La literatura ofrece una perspectiva iluminadora, dice Beatriz Sarlo a La Jornada

Debemos hacer ''más inteligible'' la represión militar en el Cono Sur

La ensayista dictó una conferencia en la UNAM y hoy estará en El Colegio de México

El martes 28 presentará su libro Tiempo pasado en el Palacio de Bellas Artes

ARTURO JIMENEZ

La reconocida ensayista argentina Beatriz Sarlo se encuentra en México para presentar su reciente libro Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión, en el cual, consciente de la polémica que ya ha desencadenado en su país, plantea que es necesario superar ya el predominio abrumador de los relatos testimoniales sobre la represión de la dictadura militar y realizar un esfuerzo mayor de reflexión teórica para poder entender lo que pasó.

Para ello, y como algo que debe agradecérsele, Sarlo también recurre a la literatura para avanzar en la exploración de esa etapa dolorosa de los años 60 y 70 que llevó a la desaparición de entre 10 mil y 30 mil personas.

Lectora de Monsiváis

Sarlo, entrevistada en Buenos Aires por la corresponsal Stella Calloni antes de viajar a México (La Jornada, 21 febrero/2006), cumple aquí una apretada agenda.

Este miércoles estuvo en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y hoy a las 13 horas dará un seminario en El Colegio de México (Colmex).

El domingo 26, en la Feria del Libro de Minería, hablará sobre Borges y las pasiones, y el martes 28, en el Palacio de Bellas Artes, presentará su libro con Carlos Monsiváis, a quien la crítica literaria dice leer ''con agrado, admiración y envidia".

Uno de los temas preferidos de Sarlo es precisamente Borges, a quien ve como alguien que ''bordeó" las dos modernidades experimentadas por Argentina: la liberal-clásica y la populista-plebiscitaria (con el peronismo). Y también ha ido más allá del conocidísimo Borges cosmopolita.

''Yo tengo otro Borges, uno que interviene de manera muy activa en el debate sobre la nacionalidad cultural en Argentina. Es un Borges que también tiene una clara noción de América Latina, muy amigo de Alfonso Reyes en ese momento. Me interesó siempre subrayar ese Borges criollo, en el que la cuestión de las pasiones, como el honor y la venganza, es una fascinación."

Memoria e historia

En Tiempo pasado (Siglo XXI Editores), Sarlo comienza con una reflexión sobre la importancia del pasado y las maneras de traerlo a cuento: la memoria y la historia. Hace después una crítica del testimonio y aborda la retórica testimonial, la experiencia, la argumentación, la ''posmemoria", y de ahí se adentra en el terreno de la literatura.

''Como en muchos otros lugares, no sólo en América Latina, la literatura, las artes plásticas, el teatro, en algunos momentos se hicieron cargo de construir una figuración de los episodios de violencia del siglo XX.

''En el caso argentino, algunas de las obras más distinguidas de los pasados 50 años, por ejemplo, la del escritor Juan José Saer, toman de manera metafórica algunos de los núcleos de la represión de los años 70.

''El tiene una novela cuya primera edición salió en México, en Siglo XXI, porque Saer en esa época no conseguía editor en Argentina ni España, donde vivía, su título es Nadie nada nunca (1980), que tiene un episodio central en un pueblo, en la orilla de un río, donde todo mundo anda con un miedo terrible porque todas las mañanas aparecen caballos degollados, sin saberse la causa.

''Ese libro puede ser claramente leído como una figuración no realista, que permite pensar quizá mejor que con las formas de relato realista. Es como una figuración poética, por encima de una ideológica. La novela tiene un episodio en el que casi lo único que se cuenta son sonidos.

''Y es el sonido del motor de un automóvil, que llega a la orilla de ese río, de noche, dos puertas que se abren, pasos, y dos puertas que se cierran, y el motor que se aleja. Es la condensación, la síntesis más extrema de lo que era el secuestro durante la dictadura."

Ese es, comenta, el tipo de perspectiva iluminadora que puede dar la literatura. Pero aclara que ni la literatura ni el arte solucionan todos los problemas en la interpretación del pasado. Eso sí, destaca, en el caso mencionado, se observa de manera clara el miedo y el terror.

''Y lo fija también hacia el futuro. Dentro de 30 años, cuando nadie pudo haber escuchado en la realidad las puertas de un coche que se abren y cierran, o los pasos que arrastran a una persona o el ruido de la cajuela de ese auto al cerrarse con un cuerpo vivo adentro, es probable que esa figuración también sirva en ese mañana."

Lo oral y lo escrito

Ante el predominio de testimonios orales y autobiográficos sobre el terrorismo de Estado durante la dictadura militar en Argentina, Sarlo plantea que debe revisarse a fondo la documentación de la época, para "construir un panorama que si bien nunca será definitivo, sí haría más inteligible lo que sucedió entre 1960 y 1970 en el Cono Sur".

Esos testimonios orales, incluso como El flaco perdón de Dios, el libro recopilado por Mara La Madrid y el poeta Juan Gelman, quien reside en México, "son fuente para la construcción de la historia, no son historia".

Su libro se ubica en la idea de que es necesario agotar al máximo la recopilación de las fuentes y la construcción de esas fuentes, las cuales no son la historia.

''La historia es aquello que otros pueden hacer con esas fuentes. Los testimonios en primera persona son sólo la materia de la historia. Esta deberá construirse a partir de allí, si es que queremos decir algo más que 'los desaparecidos fueron héroes y los militares fueron genocidas'. Si uno se queda con esta frase no entenderá nada de lo que pasó."