DISPAREN… LISTOS… APUNTEN | 27 de febrero de 2006 |
Pragya
Dutta, Nueva Delhi
Sólo hace tres años, la economía india era un desastre. Una severa sequía en el oeste y el sur del país devastó las planicies y los problemas con el vecino Pakistán golpeaban las montañas del norte. Multitudes de empresarios y campesinos desesperados llegaban a Nueva Delhi, la capital, para convencer al gobierno de que necesitaban ayuda. De manera rápida y reactiva, el gobierno lanzó una serie de ambiciosos proyectos para revivir la moribunda infraestructura de caminos y electricidad. Gastó más de mil 130 millones de dólares para construir 7 mil kilómetros de seis carriles bajo un programa nacional quinquenal de desarrollo de carreteras . Se iniciaron los proyectos de reforma de los ferrocarriles y los autogobiernos rurales recibieron por primera vez libertad financiera limitada. Se espera que estos esfuerzos acaben con la percepción de que India es el patio trasero del sur de Asia, es decir, una sociedad represiva, apenas mejor que sus vecinos pobres, Bangladesh y Pakistán. Dos años después, se difundió el reporte de las reformas: en 2003 el producto interno bruto (PIB) creció a una tasa de 8.4 por ciento, el doble de lo que se había visto en la economía india por más de 20 años. La democracia más grande del mundo, con mil 95 millones de habitantes, votó en las últimas elecciones a un gobierno con una agenda “reformista” aún más fuerte. India ha transitado desde una economía orientada a las manufacturas y la agricultura hacia un sistema basado en el conocimiento. El pesimismo exportador que había penetrado las decisiones de política económica en las primeras décadas de la independencia y la planeación económica desaparecieron de súbito. Tras la guerra del Golfo, India aprendió la lección de que permanecer cerrada no proveía inmunidad natural contra una crisis cambiaria que afectara a la rupia. Así, se respaldó una política monetaria de mercado abierto durante los años 1990 que atrajo inversión extranjera a la industria. Esto se asoció con una apertura gradual de sectores –como las telecomunicaciones, comercio al menudeo y las manufacturas automotrices– a la participación privada, lo que impulsó a India al siglo xxi como espacio de crecimiento tanto en la industria como en los servicios. Aunque el país nunca ha caído en moratoria de sus obligaciones externas, en marzo de 2004 podía anunciar que contaba con la sexta mayor reserva internacional entre los mercados emergentes y la séptima captación de activos en moneda extranjera, del orden de 10 mil millones de dólares. Los activos en moneda extranjera del Banco de la Reserva de India llegaban a 139 mil millones de dólares en enero pasado. Hoy, India está entre los mayores beneficiarios de la remesas, según datos del Banco Mundial sobre las Perspectivas Económicas Globales para 2006. Las remesas registradas oficialmente en el mundo superaron 232 mil millones en 2005, e India recibió casi una décima parte de esa cantidad; China, 21.3 mil millones, y México más de 16 mil millones. La enorme dispersión geográfica de población india no residente le da al país un asidero crucial en mercados como los de Estados Unidos (EU) y Canadá, donde constituyen la minoría étnica que crece más rápido y la de mayor afluencia económica. Según la agencia étnica de mercadotecnia Admerasia, hay más de un millón de indios en EU con una media de ingreso de 46 mil dólares anuales. La búsqueda de India en la economía del conocimiento, a diferencia de China con su modelo de desarrollo basado en líneas de ensamblaje con trabajo barato, se sustenta en el reconocimiento de la propiedad intelectual y en crear una simbiosis de la manufactura con los sectores sustentados en el conocimiento. La democracia de libre mercado La euforia por India como destino para las inversiones surgió cuando Goldman Sachs proyectó en 2004 que la economía podría ser 50 veces mayor que su tamaño de entonces para 2050. La firma decía que India tiene el potencial para crecer más rápido durante los próximos 30 a 50 años, a tasas superiores a 5 por ciento, entre los cuatro países que incluyen a Brasil, Rusia y China, lo que se conoce como el BRIC. Así el PIB de India podría superar al de Japón en 2032, con una población en continua expansión durante ese mismo periodo. India tiene el potencial de elevar su ingreso por habitante hasta 35 veces sobre el actual hacia la mitad del siglo. Esto representa aumentos masivos en las principales variables económicas, sobre todo si se considera que hasta los años 70 el PIB de India crecía a un promedio anual de 3.2 por ciento, por debajo de la media del conjunto de los países en desarrollo. Al mismo tiempo se advierte que aumenta el número de firmas que operan con éxito en el extranjero. Las marcas de comida india y los bienes de consumo de mayor demanda se desplazan a los mejores lugares en los anaqueles de las cadenas de supermercados de EU y Europa. Esas marcas incluyen Cobra Beer, Bikanervala y MTR Foods, Kitchens of India y el arroz Satnam Overseas’ Basmati. También crece la lista de compañías indias listadas en el mercado accionario de Nueva York. Aparte de las empresas de Internet y servicios de correo electrónico, como Sify y Rediff, están Tata Motors, TCS; firmas de telecomunicaciones como Videsh Sanchar Nigam Ltd., y Mahanagar Telephone Nigam Ltd.; en el campo farmacéutico, Doctor Reddy’s Laboratories; en la banca HDFC Bank, ICICI Bank. Wipro Technologies está en las bolsas internacionales. Desde hace dos años, el rápido aumento del PIB se ha debido primordialmente a la inversión en tecnología aplicada a las actividades de servicios; esto siguió a la fase en que el producto creció por las privatizaciones de empresas públicas en las áreas de telecomunicaciones, autos y productos metálicos. India es ahora la cuarta economía mundial medida por el poder de paridad de compra, detrás de EU, China y Japón, y da cuenta de casi 5.7 por ciento del producto mundial, lo que la convierte en base ideal para las manufacturas y servicios multinacionales. En términos de paridad de mercado es la economía número 12 y representa 1.6 por ciento del producto global. La economía ha tenido buen desempeño en los años recientes, con un crecimiento promedio anual del PIB de 6.1 por ciento durante la última década. Este comportamiento, sin duda, ha elevado de modo constante la imagen de India en la economía global. Un programa sostenido de liberalización, que incluye la apertura al comercio y las inversiones externas, la desregulación del sector financiero y un más prominente sector privado, han apoyado el proceso. Aunque la agricultura aún mantiene a 70 por ciento de la población, la expansión de la industria y los servicios se ha aislado de las crisis y auges del sector primario. Hoy, los servicios contribuyen con la mitad de la generación del PIB. A la par que se reducen las tarifas se favorece la visión de una India que resurge y se abre a las nuevas oportunidades de negocios, como la subcontratación, que ha rendido como utilidades una buena porción del pastel de la globalización. Aviones y comunicaciones La visión de una nueva India se asocia con el hecho que hoy salen del país gran número de pobladores; 7.5 millones en 2005. A la fecha, se han levantado las restricciones sobre la cantidad de vuelos y destinos que las líneas aéreas pueden operar. Un mercado en auge siempre atrae participantes, y los indios aparecieron entre los mayores compradores de aviones de la feria aérea de París el año pasado: 160 aparatos por 12 mil millones de dólares. La mayor línea aérea de India, Jet Airways, se ha comprometido a comprar cuando menos 20 aviones Boeing por 2.8 mil millones de dólares a precios de lista, y ha hecho un acuerdo por 10 Airbus, por 1.5 mil millones. Kingfisher Air firmó contratos por 15 aviones Airbus, incluyendo cinco súper jumbo A380, por 3 mil millones de dólares. Una empresa conjunta indio-estadunidense, Interglobe Enterprises, colocó la orden más grande de la historia para una línea del país por 100 aparatos A320 por 6.5 mil millones de dólares en la feria de París. La compañía Indian Airlines planea adquirir 43 aviones por 2.18 mil millones de dólares; Air India, 50 para ampliar su flota de 34 a 74 aparatos para 2013. Alentados por las órdenes colocadas por las líneas indias para los A320, Airbus incrementó sus proyecciones del mercado indio en más de 40 por ciento de su más reciente previsión, de 400 aviones a 570 hasta 2023. Por otra parte, los teléfonos cubren ahora menos de 12 por ciento de la población y nuevos empresarios, como Sunil Bharti Mittal, de Bharti Tele-Ventures, se han elevado hasta las nubes con base en una nueva política establecida en 1995, que permite la inversión privada en telecomunicaciones. Bharti, uno de los primeros beneficiarios del auge de teléfonos móviles en India, ha captado 77 millones de clientes para sus servicios de telecomunicaciones, lo que equivale a las poblaciones de Francia y Holanda. Entre 1999 y 2001, Warburg Pincus invirtió 292 millones de dólares en Bharti, lo que puede dar utilidades por mil millones. Empresas como Reliance Infocomm Ltd. y Tata Teleservices Ltd. apuntan a millones de trabajadores de bajos ingresos ofreciendo bajos costos de contratación y planes atractivos. India es ahora ampliamente reconocida como la tercera mayor economía de Asia y la propiedad de teléfonos va en aumento con las tarifas más bajas del mundo en llamadas locales, menos de dos centavos de dólar por minuto que pueden encontrarse en el mercado. Una cifra récord de 4.45 millones de usuarios de teléfonos móviles se añadieron en 2005 y la densidad urbana de aparatos supera 10 por ciento, mientras una década atrás era de 2 por ciento. Nación offshore ¿Quién hubiera pensado hace una década que trabajadores indios recibirían salarios en dólares por hablar por teléfono? Pero sólo hace un año, General Atlantic Partners y Oak Hill Capital, ambas estadunidenses, pagaron a General Electric 500 millones de dólares por una participación de 60 por ciento en Genpact, su negocio de subcontratación. Esto es lo que Genpact ha estado haciendo en India. Por 10 años, esta subsidiaria offshore de una de las mayores empresas del mundo ha contratado y entrenado a jóvenes graduados para hablar por teléfono con los clientes de General Electric en EU y Europa. Este negocio fue el pionero de la subcontratación en India; empleó a 10 mil jóvenes y generó utilidades a GE por 50 mil millones de dólares Pero esta no es la única historia. A fines de 2005 el fondo de inversión estadunidense Blackstone Ventures abrió una oficina en India y ofreció apartar mil millones de dólares para inversiones locales. En enero de 2006, Maxis, el gigante de telefonía móvil de Malasia, se asoció con Apollo Group, de India, para adquirir la firma de telecomunicaciones Aircel del sur del país por más de mil millones de dólares. En tanto India escapa de la sombra de la propiedad estatal de casi todos los activos valiosos, hay gran entusiasmo entre la comunidad de negocios internacional por comprar o establecer negocios conjuntos de mercadeo y distribución. Los bienes raíces, la subcontratación en firmas de procesamiento, cemento, minerales, minas, acero y construcción se han vuelo muy codiciados. Cuando aparecieron primero en el país palabras como offshore y subcontratación de procesos produjeron imágenes de programadores de software con bajos salarios y los estudiantes que se dedicaban a esa actividad eran acusados de desperdiciar su tiempo y la educación subsidiada por el Estado “poniéndose al servicio de los colonizadores”. Esta imagen ha mejorado. El principal grupo industrial de empresas de software y servicios en India, Nasscom, declaró recientemente que la tecnología de información y la subcontratación de procesos contribuye significativamente con los ingresos de exportación del país. Se prevé que esos ingresos rivalizarán con las exportaciones de petróleo hacia 2010. Las tecnologías de información añadirán al final de esta década 7 por ciento al PIB, llegando a 60 mil millones de dólares. De acuerdo con un estudio de McKinsey de noviembre de 2005, el software y los servicios asociados crearán 8.8 millones de empleos, en un claro ejemplo de crecimiento liderado por las exportaciones en todo ese continente. Ahora esas tecnologías contribuyen con casi 3 por ciento del producto. Las proyecciones indican que el negocio de las tecnologías de información crecerá 25 por ciento para llegar a 35 mil millones de dólares de ingresos de exportación, mientras la subcontratación de procesos crecerá 37 por ciento, 25 mil millones. Así, McKinsey y Nasscom prevén un aumento de 10 veces en la expansión del sector al fin del decenio, lo que significa que ambas actividades pueden pasar de 17.3 mil millones a 166.5 mil millones en 2010. Las empresas indias tienen hoy 46 por ciento del mercado global de subcontratación de procesos y 65 por ciento en el caso de tecnologías de información. Una deficiente infraestructura, la escasez de mano de obra calificada, la oposición política en países ricos, como EU, y una reducción de la demanda son riesgos para estos sectores. Pero las empresas indias luchan por mantenerse arriba en la competencia por los destinos de bajo costo entre los que están también Sudáfrica, China y Europa oriental. Para cubrirse de los riesgos, las firmas indias de subcontratación han adquirido empresas pequeñas y medianas en EU, Irlanda y Filipinas. 2005 fue espectacular para las firmas indias que se hicieron de nichos para la subcontratación en otros países. Evalueserve se estableció en China; HTMT, en Mauricio; Wipro, en Europa oriental; TCS en América Latina y el Reino Unido, y también se ha lanzado hacia Sudcorea y Japón. Pese a la timidez política de India hay ardientes defensores de la liberalización entre los responsables de la política económica. Para una nación de más de mil millones de habitantes, permanecer cerrada significó proteger a una clase media de 100 millones, lo que ya no es posible. India debe ahora tragar un poco de amarga medicina como hacer la paz con Pakistán, bajar las tarifas al comercio hasta los niveles prevalecientes en la región y forzar a las empresas privadas a una mayor rendición de cuentas § |