DISQUERO

Gracias

Hay una voz que vuela alto y platica con las águilas, alondras, cóndores y grullas, las aves que también vuelan tan alto que sus voces son un fragmento del cielo que se nos viene encima y cuando llega a nuestras crismas lo hace a manera de aleteo de jazmines y de rosas que perfuman nuestro oído.

Hay una voz que rasga la noche, inaugura la madrugada, evapora la brisa y se nos incrusta hondo, hondo, hondo en el pecho y nos estalla en suspiros y cuando esa voz gime/gutura/murmura, la voz se hace entonces lágrimas calientes que retumban por nuestras mejillas y llegan al piso como una seca explosión de pólvora y besos.

Hay una voz que cuando suena sueña, cuando sueña soñamos, cuando sobrevuela como un albatros un atardecer de plúmbago y olas nos convierte en mares, pleamares, bajamares, amaneceres.

Hay una voz que se ubica más allá de las palabras, de los sueños y de todas las metáforas.

Esa voz pertenece a Teresa Salgueiro y ella ha decidido que nos pertenezca.

En los anaqueles de novedades discográficas flota Teresa en la portada de su primer disco como solista, bellamente titulado Obrigado (Gracias, en portugués) y que reúne dúos grabados en el transcurso del pasado decenio, algunos con Madredeus, su grupo, con el cual nos visitará de nuevo en abril para hacer su música en Bellas Artes.

A Teresa le gusta escuchar el cariño de las personas. Le gusta, por ejemplo, escuchar que sólo existe en el planeta una mujer más bella que ella y se llama Inés, su hija, bella de nombre, bella de día. Por eso a Teresa le gusta que escuchemos el cariño. Nos pone al alcance de los oídos y del corazón 14 poemas que canta acompañada por luminarias como Caetano Veloso, con quien le canta a Afrodita y sus misterios, y a esa canción tan preñada de sexualidad y encanto se le unen momentos igualmente sublimes como una canción a capella con un coro lisboeta, titulada Ojos negros y remite al hermoso filme del mismo nombre, de Nikita Mijailkov, con Marcelo Mastroianni y otra mujer a quien le fue concedido el don de la belleza: Silvana Mangano, y es que este disco prodigioso cuenta entre sus muchas virtudes aquella que consiste en crear atmósferas dotadas de belleza y que es la manera más hermosa de celebrar la vida. Con belleza.

Pablo Espinosa