Libertad,
igualdad y sexualidad
¿Politización
sexual o democratización de las costumbres? La cuestión
no es nada nueva. Desde Alexis de Tocqueville, gran teórico
del liberalismo, encontramos una reflexión original del movimiento
democrático. Si bien la primera parte de su libro La democracia
en América aborda la esfera pública, la segunda parte
se concentra en las diversas expresiones de la vida doméstica.
La intimidad de las parejas y de las familias estarían, según él,
marcadas por el principio de la igualdad. En discusiones posteriores
se opondrán continuamente las cuestiones de lo público
y lo privado, hasta que se llegue a denunciar en Francia, entre los
defensores del liberalismo, después de 1989, lo que se denomina
un igualitarismo excesivo, “políticamente correcto”,
proveniente de Estados Unidos, con manifestaciones paralelas como el
feminismo y el movimiento homosexual. El sociólogo Éric
Fassin señala que de acuerdo con esta visión, la política
misma se vería amenazada por una “guerra de los sexos” que,
entre otras cosas, pondría en peligro al erotismo. Y sugiere
que “demasiada democracia mataría a la democracia, y la
extensión del campo democrático marcaría el ocaso,
si no es que el final, de la propia democracia”.
En su ensayo Democracia sexual (2005), Fassin apunta estas ideas y
opone a la defensa a ultranza que hacen los estadounidenses del principio
de igualdad, y de la reivindicación del espacio privado, el
rechazo del liberalismo francés, defensor, desde su viejo jacobinismo,
del concepto de libertad por encima de la pasión por el igualitarismo.
Dice Fassin: “(Para los autores franceses) la politización
de las cuestiones sexuales procede sin duda de una lógica de
igualdad democrática: las mujeres o los homosexuales no terminarían
jamás de reivindicar derechos fundados, no en un deseo de libertad,
sino en una exigencia de igualdad. Y lo que es peor: la igualdad se
construiría así sobre las ruinas de la libertad”. Éric
Fassin autor de Libertad, igualdad y sexualidad estará en México
el lunes 13 de marzo, oportunidad de intercambiar puntos de vista polémicos
con este agitador de ideas. (Carlos Bonfil)
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