Testimonios en Tacta recuerdan su llegada a esa comunidad tabasqueña
López Obrador, aliado antiguo de los chontales
El candidato favorito para ganar la Presidencia en México, Andrés Manuel López Obrador, tenía 24 años cuando llegó a Tacta, diminuto pueblo indígena chontal, y lo transformó de un pantano infestado de bichos en un pujante centro artesanal.
Los pobladores miraban boquiabiertos al joven graduado en ciencias políticas que se mudó a una choza en medio del fango y dedicó años a construir canales para el drenaje, plantar cosechas y enseñarles la manufactura de artesanías.
Unos 30 años más tarde, el hombre al que ellos llaman héroe está desafiando al partido más viejo del país por los votos de la clase baja, y encabeza los sondeos de opinión rumbo a la elección presidencial.
"Dicen que un hombre como él, que lucha por los pobres, nace una vez cada 100 años", dijo Trinidad de la Cruz, de 77 años, quien se mudó de una choza de madera a una casa de cemento luego de que López Obrador la puso a hacer tambores y máscaras de madera.
Hijo de un tendero de un pueblo aledaño, en el que muchos batallaban para pagar sus víveres, López Obrador decidió establecerse en el empobrecido Tacta luego de haber sido nombrado director del Instituto Indigenista de Tabasco, en 1977.
"En 70 años el gobierno no hizo nada por nosotros, pero Andrés andaba aquí y cambió nuestras vidas. Con él (como presidente) sería un México diferente", comentó De la Cruz.
Muchos mexicanos de bajos ingresos piensan igual, desde los pueblos rurales indígenas hasta las vecindades marginales de la ciudad de México, donde López Obrador como gobernante creó una pensión para los ancianos.
La clase empresarial teme que las políticas izquierdistas de López Obrador puedan desestabilizar la economía. Algunos críticos lo califican de "peligroso demagogo que endeudará al país".
Pero millones lo ven como el primer político que se preocupa por los pobres de un país en el que, pese a la riqueza petrolera, una de cada cinco personas no puede alimentarse bien.
"El no sólo ha dicho lo que había que decir; él caminó el camino durante sus cinco años con los chontales", dijo George W. Grayson, del College of William and Mary en Virginia, autor de un libro sobre el candidato izquierdista.
Rivales históricos
A escala nacional, el candidato del gobernante PAN, Felipe Calderón, tiene fuerte respaldo de la clase media empobrecida para la elección del 2 de julio.
En esa contienda López Obrador está alejando a muchos del PRI, que gobernó el país 71 años. La maquinaria de ese partido aún pesa en muchos pueblos pobres, pero su candidato, Roberto Madrazo, está atrás en los sondeos.
La disputa entre López Obrador, candidato del PRD, y Madrazo enfrenta a dos viejos rivales políticos, ambos nacidos en Tabasco, y que contendieron por la gubernatura local en 1994. El priísta ganó aquella elección, pero el perredista denunció un masivo fraude. El tiempo no ha disminuido su pugna.
"López Obrador es comunista. Ya vimos lo que hizo la izquierda en Rusia y en Cuba. No queremos eso aquí", expresó Antonio Zavelete, de 71 años, durante un reciente mitin del priísmo.
El PRI representa estabilidad para millones que jamás han votado por otro partido. A pesar de que perdió el poder en 2000, sus colores están pintados en pueblos donde las familias dependen del partido para obtener servicios públicos.
"Madrazo ya es nuestro presidente. Hemos esperado por años", expone María Martínez en un mitin en Cárdenas. Por eso analistas esperan un voto dividido entre ambos políticos en la región.
Pero a escala nacional, López Obrador, ayudado por sus planes de pensión, críticas a las reformas de libre mercado y un nuevo cambio hacia la izquierda en gran parte de América Latina, tiene amplia ventaja sobre su rival.