Pide galerista revalorar la obra del polémico fotógrafo
Rinden homenaje a Adolfo Patiño
Las rosas rojas y sus pétalos se volvieron tema recurrente en el homenaje que la noche del martes la UNAM rindió al polémico artista Adolfo Patiño (1954-2005), cuya muerte ocurrió la madrugada del 30 de agosto, al caerse de la azotea del edificio donde vivía.
Una vez adentro de la Casa del Lago, un camino de pétalos condujo a los asistentes, entre familiares y amigos, al salón donde se efectuó el acto para el que el moderador de la mesa redonda, Olivier Debroise, había pedido a los ponentes ''evitar el lagrimeo", petición que no se cumplió del todo.
A un lado de la tarima, un arreglo de rosas rojas en un florero de vidrio yacía al pie de un caballete que lucía un retrato del homenajeado, hecho en grafito a color por Carla Rippey en 1987, donde el también apodado Adolfotógrafo o Peyote al descubrir su pecho revela un corazón sangrante atravesado por una daga.
Las rosas rojas volvieron a manifestarse cuando la antropóloga Gobi Stromberg habló de la faceta performática de Patiño y cómo en un ciclo guadalupano celebrado en Tonalzintli, Cuernavaca, el artista desenrolló una tilma y dejó caer 20 docenas de rosas sobre el público. El fotógrafo, curador e ''hijo" putativo de Patiño, Gustavo Prado, recordó un performance sin aviso previo de Patiño en el Zócalo en que acabó cubierto de talco y pétalos de rosas.
El fotógrafo e investigador Armando Cristeto también se refirió a esos ''cientos, miles, de rosas rojas, como las que han adornado tu tumba". Antes del acto, el hermano menor de Adolfo repartió una imagen a color de la instalación-ofrenda que la artista Laura Anderson Barbata hizo en el sepulcro de su ex esposo en el cementerio de Tlanepantla.
Rippey aseguró que en las últimas semanas de vida Patiño quiso poner su vida en orden. ''Apalabró una retrospectiva de su obra con Carlos Ashida, del museo Carrillo Gil; juntó obra y material sobre Peyote y la Compañía para la exposición Discrepancias del Museo de Ciencias y Arte; la Universidad Nacional Autónoma de México designó un presupuesto y dos investigadores para organizar sus negativos, libros, correspondencia y catálogos".
La galerista Rita Alazraki pidió revalorar su obra y ayudar a que se ubique dentro de la historia del arte mexicano.