Después de un lustro, el artista nayarita regresa al DF con dos exposiciones
El pintor y escultor Vladimir Cora se propone reconquistar su país
Ante la posibilidad de que la obra del pintor y escultor nayarita Vladimir Cora (Acaponeta, 1951) sea más conocida en Estados Unidos que en su propio país, el artista se ha propuesto reconquistar México.
Después de un lustro de no exhibir en la ciudad de México, Cora regresa con la muestra Natura: flores para Mary, integrada por pintura y escultura reciente, que se presenta en el Museo José Luis Cuevas (Academia 13, Centro Histórico) y concluirá el 6 de marzo. La historiadora del arte mexicano-estadunidense Margarita Nieto escribió un libro homónimo que Cora espera presentar dentro de esa exhibición.
Con el mismo título también expone obra en la galería Oscar Román (Julio Verne 14 Polanco), muestra que concluirá el 18 de marzo.
La exposición se montó originalmente en las instalaciones de Sony en Culver City, California. Luego, una televisora privada mexicana la hizo itinerar por varias ciudades de la República.
No obstante que Cora vende ''un poquito más" en Estados Unidos, considera que en los pasados dos o tres años aquí se ha recuperado la adquisición de obra de arte por coleccionistas particulares.
El artista tiene la fortuna de vivir en su pueblo natal, donde en 1999 fundó una casa museo que lleva su nombre, cuyo objetivo es mostrar su colección de obra nacional e internacional, sin sentirse aislado del mundo del arte. Al respecto, explica: ''Soy de la provincia. Me siento a gusto allí". Asimismo ha montado exposiciones en los museos de Arte Moderno y el del Palacio de Bellas Artes.
Además tiene oportunidad de pintar sin límite de horario. Cree en la autodisciplina y a diario se levanta a las seis de la mañana y se va a correr; a las siete regresa a tomarse un café y a las siete y media ya está frente al caballete.
Combinación de técnicas
Cora gusta de escoger un tema y trabajar por series, porque así puede alargarlo y hacerlo en diferentes técnicas y colores. Algunos de sus temas han sido la señorita Tetecuala, las mujeres del trópico, los bodegones, las bañistas y los interiores. Su serie Natura la comenzó en 2002 a manera de reconocimiento a la mujer, en este caso su esposa Mary, pero también porque sentía necesidad de hacer otras cosas, aunque dentro del mismo estilo de la neofiguración.
Las flores de Cora, no obstante, son inventadas. Salen de la naturaleza, pero el artista se vale del nombre para crear algo nuevo como en el cuadro Gardenias fragmentadas. Así pasa sucesivamente con una orquídea, un tulipán o una magnolia.
Suele combinar varias técnicas en un mismo cuadro sólo para ver qué resultado le da poner óleo encima del acrílico y rematarlo con esmalte. Apunta: ''Me ha gustado mucho porque los chorreados, las manchas, son diferentes. También se seca de manera distinta".
Cora realiza un par de proyectos con dos colegas. En el primero trabaja al alimón con Jazzamoart, tanto en Acaponeta como en la ciudad de México. No se trata de un proceso creativo nuevo dentro de la historia del arte, pero lo distingue la cantidad: ''Llevamos casi 200 trabajos en papeles y pinturas en telas. Ahora queremos hacer escultura, que será exclusivamente en Acaponeta porque será de grandes dimensiones tanto en chatarra como en bronce".
El segundo proyecto es con Alberto Castro Leñero para el Museo Universitario del Chopo, pero está parado por la rehabilitación del recinto.