Usted está aquí: miércoles 15 de febrero de 2006 Estados Riñen policías y panistas desalojados de la alcaldía de Atitalaquia; 38 heridos

Militantes tomaron el 12 de enero esa sede en Hidalgo porque se revirtió el triunfo de AN

Riñen policías y panistas desalojados de la alcaldía de Atitalaquia; 38 heridos

En la tarde se reoganizaron y reocuparon el inmueble; hay 83 detenidos y 50 vehículos dañados

CARLOS CAMACHO CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Simpatizantes del panista David Reyes Santamaría amagaron con "responder" si vuelven a sacarlos de la presidencia municipal Foto: Armando Loaiza

Ampliar la imagen Panistas y pobladores armados con palos y piedras enfrentan a agentes estatales Foto: Armando Loaiza

Atitalaquia, Hgo., 14 de febrero. Habitantes de este municipio se enfrentaron con piedras, palos, machetes y artefactos de fabricación casera a unos 200 policías estatales que esta madrugada los desalojaron algunas horas de la alcaldía, con saldo de 83 detenidos, al menos 38 heridos (aunque podrían ser cien), daños a más de 50 vehículos y destrozos en oficinas y equipo.

La alcaldía fue ocupada el 12 de enero por panistas inconformes porque el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación revirtió el triunfo de su candidato a presidente municipal, David Reyes Santamaría, y se lo otorgó al priísta Claudio Espinosa Castañeda.

Por la tarde, los panistas se reorganizaron y volvieron a tomar la alcaldía, donde se mantienen hasta el cierre de esta edición.

A las 2 de la madrugada, el secretario de Seguridad Pública del estado, Marcos Manuel Souverbille González, ordenó a unos 200 agentes avanzar desde distintos frentes hasta la plaza principal, con la intención de persuadir a los inconformes a retirarse y desalojar el edificio.

La primera gresca ocurrió cuando granaderos chocaron con la gente que se encontraba en la explanada del jardín, por lo que un joven tocó la campana instalada en la azotea del palacio municipal y otros vecinos detonaban cohetones para llamar a la gente y repeler a los agentes.

Desde el techo de la alcaldía fueron lanzadas tres granadas con gases lacrimógenos, por lo que los policías rompieron filas y fueron apaleados y apredreados por los manifestantes.

En la refriega se escucharon disparos de arma de fuego y fueron lanzados contra los policías piedras, cohetones bombas molotov, petardos... Los vecinos incendiaron gruesos troncos que habían colocado alrededor del edificio y se lanzaron contra las patrullas que no pudieron ser retiradas.

Por un radiotransmisor se escuchó la súplica de un policía que fue retenido por la multitud: "jefe, me quieren quemar vivo". Momentos después sus compañeros lo rescataron, cuando ya le habían rociado gasolina y pretendían quemarlo.

Eso enardeció a los agentes, que a cada detenido le propinaban una severa golpiza y lo lanzaban a los camiones del grupo Fuerza de Tarea, donde volvían a golpearlos. Varios civiles cayeron desfallecidos, aun así, fueron echados a las camionetas, incluso mujeres o adultos mayores, y remitidos a la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo.

Terminada la refriega, los granaderos ocuparon el inmueble. En la dirección de Seguridad Pública encontraron a dos manifestantes, a quienes les propinaron una golpiza antes de remitirlos a la PGJE. Desde el balcón, un granadero ondeó el lábaro patrio que usaban los manifestantes cuando entonaban el Himno Nacional como consigna de lucha.

El operativo lo apoyaron agentes del Ministerio Público, un notario de Tula de Allende, dos delegados de la Comisión de Derechos Humanos del Estado y policías de los municipios vecinos, a los que se sumaron bomberos de Tula de Allende.

Varios uniformados se quedaron para resguardar el inmueble, pero, apenas clareó, unas 400 personas los corrieron y tomaron de nuevo la sede; además amenazaron con responder si vuelven a desalojarlos. Las amenazas incluyeron a los reporteros; algunos sufrieron lesiones.

El panista Reyes Santamaría denunció la desaparición de su esposa y su padre, mientras vecinas afirman que de la multitud alguien disparó contra el menor Luis Angel Meza Viveros, quien en la trifulca tocó la campana para convocar a la población.

En los momentos más difíciles del enfrentamiento se habló de priístas infiltrados para provocar a los policías y justificar el enfrentamiento. Inclusive, el cura Juan Hernández Ramírez fue acusado de apoyar la causa del priísta Claudio Espinosa y amedrentar a quienes se le oponen.

Video editado

Al mediodía, en Pachuca, los secretarios de Gobierno, Francisco Olvera Ruiz, y de Seguridad Pública, Marcos Souberville González; el procurador, José Alberto Rodríguez Calderón, y la coordinadora de comunicación social Martha Gutiérrez presentaron un video editado de 10 minutos para mostrar detalles de la refriega que duró dos horas.

En la cinta sólo se ven las agresiones a los uniformados, pero no a los detenidos, ni los destrozos a los vehículos particulares estacionados.

Souberville González sostuvo que los policías "no llevaban armas, sólo equipo antimotines", y que los balazos y las agresiones provinieron de la gente concentrada en la presidencia municipal. Según sus cuentas, comentó, hay 23 policías heridos.

El procurador Rodríguez Calderón dijo que "hasta las 10 de la mañana" habían sido puestos a disposición de esa dependencia 57 hombres y 26 mujeres, "una de ellas con lesiones considerables", y había "alrededor de 15 civiles heridos"; anticipó que habrá una denuncia por los daños a los vehículos oficiales. Además "se dará vista" a las autoridades federales por el uso de explosivos y armas de fuego.

Francisco Olvera deslindó a la dirigencia estatal del PAN, con la que "hemos dialogado" en busca de una solución de fondo, que es la aceptación del fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que revirtió el triunfo del PAN en favor del PRI.

Durante la inauguración de un centro bancario, el gobernador Miguel Angel Osorio Chong dijo que en la trifulca hubo 30 poli-cías lesionados y advirtió que se preservará la seguridad de la ciudadanía y se hará valer la ley.

Aclaró que "se actuará contra los agitadores", principalmente el panista David Reyes Santamaría, quien encabezó la movilización ciudadana en demanda de la renuncia del alcalde priísta Espinosa Castañeda.

En los comicios del 13 de noviembre, cuando se renovaron los 84 ayuntamientos del estado, el PAN ganó el municipio de Atitalaquia con 2 mil 771 votos contra 2 mil 742 del PRI. La diferencia entre el panista David Reyes Santamaría y el priista Claudio Espinosa fue de apenas 29 votos.

El PRI impugnó ante el Tribunal Electoral estatal que ratificó el triunfo panista, pero el tricolor acudió al TEPJF, el cual anuló 138 votos, lo que revirtió el triunfo del PAN y los autoridades dieron ganador al priísta el 6 de enero, por diferencia también de 29 votos.

 
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