Rechazan que las universidades, sobre todo las públicas, respondan sólo al mercado

Proponen renovar la manera de evaluar la calidad de la educación

Preocupa en la ANUIES falta de planteamientos claros de los candidatos presidenciales

LAURA POY SOLANO

La calidad de la educación superior en México no debe responder sólo a criterios "mercadotécnicos y productivistas", pues las universidades, en particular las públicas, no pueden limitarse a una visión "empresarial" que privilegie la formación de capital humano dotado de conocimientos y habilidades "para insertarse exitosa y productivamente en el mercado", advirtió José Lema Labadie, rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Señaló que el concepto de calidad en la educación superior debe incluir tanto los aspectos cuantitativos como la formación humanista y la construcción de un espíritu crítico en los alumnos, "capaces de analizar su realidad y aportar soluciones para alcanzar una mejorar calidad de vida".

Al inaugurar el Foro Nacional sobre Calidad de la Educación Superior, convocado por la UAM y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), aseguró que el desarrollo de una política educativa en el país debe plantear una visión "transexenal y ajena al partido en el poder", que permita establecer criterios de crecimiento a mediano y largo plazos, "y no creer que una reforma curricular de ahora podrá resolver el problema el año que entra.

"No podemos olvidar -indicó- que además de impulsar el desarrollo de la ciencia y la tecnología, la universidad también tiene un compromiso de divulgar y preservar la cultura, por lo que no es posible aislar lo espiritual de lo material cuando se habla de calidad y evaluación."

Necesaria, claridad de dirección

Por su parte, Rafael López Castañares, secretario general de la ANUIES, indicó que si bien adoptar una política presupuestal acorde a las necesidades de las instituciones de educación superior es "requisito indispensable para consolidar su desarrollo, resulta insuficiente si no se tiene claridad de dirección y objetivos".

Destacó que la propuesta que presentarán a los cinco candidatos a la Presidencia en junio próximo para consolidar una política nacional en la materia, deberá incorporar como tema "medular" una calidad educativa que incluya la reformulación de planes y programas de estudio, la formación integral de estudiantes, el perfil del profesorado, la evaluación educativa, la acreditación de programas y certificación, así como una cultura de la rendición de cuentas y mejora continua de la gestión institucional.

A su vez, Manuel Gil Antón, especialista en educación superior e investigador del departamento de sociología de la UAM- Iztapalapa, aseguró que incrementar los indicadores de calidad "de forma aislada, sin generar mejores condiciones para el desarrollo de la vida académica, sólo generará un cambio aparente, pues no se trata de evaluar por evaluar, sino de establecer criterios éticos y humanísticos como parte sustancial de la formación de los estudiantes".

Desde hace más de dos décadas, afirmó, en México la política educativa apostó por un modelo de calidad que sólo evalúa resultados cuantitativos, en el que se privilegian sólo algunos factores de resultados, y no "si efectivamente las universidades cumplen con su tarea de formar ciudadanos más críticos, capaces de entender qué ocurre en su entorno e incidir con su participación".

Ausencia de propuestas

Reconoció que existe "preocupación" ante la ausencia de propuestas claras en la materia en la agenda de los cinco candidatos a la Presidencia, pues a pesar de que ha sido uno de los temas pendientes desde hace más de una década, "aún desconocemos cuáles son sus planteamientos para consolidar la educación en México".

Por su parte, Lema Labadie afirmó: "esperamos que este aparente vacío de propuestas se deba a que están en la disposición de escuchar y considerar las opiniones que presentaremos". Sin embargo, exhortó a los candidatos a presentar ante los universitarios los puntos sustantivos de sus programas educativos, pero "no desde un discurso inapelable, sino desde el diálogo".