Participa en Adela y Juana, puesta de realismo mágico que aborda el tema de la Malinche
Marta Aura denuncia en obra a civilizadores que rompen culturas
Siempre he buscado trabajos que me lleven a la reflexión intelectual y estética, expresa
La pieza de Verónica Musalém se escenifica de jueves a domingos en la sala Xavier Villaurrutia
Ampliar la imagen Marta Aura interpreta a Juana, que en la imagen abraza a Adela, personificada por Verónica Albarrán Foto: José Jorge Carreón
Adela y Juana es una obra de "realismo mágico" que narra la historia del lastre que llevamos muchos mexicanos: la maldición de la Malinche. Es un montaje sobre este personaje, pero planteado de forma actual. Habla de las conquistas; entre ellas la económica, que destruye cualquier población y sus costumbres, su magia o tradiciones.
Se trata de la reciente puesta en escena en la que participan la primera actriz Marta Aura y un equipo de talentosos jóvenes, que incluye a la autora del texto, Verónica Musalém; al director Alejandro Velis y a las actrices y actores Elena de Haro, Verónica Albarrán, Celia Marcué y Tenoch Huerta y José Carlos Rodríguez, quienes todos los jueves, viernes, sábados y domingos, en la sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque, "denuncian" lo que pasa en muchos pueblos indígenas, que viven en una fragilidad que hace fácil destruirlos. "Son gente indefensa, aislada, en la pobreza extrema", como comentaría la dramaturga Musalém.
"No dejamos de tener esa catarsis sobre esa especie de maldición, que es la Malinche. Estamos hablando de una conquista moderna, de unos personajes que llegan a modificar las tradiciones de otro pueblo, a llevar civilización, y eso algo de todos los días. En el teatro, en el arte, tenemos que hablar de lo que nos inquieta y ésas son inquietudes de toda la vida, son heridas que no se curan y se vuelven a abrir de diferentes maneras; tiene que ver con la globalización, con llevar a todas partes la civilización y volvernos todos iguales y comer McDonalds y acabar con la individualidad de los pueblos", explica en entrevista Marta Aura, quien en su pasada puesta, el monólogo Mujer on the border, narraba la vida de una madre la cual pena por la condena de su hijo, un inmigrante en Estados Unidos, acusado injustamente.
Adela y Juana, que se estrenó el pasado 18 de febrero y concluirá temporada el 2 de abril, relata cómo un empresario de una trasnacional petrolera llega a México con su esposa, huyendo de la justicia a causa de un fraude, para refugiarse en un rincón perdido de la sierra oaxaqueña; el hombre tiene relación con una joven oriunda del lugar, una Malinche moderna, por la que desarrolla una pasión arrolladora que crece en la misma proporción que sus ambiciones de poder. La obsesión del empresario llega al grado de querer poseer a los habitantes del pueblo, lo que lo lleva inclusive a asesinar.
El arte simplemente expone
-¿Cree que es subjetivo lo que es civilizado y lo que no lo es?
-Claro. No estoy en contra de la civilización, pero por qué tenemos que romper con todo lo que ya hay en una cultura y acabarlo. Aquí sólo exponemos una situación que se repite constantemente. No damos soluciones, porque el arte no las da, simplemente expone.
Marta Aura siempre ha buscado trabajar en asuntos "que nos lleven a la reflexión intelectual o estética; en este caso están las dos cosas. De alguna manera es un texto de denuncia. Aprovecho ese tipo de textos en los trabajos teatrales que realizo. En teatro he hecho lo que me gusta, lo que quiero decir, lo que me mueve, por estética o por reflexión. El arte es confrontar a la gente con lo que está sucediendo".
Juana, personaje interpretado por Aura, es una especie de cantinera-pitonisa-chamana, madre postiza de Adela (la Malinche) y Benito (el hermano de esta última). En diferentes momentos de la historia Juana hace presagios que se mezclan en el tiempo con imágenes en una nueva conquista trágica.
Lo mejor es que disfruta de este personaje que, aparte de lo que dice, es muy rico en matices; por ejemplo, cantar en zapoteco, además de la investigación que ha tenido que realizar. "Como actriz me ha dado la posibilidad de ahondar en campos que en otros momentos no habría tenido oportunidad. He leído sobre María Sabina, cosas que, si no hubiera interpretado a ese personaje, lo tendría más borrado.
"Con Adela y Juana ninguno de los que entren a la sala saldrá indiferente, porque hablamos de emociones tan fuertes como la traición entre hermanos de sangre; ésas son las historias que nos gustan a Alejandro Velis y a mí: un teatro vivo, que mueva a la reflexión con rigor escénico", explica Verónica Musalém.
La gente se entera a media temporada
Cabe señalar lo corto de la temporada con este sistema que ha impuesto el teatro institucional. El costo de la entrada es de 150 pesos (con sus descuentos normales a estudiantes, maestros y adultos mayores), pero los jueves es de 30 pesos. "Es importante que la gente se entere y se acerque al teatro. Es una manera importante de atraer a la gente que dice que es muy caro", señala Aura.
No obstante, "este sistema me inquieta mucho porque para preparar una obra se trabaja en ocasiones durante años para buscar los apoyos, además de los meses de ensayo y producción, como para 30 funciones... es un poco estresante. Ojalá que esas condiciones se modifiquen. El tiempo es poco, porque la gente apenas tiene tiempo de informarse cuando ya se está a media temporada y eso es terrible. Son las instituciones las que tendrán que reflexionar sobre el asunto", abunda la primera actriz, quien el año pasado filmó la película El carnaval de Sodoma, con Arturo Ripstein.
El diseño de iluminación de la obra es de Víctor Manuel Colunga; la escenografía, de Atenea Chávez y Auda Caraza; la escenofonía, de Rodolfo Sánchez Alvarado, y el vestuario de Oscar Altamirano. Las funciones se realizarán jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 y domingos a las 18.
Sala Xavier Villaurrutia, Centro Cultural del Bosque del INBA, atrás del Auditorio Nacional. Cerca de la estación Auditorio del Metro.