"No provoquen a los campesinos, a los jóvenes, a las mujeres que creen en mí", señala
Mario Marín azuza a poblanos contra medios de comunicación
Advierte a "fuerzas perversas" que sólo el pueblo que votó por él lo puede quitar del cargo
En un discurso incendiario, pronunciado en un acto alusivo a las Jornadas Nacionales de Salud, el gobernador Mario Marín Torres advirtió desde su "Puebla revolucionaria" a las que definió como "fuerzas perversas", que "no se equivoquen", que no "provoquen" a sus campesinos ni a los poblanos, porque el único que lo puede quitar del cargo es el pueblo que votó por él en noviembre de 2005.
Al final del acto, un grupo de personas agredió verbal y físicamente a los reporteros que el gobierno estatal había invitado. Ningún funcionario o policía intervino para evitar el incidente con los informadores.
Tras la arenga y lo sucedido, los 10 reporteros y dos camarógrafos recordaron lo ocurrido en septiembre de 1968 en el pueblo de Canoa, donde se dio una de las experiencias más deformadas de participación política, y cinco jóvenes empleados de la Universidad Nacional Autónoma de México fueron considerados agitadores y comunistas, y los habitantes de esa comunidad, convencidos por el párroco local, los lincharon.
Ayer al filo de la 1 de la tarde, la explanada de la Junta Auxiliar de la Libertad en la capital poblana estaba llena. Había más de mil personas reunidas, la mayoría campesinos venidos de la Sierra Norte, que desde el principio y hasta el final, azuzadas, gritaban vivas y frases en defensa de Marín Torres.
El gobernador poblano arrancó su discurso asegurando que tiene "la cara limpia" y la "conciencia tranquila", porque, dijo, no tiene nada de qué avergonzarse. Luego, desde esa junta auxiliar advirtió: "que no provoquen a los jóvenes y a las mujeres que creen en mí; que no molesten y provoquen a mis queridos abuelitos y abuelitas; a las personas con discapacidad, que tanto necesitan de mí".
Cada parte de su discurso era aplaudida y vitoreada, al tiempo que grupos de personas también lanzaban gritos de repudio a los representantes de los medios de comunicación que fueron invitados. Esto luego de que el pasado viernes Marín Torres se dijo "víctima de un linchamiento de los medios de comunicación" y calificó de "barbarie" las entrevistas que le realizaron en las principales televisoras con respecto de las grabaciones en las que se le escucha pactar con Kamel Nacif el encarcelamiento de Lydia Cacho.
Sin esperar momentos de silencio, el gobernador continuó con su discurso. "Que no provoquen a los poblanos; los poblanos estamos unidos y trabajando.
"Que nadie se confunda, Mario Marín es un hijo del pueblo, es una gente que viene de abajo, con base en esfuerzo y trabajo, y nadie me va a quitar; el único que me puede quitar es mi pueblo", en clara alusión al acuerdo al que llegaron los diputados locales de PAN, PRD y PT para que renuncie al cargo.
Agregó: "esto que me han hecho es una vil infamia. Pero no solamente a Mario Marín, es una infamia a los poblanos, es una calumnia vil de intereses ajenos a Puebla".
El mandatario, quien dedicó apenas unas líneas al tema central del acto, que era poner en marcha la primera Semana Nacional de Salud, se dio tiempo para agradecer "a los empresarios que creen en Puebla y que invierten en Puebla", aunque en días pasados primero reconoció ser amigo del industrial textilero Kamel Nacif y luego lo negó.
Marín Torres pidió a los productores del campo, a los intelectuales y a los universitarios "cerrar filas contra los chismes y calumnias", porque "lo que realmente hace feliz a la gente es el trabajo por la salud, la educación, el campo y combatir la pobreza y la marginación, no los chismes y las calumnias; eso solamente divide y no sirve para vivir".
Luego tomó la palabra el secretario de Salud de Puebla, Roberto Morales Flores -hermano del ex gobernador Melquiades Morales-, quien no habló de temas de su encargo, se limitó a señalar: "sepa usted señor gobernador que en las duras y las maduras, la Secretaría de Salud del estado y sus 10 mil trabajadores se solidarizan en su causa legítima de defender hasta sus últimas consecuencias la voluntad soberana de la sociedad y del estado que representa Mario Marín".
Los asistentes al mitin gritaban enardecidos. Morales Flores continuó hablando de política: "(estamos) apoyándolo en su decisión final y determinante de hacer valer y respetar la ley por encima de cualquier interés mezquino de premeditación, perversidad y maquinación de juicio político en su contra".
Terminado el acto, en medio de gritos contra los medios de comunicación, los reporteros trataron de acercarse al gobernador para entrevistarlo. Un grupo de más de 30 personas formó una valla que les impidió el paso.
En ese contexto, algunos de los asistentes al acto la emprendieron contra los informadores: "¡digan la verdad, hijos de la chingada!", gritaban principalmente mujeres enardecidas que junto con hombres y jóvenes profirieron insultos de todo tipo a los reporteros y hasta comenzaron a empujarlos.
Alguien arrojó una botella de plástico vacía que se impactó en el cuerpo de Fernando Maldonado, colaborador de La Jornada de Oriente y conductor del principal espacio noticioso nocturno de Tv Azteca Oriente.
El incidente no tuvo consecuencias, gracias a que los informadores guardaron silencio ante los gritos y no respondieron a los empujones e incluso arañazos que les fueron propinados.
Cuando las cosas se calmaron, los reporteros entrevistaron al secretario de Gobernación de Puebla Javier López Zavala.
-¿El acto fue organizado para azuzar a la gente contra la prensa?
-No. Personalmente yo me acerqué para decirle a la gente que los medios no tienen la culpa.
Mientras el funcionario daba respuesta a los reporteros, el grupo que se había abalanzado contra los informadores se mantuvo a un lado de ellos y continuó con las ofensas, sin que nadie los detuviera o intentara calmarlos.
López Zavala se limitó a insistir: "el gobierno sigue trabajando, está de pie. Pero no es en contra de los medios, al contrario. Aquí ha quedado muy claro, yo personalmente le dije a los compañeros que no es el problema con los medios, que la gente se puede expresar, pero no es indicación del gobierno".
El funcionario se fue, pero los gritos contra los medios de comunicación siguieron. Vino el recuerdo de Canoa.