para crear un movimiento social fuerte que presione a cualquier gobernante en turno, hasta el punto de que si este no responde el movimiento sea capaz de derrocarlo.
"Los neozapatistas le están pidiendo a la gente que no se haga falsas ilusiones con las elecciones de 2006 pues ningún candidato, ningún partido está actualmente proponiendo soluciones creativas e inteligentes a los problemas centrales del país que son la migración, la crisis en el campo, el empobrecimiento de la población, la baja de la calidad del salario real y la caída de la calidad de vida.
"Para ir más lejos, ¿quién está planteando que se elimine el Fobaproa? ¿quién plantea que deberíamos renacionalizar Telmex por tratarse de una privatización ilegal? Ninguno.
"Los partidos políticos no están escuchando a los ciudadanos. Por eso la otra campaña surge y le pide a la gente que lea con cuidado las posiciones de los candidatos de PRI, PAN y PRD. Ninguno tiene una salida.
"La única alternativa para evitar la debacle del país es organizarse desde abajo, desde la izquierda y crear potentes movimientos sociales como los de Bolivia y Ecuador, y desde abajo presionar al gobierno y por primera vez escuche", concluyó el investigador.