Las acusaciones, "venganza de la empresa", dice
Se entregaron $55 millones de dólares a trabajadores, afirma el líder sindical
Señalado de malversar recursos de los mineros, de haber "heredado" un sindicato y de no cumplir con la defensa de los trabajadores, el líder del Sindicato Mineros, Napoléon Gómez Urrutia, respondió ayer que los 55 millones de dólares que entregó Grupo México para los trabajadores se han entregado en tiempo y forma y tiene los documentos para probarlo; dijo que todo es una campaña de difamación de la empresa para poner humo blanco a la tragedia.
Grupo México, advirtió, "sigue aprovechando la tragedia que enluta al sector minero para difamar al sindicato; quiere vengarse de esta organización en lugar de cumplir con las obligaciones que tiene con los trabajadores, sobre todo porque se emprenderá una lucha para lograr que se duplique el monto de la indemnización para las familias de los deudos y para que no se acepten las cantidades que bajo amenazas ofreció la empresa".
De los señalamientos sobre los recursos entregados al sindicato minero por esta corporación industrial, aclaró que son 50 millones de dólares correspondientes al pago definitivo de acciones de Mexicana de Cananea y de 5 por ciento de las títulos de Mexicana de Cobre, que se había comprometido a pagar este grupo a los trabajadores cuando se privatizaron las dos compañías.
Es decir, hace 15 años la empresa debió haber pagado este dinero a los trabajadores, obligación que incumplió todos esos años y dedicó tiempo, dinero y recursos legales para evadirla, "dando por hecho que lograría burlar el compromiso firmado". Los recursos no son 'una concesión, ni un favor, sino una obligación, y se han entregado a los sindicalizados activos hasta el momento de la privatización, señaló.
No obstante, la empresa ha divulgado que son para todos los actuales trabajadores, "lo cual no es cierto, ya que el consorcio industrial ante cada conflicto asume una actitud de incumplimiento e inmoralidad e intenta provocar división sindical; incluso azuza a ex trabajadores o personal de ingreso posterior a la privatización a que exijan estos recursos cuando sabe que no tienen ningún derecho legal".
Ahora también "difunde dolosamente que la cantidad entregada también tendría que repartirse entre sindicalizados de otras minas, como Unidad Pasta de Conchos, lo cual es sólo un ardid".
Sobre las acusaciones de que no ha defendido a los trabajadores, dijo que la mejor prueba de ello es que no se han aceptado las condiciones de indemnización de la empresa y ya se presentó una petición formal para que paguen por lo menos el doble de lo ofrecido, independientemente de la indemnización que les correspondería por 30 años de labores, que es el promedio de vida activa de un minero, más todas las prestaciones de ley, así como el otorgamiento de una vivienda propia y digna, sin condición alguna.
En tanto, respecto de los señalamientos de que él heredó un sindicato, manifestó que los trabajadores mineros "no son tontos" para dejarse imponer un dirigente que no quieran; señaló además que él no se ha hecho millonario con las cuotas sindicales, pues vive de su trabajo y de su salario.