Se debe pasar del ajuste al desarrollo, dijo en la presentación del libro de David Ibarra
Plantea Slim acabar con políticas monetarias y fiscales restrictivas
En las naciones desarrolladas este tipo de estrategias se consideran erróneas, afirmó
El empresario Carlos Slim Helú se manifestó este jueves por "establecer en el país" una nueva política económica, que a diferencia de la actual, dijo, esté "orientada al crecimiento y el desarrollo". Slim Helú, al participar en la presentación de Ensayos sobre economía mexicana, nuevo libro de David Ibarra Muñoz, planteó la urgencia de que el país eleve la inversión que realiza y dijo que ello sólo será posible si se cambian las políticas monetarias y fiscales restrictivas que imponen el Banco de México y la Secretaría de Hacienda, respectivamente.
"Es importante para recuperar el crecimiento y aprovechar el extraordinario entorno internacional que haya un incremento sustancial de la inversión, que ahora es de apenas 19 a 20 por ciento del producto interno bruto cuando debería de ser al menos de 25 a 30 por ciento del producto", planteó.
En la sala Jesús Silva Herzog de la sede del Fondo de Cultura Económica, casa editora del libro de Ibarra Muñoz, Carlos Slim planteó que la única forma para que el país alcance los niveles mínimos de inversión necesarios para salir del estancamiento económico es "cambiando las políticas monetaria y fiscal restrictivas, y estableciendo una política económica orientada al crecimiento y el desarrollo y combinando la insuficiente inversión pública con el ahorro social, que ahora anda en 100 mil millones de dólares y con la inversión privada".
Slim Helú fue uno de los presentadores del nuevo texto del ex secretario de Hacienda, David Ibarra. Además participaron en el evento el académico Rolando Cordera Campos; el diplomático e intelectual Víctor Flores Olea; el diputado federal del PRI, Francisco Suárez Dávila, en un evento moderado por Joaquín Díez Canedo.
El empresario, principal accionista de Teléfonos de México, América Móvil y el conglomerado Grupo Carso, consideró que México, país que en los últimos 23 años ha registrado un promedio de crecimiento de 2.2 por ciento anual, debe pasar del ajuste al desarrollo y aprovechar un entorno interno y externo excepcionalmente favorable. Cuando el objetivo único es abatir la inflación y equilibrar las finanzas, ello se traduce en una política restrictiva por la falta de inversión y crecimiento. En los países desarrollados este tipo de políticas se consideran erróneas.
También planteó que México debe insertarse en la globalización económica de la manera que más convenga a sus intereses y no con una apertura indiscriminada, como ha ocurrido.
"Debemos insertarnos como nos convenga, decidir nosotros, nadie nos debe imponer la apertura indiscriminada y sin condiciones", aseguró.
Además de una inserción razonada en la globalización, una política económica orientada al fomento de la inversión y el desarrollo, planteó que en el país se debe modificar el enfoque del combate a la pobreza.
"Hay que pasar de los histórico de cómo hemos combatido la pobreza; sí es necesario que haya programa y políticas claras de seguridad social, pero la pobreza se combate con educación y empleo, lo demás es mitigarla temporalmente; con programas de asistencia sólo se mitiga la pobreza cuando no se usa con fines políticos", aseguró.
Otros comentaristas del libro del ex secretario de Hacienda plantearon que los medios y los instrumentos económicos han sido confundidos con los fines de la economía, confusión que prevalece y se ha enraizado incluso en esta administración.
El ex representante de México ante Naciones Unidas, Víctor Flores Olea, comentó: "el problema de los que manejan hoy la economía y la política es que han convertido en un fin en sí mismo a determinados instrumentos de la economía, que no son más que instrumento para lograr el desarrollo, que es a lo que sirve la economía".
El mercado, añadió, no tiene las virtudes necesarias para garantizar un desarrollo aceptable. Por ello las economías de más éxito son aquellas que han sabido combinar la presencia del mercado con una intervención adecuada del Estado.
Así, dijo, en México la democracia política no se ha reflejado en mayor bienestar en una mejor calidad de vida, lo que ha generado decepción en la población. Se requiere, promover políticas intensivas de empleo y estimular ampliamente los mercados internos para superar la situación actual de estancamiento.
En un tono también critico, Francisco Suárez Dávila, ironizó: "el gobierno actual ha crucificado al país con la cruz de oro de la estabilidad. Crecemos menos en un ambiente externo favorable, con precios del petróleo por las nubes y con una economía de Estados Unidos en crecimiento, eso requiere, sin duda, un gran talento".
A su vez, el académico Rolando Cordera Campos llamó la atención sobre un fenómeno poco discutido que es el crecimiento, que calificó excesivo, de la deuda adquirida por el sector empresarial. Estos pasivos, advirtió, han alcanzado tal magnitud que ya se vislumbra en el horizonte "un nuevo Ficorca", en alusión al Fideicomiso de Coberturas Cambiarias, un mecanismo por el que el gobierno emprendió un rescate de deudas empresariales hace dos décadas.