Concluyó el primer Parlamento Infantil en la Asamblea Legislativa del DF
Que se bajen el sueldo, trabajen y dejen de dormir, clamor de los niños a los diputados
Los señores que ocupan estos asientos deberían sentirse privilegiados: Adalberto Fagola
Ampliar la imagen Algunos de los pequeños hacen fila para hablar en tribuna durante la sesión de clausura del Parlamento Infantil. Mientras les llega su turno, escuchan atentamente los resolutivos y propuestas de sus compañeros Foto: José Antonio López
Los niños tomaron ayer la tribuna de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), se rebelaron y exigieron respeto y un poco de tolerancia a los diputados locales, "que cobran mucho y sólo vienen a dormir".
"Nací en un gran país, México. Tiene todo, no le tiene que robar nada a ninguno. Lo único que pasa es que México también tiene mucha hueva. Una hueva que no se aguanta. Por ejemplo, los señores diputados que ocupan esos asientos, que deberían sentirse privilegiados, sólo se vienen a dormir, a descansar; la verdad no sé que más vienen a hacer. Deberían de desquitar el sueldo que les pagamos", subrayó Adalberto Fagola, de la secundaría técnica 104, desde la tribuna.
Detrás de él, los diputados del PRD Lourdes Alonso, Elio Bejarano y Rigoberto Nieto; la panista Gabriela González; el priísta Mauricio López, y el pevemista Gerardo Díaz Ordaz, esbozaron una sonrisa nerviosa. Incómodos por lo que se convirtió en un clamor general: "Que se bajen el sueldo, que trabajen, que dejen de dormir".
Al presentar ante el pleno de la Asamblea Legislativa los dictámenes de las seis comisiones de trabajo en las que se distribuyeron los 132 estudiantes de secundarias de la ciudad de México, los pequeños exigieron a la Secretaría de Educación Pública (SEP) crear un programa de participación familiar, mejores instalaciones y mayor seguridad, ampliación de turnos y mejores salarios para los maestros; a las autoridades, generar más fuentes de empleo y crear una televisión alternativa en la que se promueva el respeto, los valores familiares y patrióticos.
La violencia familiar, la delincuencia, la migración y las drogas son otros de los temas que preocupan a los pequeños, quienes a lo largo de tres días dejaron las aulas y se convirtieron en diputados.
''Si dicen que vienen a escucharnos, escúchenos''
Al pasar a la tribuna, algunos recordaron a los 65 mineros atrapados en Pasta de Conchos. "El patrón sabía de las condiciones en las que trabajaban y aún así dejó que siguieran trabajando. Esto nos da a entender que vamos a esperar hasta que pase algo para empezar a actuar", recriminó Orlando Mirafuentes.
José Luis de la Joya, de 13 años, quien desde hace ocho meses radica en el DF, recordó que no hace falta ir más allá de las fronteras para enfrentar los problemas de la migración. "Aquí mismo se vive esa diferencia de vida y de trato para nosotros los migrantes. Mi comunidad de origen es San Pablito Paotlán, Puebla. Es hermosa, pero por estar tan lejos no tiene la suficiente fuente de empleos, por eso nos vimos en la necesidad de emigrar".
Con la voz entrecortada, exigió más oportunidades de empleo para estas comunidades "que han sido olvidadas".
Mediante el dibujo de una joven, Jesús Alan Morgado, urgió a poner un alto a la violencia. "Los ojos expresan una tristeza inmensa, una soledad, llora la sangre de su víctima. Posiblemente sea la primera vez que asesine o robe. No queremos esto en México. Digamos no a la violencia. Bien puede ser un dibujo, puedo ser yo o alguno de mis compañeros, sólo para ganar dinero o simplemente para satisfacer alguna necesidad", explicó.
Luego de casi tres horas de escuchar las propuestas de los pequeños legisladores, los diputados intentaron finalizar esta etapa y así dar paso a la declaratoria y clausura del Parlamento. Sin embargo, los pequeños se rebelaron y exigieron su derecho. "Quisiera pedirle a los diputados que tengan un poco de tolerancia, porque ahorita nos estaban diciendo que nos fuéramos a nuestros lugares; si dicen que vienen a escucharnos, escúchenos", reclamó Hilary Karen Hernández.
Así, los legisladores tuvieron que permanecer una hora más en el recinto legislativo.
Ayer, a diferencia del día de la inauguración, no hubo funcionarios de la SEP, de la Comisión de Derechos Humanos del DF, ni del gobierno capitalino, y pocos, muy pocos, fueron los diputados que asistieron al primer Parlamento Infantil, pese a ser los anfitriones. Sólo la consejera electoral Yolanda Columba León los escuchó.