La compositora presenta su partitura Trajín, con la Filarmónica de la Ciudad
Los sentimientos son del individuo, no de género, dice Alejandra Odgers
Primer programa de tres dedicados por esa agrupación al Día Internacional de la Mujer
Ampliar la imagen Alejandra Odgers, compositora Foto: Carlos Cisneros
Como compositora, dice Alejandra Odgers, ''he tratado de no hacer sufrir de gratis a los músicos". La aclaración viene a propósito de la forma de escribir de la creadora, quien agrega:
''Siempre busco no sacrificar mis ideas musicales, pero trato de escribir obras de la manera más accesible, amable y sencilla para los músicos; creo que eso ha ayudado a que a ellos les guste y tengan buena disposición para mi trabajo. Estoy convencida que ese gusto de los músicos por lo que tocan se transmite al público."
Trajín es el título de la obra que Odgers presentará este fin de semana en el octavo programa de la temporada 2006 de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), bajo la batuta del español José Luis Castillo, quien actuará como director huésped.
Este programa es uno de los tres que la agrupación realizará durante este mes para celebrar el Día Internacional de la Mujer (miércoles 8 de marzo). Cada uno se iniciará con una obra de una compositora y contará con la actuación de una mujer como solista, que en el caso de los conciertos de hoy y mañana será la clarinetista Jean Hay.
Aunque se ha leído con anterioridad, grabado e incluso tocado en versión reducida, ésta será prácticamente la primera vez que se interprete lo que la compositora espera sea la versión definitiva de dicha obra, la cual tiene seis minutos de duración y refleja en gran medida la personalidad de su autora.
''Es -describe- un reflejo del estado anímico de ir de un lugar a otro. Sobre todo esa sensación se da desde la mitad y hasta el final de la obra. En general mi vida es así. No es una sensación de angustia, sino de aceleración e incluso de vértigo, de mucho movimiento."
Nacida en 1967, Alejandra Odgers considera que en la actualidad ya no resulta tan sorpresivo en México ver programada la obra de una compositora, puesto que varias autoras ''abrieron la brecha" desde hace varios años. Lo sorprendente ahora, aclara, es que las orquestas programen música contemporánea de creadores jóvenes, sin importar su sexo.
Al respecto, comenta que esa dificultad que tienen los compositores de hoy para ser tomados en cuenta por las agrupaciones sinfónicas ha detonado un auge de la música de cámara y un tanto el alejamiento de la producción para gran formato.
''Uno escribe para ser tocado. De allí que la música de cámara viva un auge. Pero, por otro lado, la orquesta es un instrumento tan atractivo que, si uno lo conoce, le encanta. Entonces, es un hecho que durante el siglo XXI seguirá habiendo material para orquesta, pero desde luego influirá mucho la política de las diferentes agrupaciones de estrenar y programar obras contemporáneas. El compositor debe saber que hay un mínimo de posibilidad de ser interpretado para seguir produciendo", abunda.
Persistencia de estigmas sociales
Merecedora de varias distinciones, entre ellas el primer lugar del concurso de composición en homenaje a las víctimas de los sismos de 1985, la también oboísta acepta que el musical, en cuanto a números, es un medio en el que aún persiste la hegemonía del sexo masculino, en particular en el área de la creación.
Desproporción que, indica, de manera paulatina se ha ido compensando y que en breve tiempo presentará un equilibrio.
Considera que, en el caso de nuestro país, tal desequilibrio obedece en gran medida a los papeles determinados para cada género, la dinámica social y la educación que prevalece al respecto.
''Existen muchos estigmas sociales. En la música, por ejemplo, el arpa todavía es visto como un instrumento casi exclusivo para las mujeres, mientras que los de metal: la tuba, el trombón y la trompeta, para los hombres. Es una situación que afortunadamente ha ido cambiando y ahora vemos ya a varias mujeres tocándolos."
Para concluir la entrevista, Alejandra Odgers sostiene que en el arte sonoro no existe la división de géneros: ''Lo que marca la diferencia entre un compositor y otro es lo que uno tiene detrás de sí, los sentimientos, las vivencias y las formas de expresarlo, y no si se es hombre o mujer. La sensibilidad es algo del individuo, no del género".
Además de Trajín, el octavo programa de la OFCM incluye el Concierto para clarinete de Mozart y las Variaciones y fuga sobre un tema de Mozart de Max Reger. Los conciertos serán en la sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (Preiférico sur 5141, colonia Isidro Fabela), el sábado a las 18 horas y el domingo a las 12:30 horas.