Usted está aquí: martes 28 de febrero de 2006 Sociedad y Justicia Los agresores sexuales de menores, "violadores, no pederastas": ONG

Diferencia de más de 10 años en penas para unos y otros

Los agresores sexuales de menores, "violadores, no pederastas": ONG

EMIR OLIVARES ALONSO

A los agresores sexuales de menores "se les está disculpando al considerarlos pederastas", ya que la pederastia está ligada a trastornos mentales, no "a lo que verdaderamente son, violadores", aseguró en entrevista Laura Martínez, presidenta de la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas AC (Adivac).

Refirió que las penas para los pederastas son menores a las que se dictan contra un agresor sexual, al cual se puede encarcelar hasta por 15 años, mientras a los primeros sólo por tres o cinco años y regularmente son internados en centros de atención siquiátrica.

"Su objetivo (de los agresores) es satisfacer sus deseos sexuales con un niño o niña. Se dice que tienen dificultades para relacionarse con personas adultas, o con los que tienen una capacidad para identificar qué es lo que les pide; eso es una disculpa."

Añadió que el trastorno mental es una disculpa, porque la intención básica es el ejercicio de poder y abuso de autoridad, en el que los violadores ejercen su mando sobre los menores, a los que dañan porque éstos no tienen capacidad de identificar qué sucede, y menos aún de detenerlo.

El abuso de menores es "constante" en nuestro país, abundó, y reveló que de 4 mil 500 personas que en promedio atiende Adivac anualmente, 40 por ciento aún no son mayores de edad. "Es un problema que ha estado presente siempre, pero que nadie quiere ver."

Explicó que los abusadores de menores identifican perfectamente a sus víctimas, que por lo regular tienen baja autoestima. "Los agresores identifican que el niño está devaluado y descuidado, que no es atendido por sus padres. Seducen a estos menores dándoles obsequios; les dan cosas que no hacen los padres y los niños se sienten seguros y queridos."

Añadió que los menores que han sido objeto de abuso sexual entran en estado de depresión, que incluso puede llegar al suicidio. "Dejan de comer, se encierran, ya no quieren relacionarse con nadie, presentan vómito y diarreas, problemas en la piel, algunos entran en situaciones de autismo fuerte. Se encuentran confundidos por no saber lo que pasa."

Generalmente los menores son ignorados por los mayores cuando comentan lo que les sucede, aseveró; por ello apremió a los padres a que pongan mayor atención, ya que "los niños no conocen del tema, cuando hablan de sexo es porque lo están viviendo". Recomendó que estos temas no sean tratados con gritos y apatia, sino con comprensión, pues de otra manera se orillaría al menor a no denunciarlo más.

Expresó que la explotación comercial de estos abusos es una de las tres principales fuentes de ganancias ilícitas en México, por la cual se pueden obtener más de 7 mil millones de dólares anualmente, y que está sólo por debajo del narcotráfico y el tráfico de armas. Estimó que en el Distrito Federal alrededor de 5 mil niños son prostituidos.

Aseguró que las personas que pueden acceder a este comercio son sujetos con nivel adquisitivo alto, ya que por ser un delito peligroso el pago por los servicios es caro.

Mientras no exista una política pública con perspectiva de género el problema de abuso de menores persistirá, destacó, ya que en México "son carne de cañón las mujeres, los niños y las niñas".

 
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