La educación básica gratuita, principio irrenunciable: UNESCO
Monterrey, NL, 14 de febrero. Los gobiernos de derecha e izquierda deben respetar el principio de la educación básica gratuita, y la decisión de que un Estado sea laico o no corresponde al pueblo, pero, independientemente de ello, la enseñanza, como derecho humano, no puede ser transgredida, afirmó el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Koïchiro Matsuura.
Matsuura expresó a La Jornada que los principales obstáculos que encara el avance edcativo en América Latina radican en la pobreza y en los bajos ingresos, que impiden canalizar un mayor financiamiento, sobre todo en los países donde hubo guerras civiles.
Elegido en 1999 para ocupar la dirección de ese organismo, el diplomático japonés manifestó que en más de 80 países aún se pagan costos escolares para la educación básica.
Sin embargo, destacó, la educación es un derecho humano que no puede depender de la tendencia política de los gobiernos, sean de izquierda o derecha: "Si todos los gobiernos respetan el principio de la educación, entonces tienen que protegerla y asegurar la enseñanza básica, gratuita y universal."
Entrevistado en el marco de la sexta reunión ministerial del Grupo E-9 sobre Educación para Todos en Monterrey, Matsuura se refirió a la laicidad y dijo que ésta corresponde a la elección de un pueblo.
Y aunque la libertad religiosa es parte de los derechos humanos, independientemente de que un Estado sea laico o no, está obligado a respetar el principio de la educación.
Manifestó que América Latina registra un progreso en este sector si se compara con otras regiones del planeta. Añadió que México va adelante en relación a otras naciones de la zona.
En el segundo día de trabajos de este cónclave, que reúne a las nueve naciones que concentran la mitad de la población mundial, las distintas delegaciones avanzaron en la Declaración de Monterrey, que hoy será dada a conocer. El Grupo E-9 manifestó que el financiamiento otorgado por países industrializados, que asciende a 2 mil 100 millones de dólares para el programa de Educación para Todos, no es suficiente. Por ello la UNESCO intervendrá para buscar que estas naciones cumplan con los compromisos asumidos.
La cooperación sur-sur será clave de dicha declaración, puesto que los países se pronunciaron por el canje de deuda por inversión en educación y también por aprovechar las buenas prácticas que han tenido experiencias exitosas en los diferentes pueblos. Las naciones del E-9 plantearon diseñar mecanismos para sancionar a países o agencias internacionales que comprometieron apoyos a estas naciones y no los otorgaron.
Por otra parte, se pronunciarán por que la evaluación de la enseñanza no sea un fin en sí misma, puesto que es necesario proporcionar al mismo tiempo estrategias de apoyo al estudiante; de lo contrario, de nada sirve la evaluación. Y también marcarán nuevos caminos para evitar que las naciones se opongan a la difusión de sus resultados educativos, puesto que es necesario apoyar el desarrollo de una sociedad informada.
El secretario de Educación, Reyes Tamez, expresó que una evaluación deficiente lleva a juicios excesivos triunfalistas o derrotistas, por lo que ni unos ni otros pueden ser una estrategia de mejora. Dijo que es necesario reconocer logros y limitaciones y evitar el riesgo de ofrecer "resultados espectaculares" y metas "inalcanzables". Esto, pese a que el gobierno foxista se ha caracterizado por plantear objetivos, como llegar a uno por ciento del PIB en ciencia, que serán imposibles de cumplir. En cuanto a reuniones bilaterales, México se acercó a Epigto para buscar la experiencia de dicha nación en la Biblioteca de Alejandría, en aras de fortalecer el proyecto de la Biblioteca José Vasconcelos.
Karina Avilés, enviada