Presentan en reunión de obispos el Plan Global de Pastoral 2006-2010
La Iglesia católica dejará los templos y buscará "nuevos espacios" en Cuba
Anuncia el Vaticano que el presidente Fidel Castro invitó al Papa a visitar la isla
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Benedicto XVI durante una misa el pasado día 15 en el Vaticano
Foto: Ap
La Habana, 20 de febrero. Alentada por el crecimiento de su feligresía en las pasadas dos décadas en Cuba, la Iglesia católica anunció un plan para salir de los templos durante los próximos cinco años, a buscar "nuevos espacios de presencia en la sociedad".
La aparición del Plan Global de Pastoral 2006-2010, tercero en su tipo que elabora la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC), coincidió con un anuncio del Vaticano de que el presidente Fidel Castro invitó al papa Benedicto XVI a visitar la isla.
El plan propone llevar la devoción prioritariamente a los sectores más pobres de la población, zonas rurales remotas; familias de presos, madres solteras, hijos menores de padres divorciados, ancianos abandonados, jóvenes "que han nacido y crecido durante los largos años de ateísmo estructural" y a los creyentes de cultos sincréticos.
El proyecto fue presentado la semana anterior durante una reunión de obispos, sacerdotes y religiosos, a la que asistió el cardenal Renato Martino, presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, quien habló sobre la doctrina social de la Iglesia.
Martino se entrevistó con Castro el sábado. El consejo informó hoy en Roma que el mandatario "ha pronunciado palabras de gran amistad hacia el papa Benedicto XVI y también una invitación para que vaya a Cuba".
Agregó que el cardenal y el líder cubano hablaron de asuntos internacionales y temas como la enseñanza, la salud, la libertad religiosa y las "iniciativas culturales y sanitarias" de la Iglesia en la isla.
"Mayores espacios"
Plataforma de trabajo para el próximo quinquenio, el plan global se nutrió de una extensa investigación de siete años sobre el catolicismo cubano y su entorno.
El plan reclamó la presencia de cristianos "en la vida pública", pero advirtió que la búsqueda de mayores espacios para la Iglesia no es para ganar "una determinada cuota de poder o para constituirse ella misma en una suerte de poder alternativo, sino en razón de una mayor fidelidad a su misión de servicio al hombre cubano".
Describió una de sus líneas de trabajo como "acción concreta en servicio de los más pobres y necesitados -que no pueden satisfacer sus derechos fundamentales, conforme a su dignidad de personas-, no sólo a través de la asistencia personal, aislada y puntual, sino también a través de obras de carácter social y comunitario".
La investigación de la COCC dibujó un perfil de los católicos cubanos con indicadores como estos: hay baja presencia juvenil; sólo la mitad respalda definiciones morales de la Iglesia, como la oposición al aborto, el control natal y el divorcio; muy pocas parejas llegan a la boda religiosa y casi siempre han vivido juntas sin casarse.
Entre los católicos cubanos "predomina la visión pesimista sobre la optimista", en especial entre jubilados y desempleados. Sus grandes preocupaciones son la ruptura familiar, el porvenir de los hijos y "el temor a que la Iglesia sea nuevamente presionada".
"Un pequeño número de fieles se siente interpelado por la promoción de los derechos humanos", pero los laicos se sienten poco animados a la actividad política, cultural o en los medios de comunicación.
"La familia cubana atraviesa por situaciones de vida muy difíciles", estimó el plan global, basado en su estudio. "Los salarios son insuficientes y la vivienda es escasa y precaria."
El plan omitió precisar la cantidad de católicos que hay en Cuba, pero dijo que el número ha crecido en relación con 1986. La última investigación conocida en la materia, concluida en 1991, indicó que la mayor parte de la población cubana tenía entonces algún tipo de sentimiento religioso.