Usted está aquí: martes 21 de febrero de 2006 Economía MEXICO SA

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Carlos Fernández-Vega

Combate a la ordeña de gasolina: nuevo espectáculo de la autoridad

Desde 1996 dicen que "están resolviendo" el ilícito pero ninguna se atreve a dar el golpe final

Ampliar la imagen Gasolinera ubicada en Circuito Interior y calle 14, colonia Ignacio Zaragoza Foto: José Carlo González

TRANSCURREN LOS DIAS, los meses y los años, y ninguna autoridad se atreve a dar el golpe definitivo para evitar que de los bolsillos de los consumidores sean hurtados 2 millones 300 mil pesos por hora -para redondear 20 mil millones anuales-, sólo por la compra de "litros" de gasolina que suelen ser de 900, 800 o menos mililitros.

SI SE PRIVILEGIA el diagnóstico realizado por las diversas autoridades que "dan seguimiento" a la cotidiana cuan multimillonaria ordeña que miles de gasolineras realizan contra sus usuarios, es de suponer que la acción decidida contra los defraudadores es cuestión de horas, pues se conoce el número de estaciones de servicio, el monto de lo robado a los consumidores, las cantidades subfacturadas, la evasión fiscal y otros tantos "detalles" que dan cuerpo a uno de los atracos más ostentosos en el país.

LAMENTABLEMENTE, LA "CUESTION de horas" acumula -cuando menos- una década, y mientras el atraco se consuma minuto tras minuto, las autoridades involucradas -por ley, no por gusto- siguen dando largas al asunto, desde el año de "prórroga" que la Secretaría de Energía concedió a los propietarios de las estaciones de servicio, a las autorizadas por el SAT y Pemex Refinación (seis y tres meses, respectivamente) para que nadie (además de los consumidores) se sienta ofendido.

OFICIALMENTE, DESDE 1996 las autoridades "están resolviendo" el ilícito, pero desde entonces nada ha pasado más allá de que el monto de lo defraudado a los consumidores crece de la mano del número de franquiciatarios autorizados por Petróleos Mexicanos. En aquel año, las instituciones defensoras de los consumidores, las que procuran justicia en el país y las que defienden a los ciudadanos de actos de terceros que lesionen su seguridad -física o económica- instrumentaron un "ejemplar operativo" para erradicar, "rápida y tajantemente", una práctica ilícita que laceraba los bolsillos de millones de mexicanos, la ordeña en las gasolineras, establecimientos autorizados por el gobierno federal.

EN LOS HECHOS, como bien lo señala la senadora Laura Alicia Garza Galindo, el problema "se resolvió" duplicando el número de gasolineras -sin ningún control que evitara el atraco-, a la par de los comunicados de prensa de las autoridades involucradas que aseguraban que "ya casi" se resolvía el entuerto.

Y NADA. EN 2004 -ocho años después de la "solución mediática"-, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), la Secretaría de Seguridad Pública federal y otras instancias ocupadas y preocupadas, según dicen, de cuidar los intereses de los ciudadanos, armaron tremendo espectáculo porque "ahora sí va en serio". Se anunciaron "acciones enérgicas" contra los gasolineros defraudadores, así como la publicación de una relación de estaciones de servicio dedicadas al atraco cotidiano de su clientela. Las primeras quedaron pendientes, mientras la segunda se difundió (410 estaciones distribuidas a lo largo y ancho de la República) sin mayores consecuencias.

Y NADA. EN 2006 el espectáculo se ha vuelto a montar, pero ninguna autoridad ha evitado el fraude contra la clientela de las estaciones de servicio autorizadas por el gobierno federal, el mismo que no se atreve a meter en cintura a sus propietarios.

SE TIENE EL detalle, gracias a esas mismas autoridades, que el negocio de la ordeña se aproxima a 20 mil millones de pesos anuales -todos a costillas del consumidor-, más otro tanto por subfacturación (léase evasión fiscal), y los litros que venden los gasolineros siguen siendo de 900, 800 o menos mililitros.

PERO NO TODOS descansaron. En esos diez años, o tal vez más, Pemex Refinación cocinó un nuevo contrato de franquicia para los dueños de las estaciones de servicio. Tardó una década para idear cómo enderezaba a los gasolineros, pero resulta que las nuevas normas se aplicarán "voluntaria, no obligatoriamente", amén de que se les aumentarán el margen de ganancia. Nueva franquicia, nueva autorización, mayor margen de ganancia, pero nadie frena el atraco. Sólo se comenta el asunto de la gasolina, porque los litros de 800 mililitros, o los kilos de 800 gramos (cuando van bien las cosas) son práctica común en este país de consumidores con autoridades que nomás no se atreven a protegerlos.

EN ESTE 2006, año electoral que se traduce en una excelente oportunidad para incrementar la "guerra" de saliva contra los gasolineros, la Profeco procederá en forma novedosa: como en 1996 y 2004, publicará una lista negra de estaciones de servicio que ordeñan a su clientela, con el objetivo "de que el usuario evite acudir a ese establecimiento"; es decir, que el cliente se cuide, no los atracadores.

ENTRE LAS NOVEDADES de la Profeco, que trabaja codo a codo con la Secretaría de Energía y Petróleos Mexicanos (la PGR está ocupadísima en otras casos más relevantes), se cuenta la clausura de estaciones de servicio: dos el pasado viernes (una en Naucalpan, otra en Atizapán de Zaragoza, por "engañar" al usuario), es decir .02 por ciento de los establecimientos que, según su propia información, roban a los consumidores.

LO QUE LA autoridad debería publicar es una relación detallada de los dueños de las gasolineras, para que el consumidor conozca a detalle a qué tipo de bichos se enfrenta. Obviamente no lo harán, porque si algo está asociado a las estaciones de servicio -avaladas por Pemex- son políticos de todos los colores, sus familiares y empresarios de primer nivel, todos amigos del régimen en turno. En este año electoral, qué mejor forma de defender al consumidor que advirtiéndole por dónde no va la cosa.

COMO EL ENCUBRIMIENTO es una de las especialidades de la autoridad, sería de lesa progenitora publicar esa lista negra de políticos, sus familiares y empresarios dedicados a exprimir los bolsillos de los consumidores.

POR LO ANTERIOR , quédese tranquilo: al paso que van, los 20 mil millones de pesos que anualmente roban los gasolineros al consumidor, fácilmente se incrementarán a 30 mil millones, o más, justo cuando el espectáculo de la autoridad sea montado de nueva cuenta y se publique la ya conocida lista negra de estaciones de servicio.

Las rebanadas del pastel:

¿DESDE CUANDO LA Iglesia católica ocupada en denunciar la pederastia? ¿Y Maciel?

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