Usted está aquí: domingo 12 de febrero de 2006 Cultura Buen humor, ingenio y gracia, entre lo que más se recuerda de Juan Soriano

El presidente Fox y los reyes de España envían sendas cartas de condolencias

Buen humor, ingenio y gracia, entre lo que más se recuerda de Juan Soriano

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen José Angel Gurría y Jacobo Zabludovsky, entre los asistentes al homenaje a Juan Soriano Foto: José Carlo González

Con sus acervos particulares de comentarios y recuerdos, a lo largo de cuatro horas numerosos representantes de la vida artística, intelectual e incluso política de México, la mayoría amigos, desfilaron ayer por el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes con el fin de dar el último adiós al pintor, escultor y grabador jalisciense Juan Soriano, fallecido el viernes 10 en la madrugada.

Cuando se les pidió narrar alguna vivencia que tuvieran muy presente en la mente, varios se remitieron a los tiempos parisienses. El periodista Jacobo Zabludovsky trajo a la memoria las veces que había cenado en la vivienda de Soriano y Marek Keller en la capital francesa, un departamento muy de barrio en las calles cercanas a la Plaza de la Bastilla.

Zabludovsky recordó en especial una noche en que Marek cocinó y los seis u ocho invitados se acomodaron en el pequeñísimo comedor, muy apretados, pero muy contentos. Esa noche Juan, con su habitual buen humor, estuvo muy ingenioso. Así es como el periodista quisiera recordarlo siempre.

Fue en París donde el escritor Fernando del Paso conoció a Soriano. También recordó las reuniones divertidas en la casa del artista, dueño de una lengua filosa que, cuando hablaba, decía horrores de todo el mundo, pero en forma graciosa.

A Porfirio Muñoz Ledo le resultó más fácil ubicar a Soriano en Europa y Jalisco que en la ciudad de México, porque el político también vivió 20 años en París. Describió a Juan como un mexicano cosmopolita de profunda raíz. En su arribo al Palacio de Bellas Artes, Muñoz Ledo recibió una llamada en su teléfono celular de la casa de campaña de Andrés Manuel López Obrador, quien no pudo llegar al homenaje por encontrarse en Guanajuato, pero que pidió al político darle un saludo en su nombre a los deudos.

Preparado como siempre, Marek Keller traía la carta de condolencias que el presidente Vicente Fox dirigió a la familia Soriano y la comunidad cultural, así como una copia del fax en el cual los reyes de España expresaron su pesar a Sari Bermúdez, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

El embajador de Estados Unidos en México, Antonio O. Garza, a su vez envió una carta de condolencias en la que expresó que disfrutar la obra de Soriano y "su sonrisa inocente, a la vez que escucharlo hablar con una sabiduría tan fácil de entender y compartir, me hizo comprender que algunos seres humanos pueden poseer una juventud eterna, un espíritu rebelde y la sencillez que sólo pueden tener los grandes entre los grandes". Entre los arreglos florales había uno de rosas blancas del Museo de Filadelfia.

La muerte de Soriano tomó a muchos por sorpresa, porque apenas el pasado 12 de enero había recibido una condecoración del gobierno de Polonia. Días después, la pintora Cristina Rubalcava, también radicada en París, viajó con Soriano y Marek a Puebla para ver su exposición en el Museo Amparo, durante cuyo recorrido Juan recordó las historias de por qué cada cuadro había sido pintado. Ese día también recorreron de pe a pa el mercado de antigüedades y comieron pancita y arroz con plátanos en una fonda.

José Luis Cuevas conoció a Soriano en 1955 en el Sanborns de Madero. Después salieron y al caminar juntos un fotógrafo callejero los retrató. Esa imagen es conservada por el dibujante.

El pintor Tomás Parra entró en contacto con el fallecido hacia 1953, por medio de las clases que éste empezó a dar en La Esmeralda. A los ocho meses Soriano le pidió que hiciera unas copias de las caras sonrientes de la cultura totonaca. Así fue como empezaron a trabajar en cerámica. A la salida de Juan de La Esmeralda se canalizó al teatro y Parra le ayudó en las escenografías.

Beatriz Vidal, encargada de cultura del Instituto Politécnico Nacional, anunció la instalación de dos esculturas de Soriano en un nuevo edificio de la institución. Se trata de dos pájaros, uno de 10 metros y el otro de cuatro.

A veces callado, Soriano siempre tuvo muchas palabras para Tania Libertad. Invitada a múltiples fiestas en su casa, ya que se había despedido todos, el pintor le pedía a la cantante quedarse para platicarle muchas historias. Lo que más recuerda de él es la dulzura de sus ojos. Con motivo del homenaje por los 85 años de Soriano el pasado agosto en Bellas Artes, Tania quiso retratarlo en una canción: "Ojos de mar, corazón de azúcar, manos de sol, alma de tu luna..."

Con información de Angeles Cruz

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.