Entre cuatro y siete muertos, y unos 30 heridos, saldo extraoficial de la rebelión
Prisioneros amotinados en Afganistán inician negociaciones con autoridades
Militares estudian sofocar la revuelta con violencia, advierte funcionario de Defensa
Ampliar la imagen Familiares de los presos del penal de Pul-i-Charkhi esperan noticias tras el motín Foto: Reuters
Kabul, 27 de febrero. Los reos amotinados en la cárcel de máxima seguridad de Afganistán, Pul-i-Charkhi, pusieron hoy un alto temporal a las hostilidades, después de dos días de protestas violentas contra las condiciones de la penitenciaría, que dejaron un saldo de entre cuatro y siete muertos, así como 30 heridos, según versiones extraoficiales.
Los dos mil prisioneros -incluidas 700 mujeres- mantienen el control del recinto desde el domingo en la madrugada y lograron este lunes iniciar negociaciones con un representante del gobierno afgano.
El motín carcelario comenzó el sábado por la noche en la sección que alberga a unos 350 militantes de la red Al Qaeda y los talibanes (miembros de la organización que gobernó en Afganistán hasta la invasión encabezada por Estados Unidos en 2001).
A los primeros amotinados se sumó luego un millar de presos por delitos comunes y durante el domingo se unieron las mujeres, tras de que los muros interiores fueron derribados, de acuerdo con la versión del viceministro de Justicia, Mohammad Qasim Hashimzai, responsable de las negociaciones con los amotinados.
La cifra de muertos y heridos fue difundida por medios afganos, pero no ha podido ser confirmada. La cárcel de Pul-e-Charkhi es una edificación de piedra, erigida en la periferia este de Kabul desde los años 70.
Tres días de violencia
Miembros de Al Qaeda se enfrentaron a los guardias de Pul-e-Charkhi por primera vez en diciembre de 2004 y siete militantes de la red lograron escapar en la confusión. Otros cuatro combatientes de la organización de Osama Bin Laden escaparon en julio de 2004 del penal de Bagram -al norte de Kabul-, manejado por el ejército estadunidense.
Esta vez, el motín estalló cuando los detenidos rechazaron el nuevo uniforme distribuido por las autoridades carcelarias.
Los reos tomaron el control del inmueble armados con metales y palos arrancados a camas de dormitorios.
Desde las ventanas y una de las torres de vigilancia, los prisioneros gritaron consignas de "¡Muerte a Estados Unidos y a Hamid Karzai!", el presidente de Afganistán, impuesto por Washington tras el derrocamiento de los talibanes y ganador de las elecciones de 2004.
Los amotinados levantaron barricadas en el interior del penal y quemaron colchones y muebles que lanzaron por las ventanas durante el domingo y el lunes.
Algunos disparos con armas de fuego fueron hechos desde el interior de la cárcel, sin que se hayan reportado bajas entre los militares y policías afganos que rodearon el edificio, con apoyo de tropas británicas que forman parte de la fuerza enviada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
A pesar de las negociaciones y de que el viceministro Hashimzai dijo que el gobierno quiere terminar pacíficamente con el amotinamiento, el portavoz del Ministerio de Defensa de Afganistán, Mohammad Zahir Azimi, aseguró que los militares afganos estudian la posibilidad de sofocar la revuelta por medio de la fuerza.
Cuatro años después de la invasión a Afganistán, las acciones ofensivas del talibán se han multiplicado en el país -para el que la OTAN prepara el envío de refuerzos-, pero de acuerdo con el diario británico The Independent, uno de los objetivos actuales es el sistema educativo afgano, que ha registrado la destrucción de por lo menos 165 escuelas.
La campaña de los talibán -publica este martes The Independent- está dirigida a intimidar a educadores y familias, para que los niños permanezcan sin educación en este país que ha estado en guerra desde los años 90, lo que ha dejado una "generación perdida".