Es el más radical en su forma de construcción; "ahora buscaré otro estilo", anuncia
Sergio Pitol: con El mago de Viena cierro un tríptico, el de la memoria
El nuevo volumen del Premio Cervantes 2005 fue presentado por Margo Glantz y Monsiváis
Ampliar la imagen Sergio Pitol,ayer, en la capilla del Palacio de Minería durante la presentación de su nuevo libro, El mago de Viena Foto: Francisco Olvera
El libro El mago de Viena "es de recuerdos, de recuerdos de viaje, de vida, de niñez de libros, de escritura". Así define el escritor Sergio Pitol, Premio Cervantes 2005, este nuevo título que se presentó este sábado en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería y con el que el autor de El arte de la fuga cierra un nuevo ciclo en su proceso de escritura.
Sergio Pitol (Puebla, 1933) enciende un cigarro. Ha pasado la última hora firmando libros, tanto de sus obras anteriores como de El mago de Viena (FCE). Su mano está cansada.
El mago de Viena, dice en una improvisada conferencia de prensa, "es el más radical en su forma de construcción. Al releerlo en Madrid me dije que va a ser el último en el estilo que estoy creando. Con este se cierra el ciclo que comenzó con El arte de la fuga y siguió con El viaje. Los tres representan otra forma literaria y dije que ya no escribiría de esa manera. Ahora voy a buscar otro estilo porque no quiero repetirme. Este es un libro que cierra un tríptico, el de la memoria.
"No me interesa repetirme y ahora voy a buscar; tengo papeles que tengo que ver de nuevo para hacer una cosa nueva."
Influencia en el Premio Cervantes
El escritor consideró que El mago... es el libro que influyó para que se le concediera el Premio Cervantes, que se entrega en abril próximo porque salió uno o dos meses antes de que se hiciera el anuncio, y "creo que sí tuvo un peso en la premiación.
"Todos los escritores sabemos que el Cervantes es el mayor premio que se da. No es mayor del Rulfo, del Gallegos, mismos dineros la misma cantidad, pero éste es de un peso fortísimo. A los dos días de que supe que tenía el premio cayeron centenares de e-mails desde Sudamérica, desde casi todos los países de Europa, de Asia y en casi todos me decían que se acababan de enterar por el periódico. Así que es muy fuerte todo eso y sube muchísimo la venta de los libros, se distribuyen mucho."
En la presentación del libro acompañaron al autor los escritores Margo Glantz, Carlos Monsiváis y Juan Villoro, además de la investigadora Elizabeth Corral.
En este libro, expresó Margo Glantz, "la trama se nutre fundamentalmente de la lectura y la relectura. Esto incluye la revisión de aquello que se ha leído y una observación sobre sí mismo y todo en el tiempo pasado y ya colocado por ello, por esa distancia temporal, en otro contexto del lenguaje, lo que se lee o relee ahora se elabora en primera persona".
Habla de Sergio Pitol: "su pasión por la narración ha cambiado también de signo. Es fácil de percibirlo en El mago de Viena y en El arte de la fuga, con él relabora el arte de la narración".
El mago de Viena "es autobiografía de gustos literarios, demostración de que un escritor es siempre un acervo de vivencias a la disposición de sus textos, sucesión de ensayos breves sobre literatura y viajes, memorias de una vida que sólo si se les escucha mental o realmente clarifican las experiencias, conversión de evocaciones en microrrelatos (...) despliegue de espejos de feria donde la literatura se contempla en la vida y viceversa, inmersiones en las aguas lustrales de la gran literatura", dijo a su vez el escritor Carlos Monsiváis.
El autor, agregó, "es un transmisor amable y estimulante de pasiones literarias y sus textos conducen necesariamente a una biblioteca. En un nivel El mago de Viena es un recuento de lecturas apasionadas en la procesión de gratitudes dirigidas a un gran número de contemporáneos del autor. Pero la historia dentro de la historia dentro de la historia en los niveles del libro semejan a las cajas chinas o a las muñecas rusas y a las conversaciones que se diversifican sin renunciar a la unidad; todo esto no sólo indica la pertenecía al mundo de la escritura, sino la dispersión misma del centro o de la idea central. El autor lee los viajes como si fueran novelas y poemas y los cuida como si fueran libros".
Este libro "es una suma de movimientos interiores bañados en las aguas de la ficción", subrayó la investigadora y académica Elizabeth Corral, y añadió: "lúdico, polifónico, disparatado elegante, el lenguaje parece terso aún en los pasajes estridentes".
"Para Sergio Pitol escribir es una fuga", agregó, y destacó que El mago de Viena "puede leerse como ensayo, narrativa, autobiografía, diario, crónica de viajes. Pitol crea al personaje Sergio Pitol, un escritor para el que la realidad y la ficción están tan imbricadas que se nutre de la literatura para explicar sus experiencias vitales y de éstas para hacer literatura con la profunda conciencia de que el lenguaje lo es todo".
Al terminar la presentación, Sergio Pitol caminó de la Capilla al salón de actos, y ahí dedicó una hora y mucha tinta a firmar sus libros.