Reflexiones sobre el amor
A sus 36 años, la francesa Hélène Grimaud se consolida como una de las más importantes personalidades entre la nueva generación de pianistas.
La aparición del nuevo disco de Elena, titulado Reflection (Deustche Gramophon), no sólo refrenda el estilo y la idea que la caracterizan en sus recitales (algunos de ellos han sucedido en México) y en sus discos, es decir, un concepto alrededor del cual se congregan partituras de vario linaje y cuya suma conforma una propuesta musical valiosísima.
En este caso, la bellísima Elena conjunta partituras de Robert Schumann, de la esposa de éste, Clara Schumann, y del alumno de ambos y amante de ella, el joven Johannes Brahms.
El concepto alrededor del cual hace gravitar las seis partituras elegidas es el amor. La propia Elena activa otras teclas, las de la máquina de escribir, para concebir un prefacio en el cuadernillo del disco en el que discurre a propósito del amor y cita para ello una frase de Robert Schumann dirigida a su amada Clara Wieck: ''yo quiero que tú seas tú", y glosa enseguida un poema de Rilke.
La vida de Robert Schumann, su mujer Clara Wieck y el imberbe cuando conoció a esta pareja y luego barbudo Johannes Brahms, es como el título de una película de Alain Resnais: La vida es una novela. El veinteañero Brahms conoció a los cincuentones Schumann y formaron un triángulo amoroso -para que rime y rumie- candoroso. Robert, quien nunca se enteró del affaire, enfermó -no por causa del triángulo, por supuesto- gravemente y terminó sus días en un manicomio. Johannes cuidó de él, de la viuda y de sus hijos. Clara amó intensamente a ambos. Todo en un candor tan cristalino que cabe en el cuenco de las manos de otra mujer de belleza extraordinaria, Hélène Grimaud, quien con esa agüita cristalina en sus manos como la aurora, que tiene dedos de seda color de rosa como cantaba el ciego Homero, hizo sonar el amor en seis partituras de estos personajes tan entrañables como geniales como admirables como candorosos, transparentes, cristalinos. Una bella historia de amor en un disco bellísimo.
Pablo Espinosa