Abren exposición de grabados en un museo parisino
Recrean la complicidad entre Picasso y Piero Crommelynck
París, 27 de febrero. En los últimos años de su vida, Picasso realizó 750 grabados que fueron impresos en el taller de Piero Crommelynck en Mougings (sur de Francia). En París, una exposición permite apreciar la amistad y la complicidad que unían al gran maestro español y a Crommelynck, apodado ''el príncipe de los grabadores".
Cuando Piero Crommelynck (1934-2001), junto con su hermano Aldo, instaló su taller en Mougins, en 1963, Picasso (1881-1973) tenía 82 años. De 1963 a 1972 la colaboración entre ambos fue intensa.
Pero más allá del trabajo creativo, una gran amistad unió a los dos hombres, al punto que Piero ''fue el modelo masculino más representado en la obra de Picasso", señala Daniel Marchsseau, director del parisino Museo de la Vie Romantique, que organiza la exposición Picasso-Piero Crommelynck, diálogos de taller, al presentar ésta a un grupo de periodistas en vísperas de su inauguración, este martes.
''Picasso era consciente de que el tiempo apremiaba. Quería avanzar rápidamente, tenía conciencia que le quedaba poco tiempo de vida, pero tenía todavía cosas por decir, tenía ganas de expresarse y volver a los temas que ya había tratado en su obra", agrega Catherine de Bourgoing, vicedirectora del museo.
''El grabado le convenía por eso. Era un artista que considerba que sus cuadros nunca estaban terminados y el grabado le permitía terminar sus obras", agrega.
La producción abundante de Picasso en la época reposa en su dominio del grabado y en la confianza total que tenía en Crommelynk. La dedicación y la fidelidad de éste permitió al artista malagueño trabajar a un ritmo vertiginoso.
La muestra, que reúne tres óleos monumentales, más de 25 pasteles y dibujos y 80 grabados, concluirá el 11 de junio.