Usted está aquí: jueves 9 de marzo de 2006 Capital En la calle y con recursos propios sexoservidoras organizaron festejo

Mentira, anuncios de la tele sobre violencia, afirman

En la calle y con recursos propios sexoservidoras organizaron festejo

MIRNA SERVIN VEGA

Decenas de oficinistas, hombres con mochila y algunos otros, que incluso se compraron un refresco para aguantar el calor y mirar, fueron atrapados por la curiosidad de ver a un grupo de trabajadoras sexuales reunidas a las tres de la tarde en las jardineras ubicadas a la salida de la estación Revolución del Metro, con música, sillas, un anafre, refrescos y mantas que decían: "No es por gusto, es el último recurso", "Trabajadoras Independientes que luchan por una vida mejor".

Las propias integrantes de la Organización de Trabajadoras Sexuales Independientes llevaron algunos guisados, pan, espagueti y nopales para asar con el propósito de celebrar el Día Internacional de la Mujer.

"No es cierto lo que dicen en la televisión de que los diputados hacen programas contra la violencia. Nosotras nunca hemos sido incluidas, no hay ayuda ni programas, son mentiras que anuncian por la tele", comentó una de ellas al explicarse la razón de su propio festejo, en plena calle y con recursos propios.

"Nosotras no somos malas, somos mujeres que no tienen guarderías, servicio médico y muchas veces ni lugar donde vivir, por lo que nos quedamos en los hoteles", afirmó otra de ellas, quien dijo que el ser independiente, libre de las cuotas de las madrotas y de los policías es lo que vale de la celebración de ser mujeres y estar organizadas.

No saben cuántas integran exactamente la organización, ya que aunque trabajan principalmente en la calzada México-Tacuba y San Antonio Abad, explican que esta organización no es como si las trabajadoras pertenecieran a una fábrica.

"Algunas vienen cuando otras se van. No todas aparecen por que no es fácil ser identificadas y aparecer en fotografías públicas. Lo principal es que se enteren que a través de la organización pueden dejar de pagar cuotas y trabajar para ellas mismas".

Trabajar de este modo, cuentan, las ha ayudado a mantenerse fuera de las drogas e incluso tomar algunas clases como cultoras de belleza.

A pesar de ello, aún sufren las agresiones tanto de las personas que las ven, las contratan y de los policías. "Si una hace una demanda, nos las voltean. Vale más quedarse callada y con sus madrazos por que todos nos ven diferentes al ser trabajadoras sexuales."

 
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