Presentaron su libro La poca lipsis que nos viene en la Feria del Palacio de Minería
Alerta el caricaturista Rius sobre causas y secuelas del calentamiento global
Vivir de manera permanente dentro de un automóvil, con las ventanillas cerradas y con todo el mundo fumando dentro, es como el caricaturista Eduardo del Río, Rius, visualiza lo que hoy es uno de los más grandes problemas que afectan al planeta: el calentamiento global.
Su más reciente libro, La poca lipsis que nos viene, que versa sobre ese tema, fue comentado por los ecologistas María Rosas y Raúl Benet, la tarde del pasado domingo, en el contexto de la versión 27 de la 27 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
Aunque no faltaron los chispazos de humor, ''es el primer libro de terror que hago", expresó el autor, quien dijo estar preocupado por la magnitud de los actuales problemas ambientales, así como porque las personas tomen de verdad conciencia de esa situación.
Editado por Grijalbo, La poca lipsis que nos viene es un libro que Rius espera sirva a ''los ciudadanos y ciudadanas de este especie de país a ser más conscientes, sin esperar a que los gobernantes sean los que pongan un freno a lo que está pasando a escala ambiental". La respuesta a dicha cuestión ''depende muchísimo de nosotros mismos, porque en la vida cotidiana, con el uso del automóvil o detergentes, por ejemplo, estamos contaminando".
Las televisoras se niegan a decir la verdad
Rius exhortó a usar menos los aparatos eléctricos, ''de los cuales están plagados todos los hogares modernos con posibilidades económicas, pues dichos aparatos se manejan mediante la electricidad y ésta se genera quemando diferentes tipos de combustibles.
''Aunque no nos demos cuenta -dijo el reconocido caricaturista- estamos contribuyendo a la contaminación, a todo este desmother que se nos viene encima."
Por otro lado, destacó Rius, las televisoras ''se niegan a decir la verdad" respecto de los problemas ambientales, sobre el calentamiento de la Tierra, ''del que ya estamos siendo víctimas en todo el mundo". No lo hacen ''porque no les conviene, porque se quedarían sin anunciantes", abundó el autor de Cómo destruir nuestro país sin ayuda extranjera.
''Si de repente en las televisoras se comentara, por ejemplo, que los automóviles son en gran parte culpables de lo que pasa, las empresas automotrices retiran los anuncios. Además, hay muchas cosas más que se anuncian en la televisión, relacionadas con el calentamiento de la Tierra.
''Con su tremenda influencia las televisoras podrían dedicar media hora todos los días a explicar a las personas la necesidad que se tiene de controlar ya nuestra forma de vida, de bajarle un poquito a ese afán de comodidad, a ese consumismo imbécil e irreflexivo que sólo nos empuja a comprar y comprar cosas.
''Uno de los asuntos más alarmantes que se incluyen en el libro es lo que en la actualidad ocurre con el problema del agua. No es que quiera ser catastrofista -manifestó Rius-, pero desgraciadamente la realidad es muy canija, lo que ocurre es auténticamente cierto y tenemos muy poco que esperar del futuro, de que esto pueda cambiar, si no empezamos a tomar conciencia de verdad nosotros mismos."
María Rosas y Raúl Benet, tras reseñar y destacar la importancia del libro, coincidieron en destacar que ''la visión clara e incisiva, la crítica profunda y amena" que Rius expone en este volumen, en el cual conjuga ''gran cantidad de información sobre las causas y consecuencias del calentamiento global del planeta".